Los
Anales de pedro ruiz, notario de córdoba
The Annals of pedro ruiz, notary of cordoba
Covadonga Valdaliso
Casanova,
Carmen Benítez Guerrero,
Ricardo Pichel &
Enrique Jerez Cabrero
Resumen:
En los últimos siglos de la Edad
Media se multiplicó la actividad de los llamados ‘escribanos historiadores’,
profesionales de la escritura que desempeñaron labores historiográficas. Este
trabajo presenta un ejemplo de ello: una lista de anales que cuenta además
con la particularidad de entrelazar la historia general con informaciones de
tipo local y familiar, y aporta datos para inferir el nombre de su autor. Abstract: During the
last centuries of the Middle Ages, the so-called ‘historian
scribes’—professionals with scribal occupations, such as notaries, who
carried out historiographical work—intensified their activity. This paper
examines an example: a list of annals which not only features the
particularity of combining general history with local and family information,
but also provides evidence to deduce the name of its author. |
Palabras
clave: Historiografía breve; anales; Córdoba; notario;
Pedro Ruiz.
Keywords: Brief Historiography; Annals;
Córdoba; notary; Pedro Ruiz.
Fecha de recepción: 26 de diciembre de 2022
Fecha de aceptación: 10 de enero de 2022
1. Introducción.[*]
E |
n las últimas
centurias de la Edad Media un triple fenómeno —la progresiva adopción del
romance, el aumento de la producción escrita en entornos laicos y el creciente
peso de las ciudades andaluzas— fomentó la aparición en Córdoba y Sevilla de
textos historiográficos breves en formato analístico que sintetizaban la
historia de la Corona de Castilla acompañando el desplazamiento hacia el sur de
sus fronteras.[2] Gran parte de estas
composiciones anónimas, a menudo salpicadas de noticias de carácter local,
debieron ser redactadas por profesionales de la escritura que trabajaban para
reyes, obispos o las propias ciudades.[3] Juan
Gil designó a este tipo de autores como ‘escribanos historiadores’ y, aunque
identificó sus huellas en la cancillería de Alfonso VIII, dio ejemplos de su
actividad a lo largo de los siglos XV y XVI.[4] Uno
de ellos, el converso sevillano Garci Sánchez, compuso a mediados del siglo XV
unos ‘anales’ que se han transmitido en copias modernas y fueron publicados por
Juan de Mata Carriazo.[5] El
texto que aquí presentamos guarda bastantes semejanzas con esos anales, aunque
los precede en algunas décadas; además, no se compuso en Sevilla sino en
Córdoba, y es bastante más breve. Su mayor atractivo reside en que se ha
conservado el registro original, consistente en una serie de anotaciones
individuales que se sucedieron a lo largo de un periodo de aproximadamente
cuatro décadas y acabaron dando cuerpo a una lista de noticias. Ello es
extremadamente raro, pues los listados analísticos generalmente han llegado al
presente en copias que los uniformizaban, apagando todos los rastros de
diacronía que debieron caracterizar a muchos de ellos e impidiendo así estudiar
su proceso de composición.[6] Por
este motivo, el escrito al que de aquí en adelante nos referiremos como Anales
de Pedro Ruiz constituye un excelente material para una mejor comprensión
de la historiografía breve bajomedieval castellana.
2. El testimonio
El códice en el que se compusieron estos
anales se conserva en la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, bajo la
signatura Z-I-15, y consta de tres partes.[7] La
primera parece haber sido un cuaderno compuesto por dos bifolios
en donde se cortó el que habría sido cuarto folio. En el primer folio aparece
un listado de los títulos de la Tercera Partida en tinta roja, que ocupa
todo el recto y parte del verso, y a continuación varias anotaciones llevadas a
cabo por distintas manos. El recto del folio 2 se dejó en blanco; en su verso y
en el recto del siguiente se compusieron los anales que aquí nos ocupan, y en
el 3v se copiaron, con tinta negra y a dos columnas, los títulos de las Decretales.
La segunda y más extensa parte del códice va del folio 4 al 173, de acuerdo con
la numeración del volumen, y contiene ciento setenta y un folios agrupados en
diecisiete cuadernos, todos ellos formados por diez folios excepto el
penúltimo, que cuenta con once porque se le añadió el 158.[8] Se
trata de una copia de la segunda mitad del siglo XIV de la Tercera Partida
en la que el texto se presenta en dos columnas, con rúbricas en rojo,
calderones en rojo y morado, y capitales de los mismos colores con adornos de
rasgueo. El manuscrito está plagado de anotaciones y glosas en las que varias
manos posteriores corrigieron errores de traslado, completaron omisiones y
copiaron fragmentos de otros textos jurídicos. En cuanto a la tercera parte del
códice, es bastante menor que la anterior —se compone de cinco cuadernos de
diez folios y uno de ocho—[9] y se
elaboró en el siglo XV. Comienza en el folio 174, con una serie de definiciones
jurídicas sobre el concubinato clerical.[10] El
verso de ese folio y el recto del siguiente quedaron en blanco, mientras que en
el 175v fueron listados los títulos de la Cuarta Partida, que se
transmite a partir del folio 176r. En este caso el texto aparece de nuevo en
dos columnas y también tiene rúbricas en rojo, así como calderones y capitales
en rojo y morado, pero encabezando los títulos hay otras de mayor tamaño,
decoradas con motivos vegetales. Se observan asimismo algunas anotaciones
marginales, en este caso incorporadas por la misma mano que copia el cuerpo del
texto. Los folios 188v y 189r contienen dos árboles de consanguinidad y un
árbol de afinidad, el primero flanqueado por figuras híbridas.[11]
La mayor calidad de su ejecución, junto
con la ausencia de las glosas y anotaciones que pueblan la sección anterior,
indican que esta última parte del volumen se añadió cuando la primera ya había
sido muy usada, consultada y anotada. De hecho, el verso del folio 173 presenta
el aspecto arrugado, desgastado y manchado que frecuentemente tienen los
últimos folios de los códices. En origen este verso debió dejarse en blanco,
pero luego se copiaron allí dos textos morales —un listado de las siete descortesías,
el primero, y de las seis locuras y vanidades del mundo, el segundo—[12] y se
anotaron cuatro noticias en formato analístico que parecen responder a tres
impulsos redaccionales: un breve registro de la batalla de El Salado;[13] dos
notas datadas referentes, respectivamente, a la muerte de Alfonso XI y a una
crecida de río, escritas con la misma tinta y aparentemente una tras otra;[14] y
una entrada sobre la toma de Algeciras.[15]
Aunque no es posible datarlos, del hecho de que las noticias remitan a la era
hispánica y a acontecimientos situados entre 1340 y 1350 se puede deducir que
estos brevísimos anales fueron redactados no mucho después de esas fechas.
El listado que aquí estudiamos es
posterior a esos registros y se compuso en el pequeño cuaderno de tres folios
que se encuentra al principio del códice. Allí se escribieron, en lo que hoy
son los folios 2v y 3r, y a continuación en la sección inferior del 1v,
veinticuatro noticias que van del año 1389 al 1431.[16] El
conjunto debió conformarse paulatinamente a lo largo del tiempo, pues la mayor
parte de las entradas presentan diferentes tintas y letras.[17] En
este proceso de escritura diacrónica podemos identificar dos periodos de
elaboración separados por aproximadamente una década. El primero se correspondería
con las entradas que van de 1389 a 1415 (folios 2v a 3r), que muestran una
amplia diversidad de manos y tintas, y anotan noticias casi consecutivas.
Pasado un tiempo, en 1426, una única mano incorporó la última entrada del folio
3r —sobre la muerte del obispo de Córdoba don Fernando de Deza y la elección
como sucesor de don Gonzalo de Venegas—, actualizó, en el mismo folio, la
información de la entrada [16] con una referencia a marzo de ese mismo año, y
posteriormente continuó en el folio 1v registrando una noticia de 1428 y dos
referentes a 1431. De este modo, y como ya fue apuntado, el manuscrito no solo
transmite el listado de noticias, sino que documenta su composición. Además, da
algunas pistas sobre su autor —si no material, intelectual— y sobre qué fue lo
que llevó a componer este texto. Comentaremos estas cuestiones a continuación.
3. Los registros familiares
De las veinticuatro noticias registradas
en este conjunto de anales a lo largo del tiempo, doce se relacionan con hitos familiares,
algunos de los cuales quedan además expresamente ligados a un notario cordobés.
Concretamente, diez entradas recogen el nacimiento y bautismo de diez personas
—ocho mujeres y dos varones— entre 1389 y 1408,[18] y
dos hablan acerca de los esponsales y velación de una de esas mujeres en 1411 y
1415 respectivamente.[19] Son
las relativas a 1403 en adelante las que mencionan al notario, que el texto
identifica como Pedro Ruiz. Estas se refieren al nacimiento y bautismo de Antón
(1403 [13]), María (1405 [14]) y Catalina (1408 [16]), así como a las
mencionadas ceremonias matrimoniales. La protagonista de estas últimas es
Juana, que contrae matrimonio con el bachiller Pedro Fernández, y de cuyo
nacimiento y bautismo se había dado cuenta en 1398 sin mencionar a Pedro Ruiz
[11]. En consecuencia, podemos deducir que también son hijos del notario
cordobés los restantes, esto es, Teresa (1389 [1]), Beatriz (1391 [4]),
Costanza (1392 [6]), Leonor (1394 [8]), Isabel (1397 [10]) y Pedro (1400 [12]).
Los anales añaden otro dato sobre el notario al mencionar a la madre de
Catalina, Elvira Ruiz, que identifica como su mujer [16]. En esta misma
entrada, la mano posterior que, según se adelantó, interviene en el registro
desde 1426, actualiza la información para dejar constancia de la muerte de su
hija Catalina “mediado março del año de veinte e seis”.
La
noticia sobre cada uno de los hijos de Pedro Ruiz sigue una estructura
semejante. Además de darnos la fecha del nacimiento, el texto informa acerca
del lugar del bautismo, del clérigo que administra el sacramento, y de la
nómina de padrinos y madrinas que intervienen en cada caso. Esto permite, en
primer lugar, observar la relación intensa del notario con la iglesia de San
Juan, donde se llevan a cabo nueve de los diez bautismos y la velación de
Juana. Tal vez debemos imaginar que esta fuese la collación donde residía desde
al menos el nacimiento de su segunda hija.[20]
Por
otra parte, la nómina de personas que atraviesa el texto nos abre una ventana,
por pequeña que sea, a la red de relaciones establecidas por este notario y su
inserción en la Córdoba que transita del siglo XIV al siglo XV.[21] Si
se observa rápidamente esta nómina —un estudio prosopográfico
en profundidad sería objeto de otro trabajo— se comprueba la presencia de
algunos eclesiásticos,[22] así
como la importancia de los miembros de la oligarquía local y de la nobleza
cordobesa. Letrados expertos en leyes, jurados, alcaldes del rey, contador del
rey, alguacil mayor, veinticuatros, son algunas de las figuras relevantes
dentro del registro. No faltan familias de enorme relevancia en el entorno
cordobés, como los Ximénez de Góngora, los Bocanegra (señores de Palma del Río
desde 1342), los Ruiz de Cárdenas, De los Ríos, De las Infantas, o la
descendencia de Pedro Muñiz, maestre de Calatrava. Y se constata asimismo la
presencia de linajes de la categoría de los Fernández de Córdoba como señores
de Aguilar. En conjunto, el recorrido por el listado de padrinos y madrinas
asociados a los hijos de Pedro Ruiz podría interpretarse como un reflejo de la
evolución social del notario a lo largo de su vida. Algunos nombres son
insistentes, sobre todo entre las mujeres, como el de Juana Martínez, “hermana
de Ferrand Armijo”, que actúa como madrina de cuatro de los hijos de Pedro
Ruiz.[23] Lo
mismo ocurre con Isabel Alfonso, hija de Juan Alfonso, alcalde del rey,[24] o
con Lucía Fernández, mujer de Diego Alfonso de Mazuela.
Volvamos,
ahora, sobre Pedro Ruiz. Debido a lo común de su nombre es difícil dilucidar
qué otros testimonios o documentos aluden efectivamente a este mismo personaje,
y confirmar su calidad de notario público y/o notario apostólico, pues en el
texto que nos ocupa solo aparece mencionado como “notario”. Las recurrencias
del nombre son frecuentes, aunque por su condición de clérigo al menos podemos
separar a otro Pedro Ruiz, canónigo de Córdoba y notario público, que acaso sea
el que actuó como párroco encargado del bautismo de su hija Beatriz en 1391
[4].[25] Poco
sabemos, por el momento, de él, al margen de los datos que nos proporciona el
texto:[26] que
actuaba como notario, tenía una amplia red de relaciones con la élite
cordobesa, en 1408 estaba casado con Elvira Ruiz, tuvo ocho hijas y dos hijos
entre 1389 y 1408, una de sus hijas concertó matrimonio con el bachiller Pedro
Fernández en 1411 —enlace que fue confirmado en 1415— y posiblemente vivía en
la collación de San Juan. Lo que nos interesa destacar aquí, en todo caso, es
la condición letrada de Pedro Ruiz, su ejercicio relacionado con la escritura, aunque
las características materiales del testimonio de los anales hablan, como se
dijo, de la intervención de diversas manos a lo largo del tiempo. Este tipo de
registro y el perfil de su autor son sintomáticos de los cambios que se
producen en la historiografía peninsular en la Baja Edad Media, en la que cada
vez tenemos mayor constancia del protagonismo adquirido por escribanos del
entorno urbano.[27]
4. Los registros historiográficos.
Si retiramos del listado las doce entradas
que acaban de comentarse, nos resta otra docena que podemos calificar como
registros historiográficos. El primero de ellos —segunda entrada de los anales—
se limita a datar la muerte del rey Juan I el domingo 9 de octubre de 1390, sin
añadir ninguna información ni sobre el motivo del deceso ni sobre la sucesión.
En cuanto a la entrada [3], hace referencia a una medida tomada en las Cortes
de Madrid de 1391 y relacionada con la devaluación de una moneda que Juan I había
mandado acuñar en 1386, la llamada ‘blanca del agnus Dei’, que estaba
creando graves problemas.[28] Los
anales dicen que dicha devaluación se pregonó en Córdoba el 28 de enero y,
según el Ordenamiento, la decisión había sido tomada el 22 de enero.[29] Constatan,
por tanto, que la noticia tardó cerca de una semana en llegar a la ciudad. Dado
que estas dos entradas fueron escritas por la misma mano y con la misma tinta,
puede deducirse que, entre uno y dos años después del nacimiento de Teresa —que
pudo registrarse entonces o más tarde—, se decidió crear a partir de esa
noticia un listado cronológico que incluiría noticias no familiares;
concretamente, en el caso de la [2] y la [3], de índole político y económico.
Las
entradas [5], [7] y [9] registran el progrom
de 1391 y la cruzada de Martín Yáñez Barbudo en 1394. En ambos casos se trata
de acontecimientos que se encuentran en la mayor parte de los textos
historiográficos del periodo, pero aquí se describen de un modo muy similar a
como aparecen en los Anales de Garci Sánchez:[30]
Jueves
en la noche, ocho días de junio, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e trezientos e noventa e uno años,
se robó la judería de Córdova. E otro
día viernes, se entró el castillo de la judería e lo
robaron todo; e dende al domingo
siguiente, se tornaron cristianos todos los judíos (APR, fol. 2v [5]).
El
año de 1391, lunes y martes, cinco y seis días del mes de junio, en Sevilla, se
començó el
robo de la judería de Sevilla, y tornaron algunos cristianos por fuerça; y
en Córdova se començó jueves y biernes,
ocho y nueve días del dicho mes
(AGS, MSS/9198, fol. 5v).
Miércoles
de la Selmana Santa, quinze
días de abril, año del nacimiento del nuestro
salvador Jesucristo de mil e trezientos e noventa e cuatro años, pasó el maestre
Martín Yanes de Alcántara por la puente de Córdova para entrar en tierra de moros, e vino con trezientas lanças e quinientos ombres de pie e escudados
(APR, fol. 2v [7]).
Domingo
siguiente, veinte e seis días del dicho mes de abril,
fue desbaratado e muerto el
dicho Martín Yanes, maestre de Alcántara, en tierra de moros (APR, fol.
2v [9]).
El
año de 1394 el maestre de Alcántara, don Martín Yáñez de la Barbada, fue contra Granada con hasta trescientas lanças y quinientos omes de a pie
de su casa, contra la voluntad del
rey. Y pasando por Córdova llegáronsele hasta siete o ocho mil omes de a pie. Y llegó al Puerto Lope, y salieron a él
hasta ciento y ochenta mil omes de a pie y caballo, y mataron al maestre y a cuantos
con él fueron, y llevaron
cautivos fasta mil y quinientos. Y esta es la que dijeron la de Puerto de Lope (AGS,
MSS/9198, fol. 5v).
El listado no recoge ningún otro
acontecimiento del reinado de Enrique III, limitándose a consignar su
muerte en la entrada [15]. El fallecimiento del monarca se fecha en 1407, pues
se consideraba que el año comenzaba el día de Navidad. En este caso, el
registro no se asemeja al modo en que la noticia fue registrada en los Anales
de Garci Sánchez,[31]
pero sí es bastante parecido al que puede leerse en la Estoria
del fecho de los godos:
Sábado,
día de Pascua de Navidat, año del nacimiento del
nuestro salvador Jesucristo de
mil e cuatrocientos e siete años, murió el rey don
Enrique, fijo del rey don Juan,
en Toledo [...] (APR, fol. 3r [15]).
E
en sábado día de Nabidat del año del señor de mil e cuatrocientos
e siete años, finó este rey don Enrique
en Toledo, e ende está enterrado (Efg).[32]
La
entrada indica también que la noticia llegó a Córdoba el martes siguiente; es
decir, tres días después. Asimismo, señala que fue alzado por rey Juan II y
sitúa el escrito en ese reinado, deseando “que Dios dexe
regnar por muchos tiempos e buenos al su santo
servicio, amén”.
Las
semejanzas entre las entradas que se han citado pueden no ser grandes, pero
muestran que entre los Anales de Pedro Ruiz y los otros dos textos hay
ciertos paralelismos. El fragmento de la Estoria
del fecho de los godos del que se ha extraído la cita transmite unos anales
que debieron redactarse en Sevilla más o menos en las fechas en las que se
registraba el listado que estudiamos,[33] y
que están directamente emparentados tanto con los Anales de Garci Sánchez
como con otro texto analístico cordobés de la primera mitad del siglo XV, el
llamado Cronicón cordubense, que publicó Derek Lomax.[34]
Las
entradas [17] y [18] de los Anales de Pedro Ruiz registran la toma de
Antequera por el infante don Fernando, de nuevo presentando paralelismos con la
descripción, en este caso mucho más amplia, que se encuentra en la Estoria del fecho de los godos:
Martes,
seis días de mayo, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e diez años. En
este día venció el infante don Fernando, estando
e teniendo su real sobre Antequera, a
los infantes e a todo el poderío del rey
de Granada, que viníe a cercar la dicha villa de Antequera (APR, fol. 3r [17]).
Martes,
XVI días de setiembre d’este dicho año, se entró la
villa de Antequera por fuerça, e entrola el dicho infante don Fernando.[35] E
dende a ocho días se le dio el aver e el
castillo a pleitesía que saliesen con todo lo suyo que pudiesen levar (APR, fol. 3r [18]).
E
despues d’esto, en este
dicho mes de abril en esta era sobredicha, entró este infante don Fernando poderosamente en tierra de moros a
les fazer guerra, e cercó
luego a Antiquera. Estando sobre ella, venieron en acorro dos infantes moros con todo el poder de Granada, e traían cinco mil de cavallo e ochenta mil omes de pie, e ovieron su batalla
con el señor infante don Fernando. E quiso Dios ayudar a los cristianos, e fueron vencidos los moros e morieron d’ellos más de quinze mil
moros. E duró el alcance tres leguas fasta la noche
que los partió, que muchos más morieran si non por la noche. E fue esta batalla en martes
a medio día, seis días de mayo seguiente de la era sobredicha, día de Sant Juan Apóstol ante Porta Latina e Avangelista,
e duró fasta la noche. [...] E luego tornó el infante
a combatir al dicho lugar de Antiquera con sus
lombardas. E estovo sobre la dicha villa
puesto real fasta el mes de setiembre del dicho año combatiendo la dicha villa. E puso por frontero de
la dicha villa en la peña que dizen de los Enamorados al obispo de Palencia que dezían don Sancho de Rojas, que después fue arçobispo
de Toledo. E fizo este infante don Fernando tomar a los moros el agua del río, en tal manera que los
moros non tenían agua. E en tal manera la combatió
de noche e de día que la ganó. E diósele a pleitesía
que saliesen los moros en salvo
con todo lo que avían e podiesen levar, salvo las
armas e los mantenimientos. E
ganose la dicha villa en martes diez días de setiembre del dicho año de mil e cuatrocientos e diez años (Efg).[36]
Se
añadieron a continuación las dos entradas sobre el enlace matrimonial de una de
las hijas del notario Pedro Ruiz y, más de una década después, las cuatro
últimas, todas ellas historiográficas y escritas por una misma mano. La noticia
[21] del listado, como anteriormente se indicó, data la muerte del obispo de
Córdoba, Fernando González Deza. La [22], por su parte, relata la derrota del
obispo de Jaén, Gonzalo de Estúñiga, y del comendador
mayor de Calatrava, Lope Carrillo, en un lugar impreciso —“cerca de Pinar”— el
21 de octubre de 1428. Al parecer, este combate solamente se ha transmitido en
el Cronicón de Juan de Arquellada, un texto
bastante posterior pero que seguramente seguía escritos de la época, y que
sitúa el encuentro en las proximidades de Cambril:
En
jueves, veinte e un días del mes de otubre del año del
Señor de mil e cuatrocientos e
veinte e ocho años, que fue día de las onze mil vírgines, fue desbaratado
el obispo de Jaén don Gonçalo de Astúñiga,
e muerto el comendador mayor de
Calatrava don Lope Carrillo, cerca de Pinar. E murieron contía de trecientos ombres sin
pelea por los pecados de los ombres; e los que escaparon vinieron apresurados e desaventurados (APR,
fol. 1v [22]).
En
el año de 1428 años desbarataron los moros al obispo don Gonçalo
y muchos cavalleros
de Jaén en Albunel, que es cerca de Cambil. Y mataron
allí al comendador mayor de Calatrava,
don Lope Carrillo. Y el obispo vino huyendo, y
le fue tomado otro estandarte por los moros. Y estuvo dos días y dos noches en tierra de moros, en el río de la
Cerradura, escondido. Y le fueron a buscar otro día con mucha gente d’esta ciudad a
donde avía sido el desbarato, tañendo muchas
trompetas, para que si estava escondido que saliese.
Y con el ruido del agua no los
oyó. Y ansí se bolvieron todos muy tristes y
desconsolados por la pérdida
del obispo don Gonçalo. Y en su palaçio
hacía gran llanto su ermana y otros muchos cavalleros, haciendo muchas
promesas y devociones. Y a la tercera noche
salió del río y se vino a La Guardia con mucho dolor en su coraçón
por tanta gente como se avía
perdido aquel día. Y otro día envió a deçir cómo estava en La Guardia
bibo y sano. Y sabido por gente de Jaén, luego fueron
por él a La Guardia, con mucha cavallería y infantería, al qual truxeron a esta ciudad de
Jaén con muy grande contento (Crónicón de Juan de Arquellada).[37]
Por
último, las entradas [23] y [24] reúnen varios episodios ocurridos en el año
1431. En la número [23] se detallan los estragos en Córdoba y Alcalá de un
terremoto que tuvo lugar un martes, 24 de abril, a la hora de vísperas.[38]
También se dan las noticias de la llegada a Córdoba del condestable Álvaro de
Luna, el 25 de abril, y de la previa conquista de Jimena, en el mes de marzo.[39]
Finalmente, en la entrada [24] se refiere, sin mencionar su nombre, la batalla
de La Higueruela. Con esta victoria de Juan II se completa el listado, que en
su última etapa subraya la importancia dada en esta época a los conflictos
fronterizos. En el códice no hay ningún rastro de que se pretendiese dar
continuidad a los anales y tampoco se les añadieron título, encabezamiento o
cierre. Resistiendo a la tentación de imitar el laconismo del texto,
aventuraremos a continuación unas breves conclusiones interpretativas.
5. La intencionalidad de la composición.
Los listados de noticias datadas ordenadas
cronológicamente que desde época moderna se vienen denominando ‘anales’ o
‘cronicones’ representan un tipo de historiografía con bastante peso en el
periodo medieval y a lo largo de los siglos posteriores, pero no tan atendido
como otros géneros narrativos. Las descripciones más habituales, que asocian
estos textos a las tablas pascuales y los relacionan sobre todo con el periodo
altomedieval, no contemplan su proliferación en la Baja Edad Media ni el
interés que despertaron en los primeros siglos de la época moderna. Tampoco
ayudan a comprender cómo y por qué fueron registradas las noticias o compuestos
los listados. Además, generalmente ignoran las reordenaciones, omisiones y
actualizaciones que probablemente se llevaban a cabo en muchos traslados, y por
ello aventuran interpretaciones que tal vez sean erróneas. Obviamente, esto no
se aplica a todos los estudios sobre composiciones analísticas y es poco común
en los más recientes. Lo que caracteriza a estos últimos es, precisamente, la
toma de conciencia sobre las limitaciones que se imponen al trabajar con copias
en las que hay pocos rastros que permitan estudiar los procesos de composición.
En
este panorama, los Anales de Pedro Ruiz son una rara excepción. A pesar
de su anonimato, incluyen noticias que permiten esbozar el perfil de su autor y
las intercalan con una docena de registros que suponemos en mayor o menor
medida coetáneos a los sucesos anotados. En ellos encontramos casi todos los
tipos de noticias que solían registrarse en los anales del periodo: políticas
—en las entradas [2] y [15]—, monetarias —en la [3]—, militares —en las [7],
[9], [17], [18], [22], [23] y [24]—, locales —con referencias directas a
Córdoba en las entradas [3], [5], [7], [10], [15] y [23]—, sobre altercados
relacionados con minorías religiosas —entrada [5]— y referentes a desastres
naturales —entrada [23]. Las similitudes de algunas de estas entradas con otros
textos del mismo periodo no implican, a nuestro modo de ver, que exista una
relación directa entre estos anales y los otros citados; es decir, los anales
sevillanos que integran la Estoria del
fecho de los godos, los Anales de Garci Sánchez y el Cronicón
cordubense. Si bien estos textos transmiten composiciones que estaban
directamente emparentadas entre sí, pues parecen ser el resultado de diferentes
reelaboraciones de unas mismas series analísticas, en el caso de los anales que
aquí se publican tenemos registros individuales, y aparentemente espontáneos, a
los que difícilmente habrán accedido los autores de otros listados. Lo que los
paralelismos reflejan es una misma percepción de la realidad, materializada en
el registro de unos mismos sucesos, y la aplicación de unas fórmulas que dan
lugar a redacciones muy similares. Cuando esas semejanzas son especialmente
notables, sugieren que algunas noticias —como la de la toma de Antequera—
podrían estar circulando ya en alguna forma escrita —cartas enviadas a las
ciudades, por ejemplo— a la que los compositores de los anales tenían acceso.
De
cualquier modo, los Anales de Pedro Ruiz pueden incluirse en el cada vez
más numeroso grupo de listados analísticos redactados a lo largo de los siglos
XIV y XV en las ciudades andaluzas, compuestos por escribanos, notarios y otros
letrados, y casi todos —hasta donde sabemos— relacionados con los gobiernos
municipales y los entornos episcopales. Más allá del interés que encierran las
noticias relacionadas con la familia del notario o las que hacen referencia a
episodios poco documentados —como la derrota del obispo de Jaén en 1428 o el
terremoto de 1431—, indican cuánto tardaban en llegar las noticias de Madrid o
Toledo a Córdoba, subrayan el impacto en los coetáneos del progrom
de 1391 y de la malograda cruzada de Martín Yáñez de 1394, además de confirmar
que en las primeras décadas del siglo XV la atención estaba centrada en los
conflictos fronterizos. Se trata, por tanto, de un rico testimonio de la
actividad de esos ‘escribanos historiadores’ que quisieron documentar el modo
en que ejercían de testigos de su época.
6. La edición
A continuación, se presenta el conjunto
analístico transmitido por el códice Z-I-15 analizado en las páginas previas.
En la edición se tiene en cuenta el orden en el que consideramos que fueron
incorporándose las entradas; en consecuencia, se ofrece primeramente el texto
de los folios 2v-3r y, posteriormente, las tres últimas entradas del folio 1v.
No se incluye, por lo tanto, la primera entrada historiográfica de este folio,
que hemos considerado ajena al conjunto, ni tampoco los registros
independientes que se recogen en el folio 173r. La foliación del códice,
moderna, se indica entre corchetes en superíndice, y se numeran las entradas en
orden consecutivo añadiendo la cifra del año entre paréntesis. Aunque se ha
partido de una transcripción paleográfica, se regularizan las unidades
gráficas, así como la puntuación, la acentuación y la unión y separación de
palabras según los criterios de presentación crítica señalados por Pedro
Sánchez-Prieto Borja.[40] Se marca en cursiva el
texto que ha sido reconstruido, bien por ilegibilidad, bien por deterioro del
soporte, así como otras intervenciones editoriales. Los problemas o
características específicas de la copia se añaden en nota a pie.
1. (1389) [/2v]
Viernes, diez e nueve días de noviembre año del nacimiento del nuestro salvador
Jesucristo de mil e trezientos e ochenta e nueve
años, nació Teresa e fue bautizada en la eglesia de Santa María; e bautizola Miguel García, compañero en la dicha eglesia. E
fueron sus padrinos don Ferrant Gonçales de Deça, maestrescuela de la dicha eglesia, e Diago Gutierres de los Ríos e Martín Fernandes
de Frías, hermano del chantre. E fueron sus madrinas Mayor Martines e Juana
Martines, hermanas de Ferrand Armijo e Sancha Gomes, muger
de Sancho García, jurado de Sant Nicolás de la Villa.
2. (1390) Domingo,
nueve días de otubre, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil
e trezientos e noventa años, finó el rey don Joán.
3. (1391) Sábado
veinte e ocho días de enero, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo
de mil e trezientos e noventa e uno años, se pregonó
en Córdova el blanco, que valía a seis dineros, que valiese uno coronado.
4. (1391) Jueves en
la noche, así como al primero sueño, treinta días de março,
año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e trezientos
e noventa e uno años, nació Beatris e fue bautizada
en la eglesia de Sant Joán; e bautizola
Pero Ruis, canónigo de Córdova. E fueron sus padrinos
el chantre don Joán
5. (1391) Jueves en la noche, ocho días de junio, año del nacimiento
del nuestro salvador Jesucristo de mil e trezientos e
noventa e uno años, se robó la judería de Córdova. E otro día viernes, se entró
el castillo de la judería e lo robaron todo; e dende
al domingo siguiente, se tornaron cristianos todos los judíos.
6. (1392) Sábado en la noche, así como a la media noche, veinte e
cinco días de mayo, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e
trezientos e noventa e dos años, nació Costança e fue bautizada en la eglesia de Sant Juan; e bautizola Juan Peres, canónigo de
la eglesia de Santo Ipólito. E fueron sus padrinos Pero Fernandes de Frías e
Alfonso Fernandes, fijo del alcalde Juan Alfonso. E
fueron madrinas fija
de Sancho García, jurado, e Beatris Alfonso e Isabel
Alfonso, fijas del dicho alcalde Juan Alfonso.
7. (1394) Miércoles de la Selmana Santa, quinze días de abril, año del nacimiento del nuestro
salvador Jesucristo de mil e trezientos e noventa e
cuatro años, pasó el maestre Martín Yanes de Alcántara por la puente de Córdova
para entrar en tierra de moros, e vino con trezientas
lanças e quinientos ombres
de pie e escudados.
8. (1394) Jueves, ochavas de Pascua de Resurección,
veinte e tres días del dicho mes de abril, a ora de nona, nació Leonor e fue
bautizada en la eglesia de Sant Juan; e bautizola
Juan García, rector de Omnium Sanctorum.[41] E
fueron sus padrinos Pero Ramires, astero, e Juan
Sanches, criado de Inés Martines. E fueron sus madrinas la muger
de Antón Ramires, astero, e Isabel Alfonso, fija del
alcalde Juan Alfonso e María Alfonso, muger de Juan Fernandes.
9. (1394) Domingo
siguiente, veinte e seis días del dicho mes de abril,
fue desbaratado e muerto el dicho Martín Yanes,[42]
maestre de Alcántara, en tierra de moros.
10. (1397) Domingo a
la hora de misas, treze días de mayo, año del
nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e trezientos
e noventa e siete años, nació Isabel e fue bautizada
en la eglesia de Sant Juan. E fueron sus padrinos el bicario
Ruy Peres e Luis García, jurado de Sant Pedro, e Gonçalo Sanches, abogado vezino
otrosí a Sant Pedro. E fueron sus madrinas Juana Martines, hermana de Ferrant
Armijo, e la fija de Sancho García, jurado, e la muger
de Antón García de Clavijo, e la muger de Diego
Alfonso de Ma
11. (1398) Domingo a
ora de nona, veinte días de otubre, año del nacimiento del nuestro salvador
Jesucristo de mil e trezientos e noventa e ocho años, nació Juana e fue bautizada en la eglesia de
Sant Juan; e bautizola Juan García, clérigo rector de
Omnium Sanctorum.[43]
E fueron sus padrinos Ruy Días, fijo de Alfonso Días de Vargas, e Juan Álvares, obrero vezino a Sant
Miguel, e Juan García, canónigo. E fueron madrinas Locía
Fernandes, muger de Diego
Alfonso de Maçuela, e Leonor García la del Baçuelo e Isabel Alfonso, fija del alcalde Juan Alfonso.
12. (1400) [/3r]
Domingo en la noche, así como al primer sueño, día de Pascua florida, diez e ocho días de ¿abril?,
año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos años,[44]
nació Pedro e fue bautizado en la eglesia de Sant Juan; e bautizolo
Martín Lopes, bachiller en decretos, clérigo
beneficiado en la eglesia de Sant Lloreinte, vicario
teniente lugar del chantre don Juan Fernandes,
vicario general del obispo don Ferrando. E fueron sus padrinos Juan Ruis de Valdelomar, bachiller en leyes, e Alfonso Fernandes, fijo del alcalde Juan Alfonso, e Pero Ramires, astero. E fueron
sus madrinas Locía Fernandes,
muger de Diego Alfonso de Maçuela,
e Isabel Alfonso, muger de Alfonso Días, jurado de
Sant Miguel, e Teresa Álvares, muger
de Juan Álvares, obrero de la
puente.
13. (1403) Martes en la tarde, poco ante que tanxiesen
a viésperas,
diez e seis días de otubre, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo
de mil e cuatrocientos e tres años, nació Antón, fijo de Pero Ruis, notario, e fue bautizado en la eglesia de Sant Juan;
e bautizolo Pero Gomes, clérigo. E fueron sus
padrinos Ruy Gutierres de Porres, fijo del jurado Gonçalo Gutierres, alguazil mayor, e Lope Ruis de
Cárdenas, jurado de la Magdalena, e Alfonso Ruis,
bachiller en leyes. E fueron sus madrinas la muger de
Juan Ximenes de Góngora e la muger
de Alfonso Días, jurado de Sant Miguel, e Juana Martines, hermana de Ferrand
Armijo.
14. (1405) Domingo en
amaneciendo, onze días de enero, año del nacimiento
del nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e
cinco años, nació María, fija de Pero Ruis, notario,
e fue bautizada en la eglesia de Sant Joán; e bautizola Joán Alfonso, clérigo
beneficiado en la eglesia de Sant Salvador. E fueron sus padrinos Joán Ximenes, jurado de la
collación de Santa María, e Joán Ximenes
de Góngora e Martín Alfonso de Villaseca, vezinos en
la collación de Sant Joán. E fueron sus madrinas
Joana Martines, hermana de Ferrant Armijo, e Isabel Rodrigues,
muger que fue de Pero Rodrigues.
15. (1407) Sábado, día de Pascua de Navidat,
año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e
siete años, murió el rey don Enrique, fijo del rey don Juan, en Toledo. E el
martes siguiente se sopo en Córdova. E fue alçado por
rey de Castilla el muy esclarecido e muy alto e muy
poderoso rey don Juan, su fijo, que Dios dexe regnar por muchos tiempos e buenos al su santo servicio,
amén.
16. (1408) Viernes en la mañana ante que saliese el sol, día de Sant
Pedro e Sant Pablo, veinte e nueve días de junio, año del nacimiento del
nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e ocho años, nació Catalina,
fija de Pero Ruis, notario, e de Elvira Ruis, su muger; e fue bautizada
en la eglesia de Sant Juan, e bautizola Gonçalo Lucas, clérigo rector de la dicha eglesia. E fueron
sus padrinos Juan García, contador del rey, e García Gonçales
de Gahed,[45]
amos a dos de los veinte e cuatro de Córdova, e
Rodrigo Rodrigues, bachiller en leyes. E fueron sus
madrinas doña Teresa Venegas, muger de don Alfonso Fernandes, señor de Aguilar, e Costança
Fernandes, fija de micer Bartolomé Bocanegra, e Costança Alfonso, muger de Juan Peres de Godoy, e Marina Armigues,[46]
madre de Juan Ruis de Berro. Finó mediado março del año de veinte e seis.[47]
17. (1410) Martes, seis días de mayo, año del nacimiento del nuestro
salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e diez años. En este día venció el
infante don Fernando, estando e teniendo su real sobre Antequera, a los infantes e a
todo el poderío del rey de Granada, que viníe a cercar la dicha villa de Antequera.
18. (1410) Martes, XVI días de setiembre d’este
dicho año, se entró la villa de Antequera por
fuerça, e entrola el dicho
infante don Fernando.[48] E
dende a ocho días se le dio el aver e el castillo a pleitesía que saliesen con todo lo
suyo que pudiesen levar.
19. (1411) Jueves en la noche, ante del avenimiento, veinte e nueve
días de otubre, año del nacimiento del nuestro salvador Jesucristo de mil e
cuatrocientos e onze años, se desposó el bachiller
Pero Fernandes con Juana Ruis,
fija de Pero Ruis, notario.
20. (1415) Jueves, veinte e cuatro días de enero, año del nacimiento
del nuestro salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e quinze
años, se velaron el bachiller Pero Fernandes e Juana Ruis, fija de Pero Ruis, notario;
e veláronse en la eglesia de Sant Juan de Córdova.
21. (1426) Viernes en la noche, andados tres días del mes de mayo del
año del Señor de mil e cuatrocientos e veinte e seis años, finó el obispo don Ferrnando de Deça. E fue electo
por obispo don Gonçalo Venegas, arcediano de Córdova,
lunes veinte e siete días del dicho mes e del dicho año.
22. (1428) [/1v]
En jueves, veinte e un días del mes de otubre del año del Señor de mil e
cuatrocientos e veinte e ocho años, que fue día de las onze
mil vírgines, fue desbaratado el obispo de Jaén don Gonçalo de Astúñiga, e muerto el
comendador mayor de Calatrava don Lope Carrillo, cerca de Pinar. E murieron
contía de trecientos ombres sin pelea por los pecados
de los ombres; e los que escaparon vinieron
apresurados e desaventurados.
23. (1431) En un día
martes que fue a veinte e cuatro días de abril del año
del Señor Jesucristo de mil e cuatrocientos e treinta e un años, a ora de biésperas, que fue biéspera de
Sant Marcos,[49]
tembló la tierra e moviose el agua del río e de las
albercas, e cayeron almenas de los adarves; e en Córdova una mató un moço,[50] e
en Alcalá se cayó el adarve en
ciertos lugares.[51] E
otro día miércoles siguiente, entró en Córdova el condestable don Álvaro de
Luna. E en este año, en el mes de março, se ganó
Ximena; e ganola por arte e
escalas el mariscal Pero García. E dende a.[52]
24. (1431) En un día
domingo en la tarde, primero día de julio, año del Señor de un mil
cuatrocientos e treinta e un años, estando el señor
rey don Juan sobre Granada, desbarató
los moros que salieron a pelear.
Covadonga Valdaliso
Casanova
Centro de História da Universidade de Lisboa /
Universidad de Alcalá de Henares
Carmen Benítez Guerrero
Universidad de Sevilla
Ricardo Pichel
Universidad de Alcalá de Henares /
Universidade de Santiago de Compostela
Enrique Jerez Cabrero
Universidad Nacional de Educación a Distancia
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[*] Este trabajo se ha desarrollado
en el marco de los proyectos DL57/2016/CP1443/CT0001, UIDB/04311/2020 y
UIDP/04311/2020, financiados por la FCT (Fundação para a Ciência e a Tecnología
- Portugal) y desarrollados en el Centro de História da Universidade de Lisboa.
Agradecemos a las doctoras Gloria Lora Serrano y Pilar Ostos Salcedo sus
orientaciones sobre la realidad y documentación cordobesas, y a Alicia Córdoba
Deorador su eficacia con las gestiones en el Archivo Histórico Provincial de
Córdoba.
[2] Valdaliso Casanova y Benítez Guerrero (en
prensa), Benítez Guerrero y Valdaliso Casanova (2021, 2021a).
[3] Prueba de que en las primeras décadas del XV
los escribanos desempeñaban labores historiográficas es el comentario de
Enrique de Villena que cita Michel Garcia en el estudio previo a su edición de
la Crónica del rey Juan II de Castilla: “Por cuanto en tiempo quel dicho
don Enrique [de Villena] esto escrivió pocos sabíen quién avíe cargo de ordenar
estas corónicas, salvo que por común fama se dezíe avíe dello cargo un
escrivano de cámara que estava en Córdova e dávanle cient maravedís cada día e
dezienle el escrivano de las corónicas” (Garcia, 2017: vol. 1, 81). Para
facilitar la lectura, en esta y otras citas tomadas de textos ya publicados se
regulariza siguiendo los criterios de la presente edición.
[4] Gil (2009).
[5] Carriazo (1953, 1980) y Valdaliso Casanova
(2021).
[6] Son excepcionales, y muy representativos de
la riqueza de informaciones que puede facilitar el soporte original, los Anales toledanos terceros, analizados en
Jerez (2004) y Catalán y Jerez (2005: 544-554).
[7] Zarco (1929, vol. 3: 90); Orellana Calderón
(2006: 341-342); Jerez Cabrero (2021: 148, 150-151); Philobiblon BETA manid
1131.
[8] En la segunda columna del folio 157v hay un
cambio de letra que se extiende hasta el final del folio 158v. En la numeración
de los folios se cometieron varios errores: se repite el 53, se numera como 48
al folio 58, ha quedado sin numerar el folio que queda entre el 77 y el 78, y
del 135 se pasa al 137.
[9] A ello habría que añadir los folios 174 y
175. Hay reclamos en el extremo inferior derecho de los folios 185v, 195v,
205v, 215v y 225v, copiados en sentido perpendicular al cuerpo de texto. La
foliación es continuada desde el folio 174 al 233; no obstante, se encuentra
corregida desde el 208, y se han completado a lápiz en algunos casos
guillotinados (folios 176, 186, 190 y 192).
[10] Jerez Cabrero (2021: 150, nota 15).
[11] Véase Prádanos Fernández (2018: 71-73). Como
se indica en este trabajo, la ley II del título VI de la Cuarta Partida indica que deben introducirse estos árboles. El
folio 3r puede haber estado destinado a acoger un árbol similar, pues conserva
marcas de círculos que parecen destinados a formar una flecha.
[12] Jerez Cabrero (2021: 150-151 y nota 18).
[13] “Fue la pelea de Benamarín lunes, XXX días de otubre, era de mil e trezientos e setenta
e ocho años”.
[14] En la primera se dice que “Finó el rey don
Alfonso, que Dios perdone, la semana de Lázaro, estando en hueste sobre
Gibraltar; e eran ya ý tenidos los mandadores para le dar la villa, e finó en
la era de mil e CCC e ochenta e ocho años. E fincaron por tutores del rey don Pedro,
su fijo, don Juan Núñez e don Juan Alfonso de Albuquerque”. La secuencia “don Alfonso, que Dios perdone”
aparece interlineada. El contenido de esta noticia es extraño, pues tras la muerte
de Alfonso XI no se declaró una minoría y, por tanto, tampoco se
designaron tutores. En cuanto a la segunda, de muy difícil lectura debido al
estado del manuscrito, registra una crecida de río un año antes: “[...] la
crecien[te] del río un día, viernes XI; fue el año de la era de mil e CCC e
ochenta e siete años ante las puertas de las casas ¿de Alfon? de [...]
que son en la cal de [...] de la parrilla ¿ençima? del horno”. Otra
tinta añade XVI días de ¿mayo? en el interlineado sobre XI. La palabra siete fue añadida en el interlineado tras tacharse la forma seis.
[15] “[...] en XXV días de otubre [...] fue en la
era de mil e CCC e ochenta años, seyendo el rey [parece que a continuación se
tachó el (?)] don Alfonso de Castiella en la cerca de sobre Algezira, la
cual villa cercó en el mes de agosto de la dicha era”.
[16] En el fol. 1v, a continuación de la lista de
los títulos, se consignaron algunas anotaciones, entre las cuales se encuentra
un registro analístico sobre la conquista de Córdoba: “Ganose Córdova en
domingo, veinte e nueve días de junio, día de Sant Pedro e de Sant Pablo, año
de mil e dozientos e treinta e seis años. E ganola el rey don Fernando”.
Consideramos que, al igual que las cuatro noticias del folio 173v, este
registro no guarda relación con los anales que aquí se estudian.
[17] Por ejemplo, en el folio 2v parecen
corresponder a la misma mano las últimas cinco entradas, tres de las cuales
aluden a 1394, y las otras dos a 1397 y 1398. En cualquier caso, todas ellas
responden a diferentes tipos de gótica cursiva redonda, en sus modalidades
usual y semicaligráfica.
[18] Entradas [1], [4], [6], [8], [10], [11],
[12], [13], [14] y [16].
[19] Entradas [19] y [20].
[20] La excepción es la primera de sus hijas,
Teresa [1], que se bautiza en “la eglesia de Santa María”.
[21] Sobre la realidad social del contexto que
nos ocupa véanse, en general, Cabrera (1998), Pino García (1993), Lora Serrano
(2010), y para el ámbito eclesiástico Sanz Sancho (2000, 2005, 2008).
[22] Fernando González de Deza, maestrescuela de
la iglesia de Santa María [1], cuya muerte siendo ya obispo se refleja en la
entrada [21]; don Juan Fernández, chantre [4], Ruy Pérez, vicario [10], Juan
García, canónigo [11].
[23] Concretamente, de Teresa, Isabel, Antón y
María (entradas [1], [10], [13] y [14]). La mención a su hermano nos permite
saber que esta Juana entronca con los Fernández de Sousa, linaje ligado al
cargo de veinticuatro en la ciudad, Fernández de Béthencourt (1912: vol. 9, 242
y 409).
[24] De Beatriz, Costanza, Leonor y Juana
(entradas [4], [6], [8] y [11]). Es hermana de Beatriz Alfonso [4] y de Alfonso
Fernández [12].
[25] Este Pedro Ruiz, canónigo de Córdoba y
notario público, aparece documentado en 1387. Ante él se otorgó la escritura de
patronato de la capilla de San Pablo por parte de los hijos de Pedro Muñiz de
Godoy, Hernández Núñez (2003: 428). Uno de los hijos de Pedro Muñiz, Juan
Pérez, aparece, de hecho, como padrino en este bautizo. Debió de ser también
este Pedro Ruiz, canónigo, quien casi veinte años antes, en 1369, actuaba en
relación con una escritura otorgada por el cabildo a Diego Fernández, alguacil
mayor de la ciudad, otorgándole el patronato de la capilla del Espíritu Santo,
Fernández de Béthencourt (1912: vol. 9, 11). Sobre Pedro Muñiz y su
descendencia, véase Lora Serrano (2007: 170-186), donde se trata también la
problemática fecha de la muerte de Juan Pérez.
[26] Las apariciones de Pedro Ruiz que hemos
podido recabar son dudosas y nada concluyentes. En 1386, 1401 y 1448, aparece
un Pedro Ruiz como escribano del concejo, escribano público y escribano y
notario público respectivamente, Gómez Navarro (2014: 252, 267 y 398), así como
en 1398 un Pedro Ruiz escribano público de Córdoba, Ostos (2005: 247); otras
recurrencias a Pedro Ruiz y Elvira pueden desecharse por otros datos, salvo
quizás el caso de una venta en 1418, Ostos (2005: 198). Tenemos noticia de un
Pedro Ruiz, escribano público e hijo de Antón Ruiz, que en 1392 recibe dos
cahíces de trigo del cabildo catedralicio para ayudar a criar a sus hijos, y
que quizás podríamos identificar con nuestro personaje. En este sentido, es
llamativa la coincidencia de los nombres de Antón y Pedro con los dos hijos
varones del notario relacionado con los anales, Archivo de la Catedral de
Córdoba, Cajón I, n. 395, fol. 24r. Agradecemos a la Dra. Lora Serrano la
noticia sobre este documento. No parece que sea este Pedro Ruiz el marido
difunto de la Elvira Ruiz que en 1465 promete pagar al hospital del Cuerpo de
Dios de Palma del Río ciento veinte maravedís por el censo de unas casas, Ostos
(1990: 202-203). Y tampoco el Pedro Ruiz Moyano que, con Elvira Rodríguez,
vende unas tierras a doña Beatriz de Solier, esposa de Martín Fernández de
Córdoba, en 1433, Archivo Histórico de la Nobleza, LUQUE, C. 77, D. 27 (PARES).
[27] Como constata Gil (2009: 1169-1175). A tenor
de las indicaciones cronológicas cabría subrayar, no obstante, la posible
intervención de amanuenses eclesiásticos, lo cual no resulta extraño si tenemos
en cuenta la vinculación de Pedro Ruiz con el entorno eclesiástico, y más
particularmente, catedralicio. Por ejemplo, se habla de las ochavas de Pascua
de Resurrección a la hora de nona [8], del domingo de la hora de misas [10],
del domingo a la hora de nona [11], del día de Pascua Florida [12]. A un “tipo
de documento que se prodiga muy poco en los archivos cordobeses” alude
Margarita Cabrera al mencionar un registro de apariencia similar que recoge los
bautizos, padrinos y madrinas del conjunto de los hijos de Pedro de Valdelomar,
veinticuatro de Córdoba, entre 1431 y 1439, aunque no se refiera a un escrito
historiográfico. Procedente de San Nicolás de la Villa, hoy se conserva en el
Archivo de la Catedral de Córdoba, Legajo 1, n. 11 (Cortijo de los Encineños)
(recogido en Cabrera 1998: 314, que no alude al traslado de este fondo a la
catedral).
[28] En 1398 esta moneda volvería a devaluarse.
Véase Ladero Quesada (2009: 775-778; 2021: 78-80).
[29] “El rey don Joán [...] ordenó e mandó que
los blancos qu’ el avía mandado labrar, que valían fasta entonce a morabedí,
que valiesen dende en adelante a seis dineros, por los cuales ordenamientos
mandó en qué manera se pagasen las debdas que fasta entonce eran fechas desde
que se començó a labrar la dicha moneda de los blancos; pero los dichos ordenamientos
non podieron ser abastantes de determinar las contiendas e los pleitos que
después avían de nacer, por la dicha moneda de blancos ser abaxada a valor de
un cornado, el cual abaxamiento yo fize en estas Cortes de consejo del mi
Consejo e de los procuradores de las cibdades e villas de los mis regnos, a
veinte e dos días del mes de enero que agora pasó, deste año en que estamos de
mil e trezientos e noventa e un años”, ‘Ordenamiento sobre la baja de la moneda
de los blancos y valor de la moneda vieja, hecho en las Cortes de Madrid de
1391’ (Real Academia de la Historia, Cortes: 517-518). El cronista Pedro López de Ayala dedica un capítulo
a este episodio; véase Ferro y Moure (eds.) (2017: 35-36), capítulo CCCLVI /
1391 - capítulo 2.
[30] Citamos los Anales de Garci Sánchez a
partir de la trascripción, regularizada de acuerdo con las normas que adoptamos
para la presente edición, del MSS/9198 de la Biblioteca Nacional de España.
Sobre la conveniencia de utilizar este testimonio en vez de la edición de Juan
de Mata Carriazo (1953), véase Valdaliso (2021).
[31] “El año de 1407 alçaron por rey a don Juan,
hijo de este rey don Henrique, niño de dos años” (AGS, MSS/9198,
fol. 6r).
[32] Citamos la Estoria del fecho de los godos
a partir de la edición de Hijano Villegas (2021: 643).
[33] Véase Hijano Villegas (2021: lvii-lix).
[34] La noticia de la muerte de Enrique III, por
ejemplo, aparece así en el Cronicón cordubense: “En el año de nuestro
Señor de mil e cuatrocientos e siete años, finó el rey don Enrique en la cibdat
de Toledo”, Lomax (1982: 639). Acerca de este texto, véase Benítez y Valdaliso
(2021a). Sobre la relación entre los Anales de Garci Sánchez y el Cronicón,
véase Valdaliso (2021).
[35] La palabra infante aparece interlineada.
[36] Hijano Villegas (2021: 645-646). La Efg
data erróneamente la toma de la villa el 10 de septiembre, en vez del 16 del
mismo mes indicado por los APR.
[37] González Jiménez (1995: 206-207). Véase en
este estudio la relación del episodio con un romance sobre el obispo.
[38] Sobre este terremoto y su registro en otros
escritos historiográficos del periodo, véase Espinar Moreno (2022).
[39] Véase Valverde (1996). Los APR
atribuyen la hazaña al mariscal Pedro García de Herrera, tal y como Lope de
Barrientos en la Refundición de la Crónica del Halconero, mientras Pedro
García de Huete, en la versión previa de la misma obra, coloca a otros al
frente del ataque. Ambos textos son comparados en el artículo citado.
[41] Se elimina la forma Santiago delante de Omnium.
La lectura es dudosa debido al deterioro por mancha al final de la línea. Lo
interpretamos como un intento de cancelar la palabra por parte del copista.
[42] A continuación
se tachó la palabra “mest”.
[43] Antes de Omnium se tachó la secuencia “sat”.
[44] La secuencia de mil e cuatrocientos años fue añadida
en el interlineado con distinto tono de tinta y letra.
[45] Detrás de Gonçales, tachado: veynte e quatro.
[46] La <r> aparece entrelineada.
[47] Añadido al
final del párrafo, en otra letra. Probablemente la misma mano que incorporó la
última entrada en este folio, esto es, la número 21, y las tres últimas del
fol. 1v, aquí números 22 a 24.
[48] La palabra infante aparece interlineada.
[49] A continuación, coincidiendo con el inicio
de la línea, se apuntó una letra que luego se tachó.
[50] La secuencia en Córdova fue interlineada, pero no es seguro si se quiso añadir
antes o después del tironiano. Se elimina e
detrás de Córdova.
[51] Se sutituye en por el delante de adarve. Parece que hay algún tipo de corrección en la palabra adarve.
[52] Se suspende aquí la escritura de este
registro.