LA FUNCIÓN HISTORIOGRÁFICA DEL MUNDO ASIÁTICO EN LA HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA DE JUAN DE MARIANA (SIGLOS XV-XVI)

 

 

 

THE HISTORIOGRAPHICAL FUNCTION OF THE ASIAN WORLD IN THE HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA BY JUAN DE MARIANA

(15TH-16TH CENTURIES)

 

 

 

 

Iago Brais Ferrás García

 

 

 

Resumen: Este artículo propone, a partir de un enfoque teórico vinculado a la Historia Intelectual, que Juan de Mariana incluye ad hoc las relaciones entre la Península Ibérica y las Indias Orientales en su Historia general de España para satisfacer las expectativas historiográficas de la Monarquía hispánica y de la Compañía de Jesús. Además, presenta la conexión que Mariana realiza de lo “global” asiático con lo “local” portugués y cómo de su pluma emerge una crítica al tiempo presente desde el que escribe.

 

Abstract: This paper proposes, from a theoretical apparatus connected with Intellectual History, that Juan de Mariana includes ad hoc the relations between the Iberian Peninsula and the East Indies in his Historia general de España to satisfy the historiographic expectations of the Spanish Monarchy and the Society of Jesus. Furthermore, it presents the connection that Mariana makes of the Asian “global” with the Portuguese “local”, and how a critique of his own times emerges from his quill.

 

 

Palabras clave: Historia de España, Juan de Mariana, Asia, Global, Historiografía.
Keywords
: Spanish History, Juan de Mariana, Asia, Global, Historiography.


Fecha de recepción: 3 de octubre de 2024

Fecha de aceptación: 3 de diciembre de 2024

 

 


 

 

1. Introducción


E

uropa en la transición del siglo XV al siglo XVI estaba conectada tanto a nivel material como intelectual con América y Asia.[1] Las expectativas de imperios con tintes globales, el desarrollo de órdenes religiosas con vocación universal y la inclusión de la escala global en el “campo historiográfico” (Bourdieu, 2002) son algunos de los ingredientes de un caldo de cultivo que algunos especialistas han definido como la primera globalización.[2] Este contexto, unido a la guerra de plumas entre las distintas monarquías europeas, es el escenario en el que Juan de Mariana escribió su Historia general de España (1601). Una síntesis historiográfica sobre el pasado peninsular elaborada a la medida del horizonte global de la Monarquía hispánica y de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía el autor.

El objetivo del artículo es responder a dos grandes preguntas. Por qué y cómo Mariana añadió hasta diecinueve capítulos dedicados a las relaciones entre la Península Ibérica y las Indias Orientales en una obra que inicialmente carecía de ellos. El análisis será realizado desde la perspectiva teórica de la historia intelectual[3] y a partir de un conjunto de herramientas conceptuales que proporcionan campos como la historia del presente.[4]

Comienza con la vinculación de la escritura de Mariana a una de las tres grandes perspectivas epistémicas presentes en su contexto de producción. Esta diferenciación responde a la necesidad de reconocer horizontalmente todos los sistemas culturales intervinientes, la cual es apuntada por corrientes historiográficas como la historia global, la historia conectada y la historia mundial. Continúa con el análisis de la “historia vivida” (Aróstegui, 2004) por Mariana como súbdito de la Monarquía hispánica y como miembro de la Compañía de Jesús. Esta doble condición del autor repercute en que lo “global” forme parte de su pensamiento, pero también en la decisión de incluir numerosos capítulos sobre el mundo asiático en una historia de España. Sigue con la identificación de una “recepción en segúndo grado” (Genette, 1989) a partir de dos de las fuentes principales empleadas por Mariana, el De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum Indicarum Libri de Giovanni Pietro Maffei. Finaliza con el análisis de la vinculación historiográfica que realiza Mariana entre Asia y el Reino de Portugal, y cómo de ella emerge una crítica del autor a su propia contemporaneidad.

 

 

2. El mundo pensado desde la Castilla del siglo XVI

 

Las trayectorias, circulaciones y contactos entre la Monarquía hispánica de la transición del siglo XVI al siglo XVII y el mundo asiático pueden ser analizadas desde diferentes perspectivas teóricas.[5] Una de ellas es la llamada “historia global”, la cual busca mostrar que la historia se desarrolla de forma compleja a través de influencias recíprocas en las que no existe un centro que pueda ser aislado como un único actor determinante (Levi, 2018: 25-26).[6] A nivel práctico se interesa por comparar en relieve, por ejemplo, los movimientos de independencia de Haití y Vietnam (Armitage, 2012).

Frente a esta “historia global” han surgido diversos matices y críticas.[7] Así, Romain Bertrand (2015: 7) apunta que «una parte consecuente de la producción anglófona en el campo de la ‘historia global’ se apoya de manera exclusiva sobre fuentes en lenguas europeas», por lo que no produce el efecto de descentramiento que inicialmente busca. La “historia conectada” y la “historia mundial” son las corrientes más representativas de estas voces disonantes. Para la primera de ellas lo “global” no existe como nivel autónomo de análisis, sino únicamente conexiones establecidas, vividas y pensadas por los mismos actores.[8] La ausencia de un marco cronológico concreto y la importancia del análisis de la documentación producida por todas las culturas intervinientes son algunas de sus características. En cambio, la “historia mundial” entiende la historia-mundo como un conjunto de historias no directamente interconectadas más allá de la imagen que el propio lector se hace de ellas (Boucheron, 2009). Su objetivo es evitar la representación del pasado como una fotografía insertada en una larga duración coherente y teleológica.

La “historia global”, la “historia conectada” y la “historia mundial”, a pesar de sus diferencias, subrayan la importancia del espacio y de sus diferentes escalas en los complejos contactos entre sociedades a lo largo del tiempo. Esta relación que mantiene todo individuo o colectivo con el espacio, ya sea este físico o imaginario, como señala Claudio Canaparo (2009), se materializa a nivel discursivo y epistémico. Siguiendo estas ideas conceptuales, diferenciamos tres grandes perspectivas historiográficas y vinculamos la escritura de Mariana a la primera de ellas.

a) El contacto con las Indias Orientales pensado desde la España del siglo XVI. Los habitantes de la Península Ibérica, territorio considerado central para los intereses de la Monarquía hispánica (Parker, 1995: 249), vivían en un sistema cristiano de origen medieval (Baschet, 2018).[9] No es una cuestión baladí, ya que los autores castellanos, aragoneses y portugueses van a representar el mundo asiático desde esta perspectiva. Así, conciben providencialmente el contacto con las Indias Orientales en términos de una relación centro-periferia (Jacquelard, 2012), la cual puede observarse, a nivel económico, en la definición de “India” que proporciona Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana, o español: «region Oriental, termino dela Asia. contiene casi gran tierra y poblacion. […] Indio el natural dela India: indiano el que ha ido a las Indias, que de ordinario estos bueluen ricos» (1611: 502v). Mientras que a nivel confesional son esclarecedoras tanto la Historia de las Missiones que han hecho los religiosos de la Compañía de Iesus de Luis de Guzmán (1601) como las siguientes palabras de Antonio San Román de Ribadeneyra en su Historia General de la Yndia Oriental:

 

Assi como Dios nuestro Señor con su infinita Sabiduria penetra, y alcança todas las cosas, que en el discurso de los tiempos han de suceder (como es conclusion indubitable) assi con su inmensa prouidencia las dispone, de tal manera, […] quiso seruirse de las inuincibles armas de Portugal, como de instrumento acomodado a su santa voluntad, para que penetrando por las anchas, y espaciosas tierras, y mares de Africa, y Asia, reparasen con grandissimas ventajas la perdida de lo de Europa; y la Yglesia quedasse mas gloriosa, y con el mayor Imperio, que dende sus principios tuuo (1603: 1).

 

b) El contacto con la España del siglo XVI pensado desde las propias Indias Orientales. Esta última denominación utilizada en el mundo europeo de la época engloba a un universo heterogéneo de sociedades. Indios, malayos, javaneses y camboyanos son algunos de los sistemas culturales con los que la Monarquía hispánica entró en contacto.[10] Uno de sus puntos en común, como señala Romain Bertrand (2015: 15; 2007: 69-89), es que, si bien tenemos una gran producción historiográfica sobre las Indias Orientales en Occidente, las mujeres y los hombres asiáticos prácticamente no le prestaron atención a Europa hasta varios decenios después de su llegada, tal y como refleja la Sajarah Banten. No se trata de una incapacidad historiográfica por su parte, ya que sí recogieron sus fluidas y fructíferas relaciones con China, el imperio otomano y la India mongola, sino de una ausencia de interés por el universo occidental.

c) El contacto entre la España del siglo XVI y las Indias orientales pensado desde otros espacios. Nos encontramos en un momento histórico de “guerra historiográfica” entre las diferentes monarquías europeas y entre católicos y protestantes.[11] Desde otros territorios como Inglaterra y Francia se llevaron a cabo diversas acciones con el objetivo de atacar historiográficamente la posición política de centro que ocupaba la Monarquía hispánica tras la Unión Ibérica de 1580. En este marco, comenzaron a expandirse representaciones de los españoles y portugueses como bárbaros y expoliadores con los habitantes de los espacios recién descubiertos.[12] Así, surge una abundante producción historiográfica desde finales del último tercio del siglo XVI y, en especial, en el siglo XVII. Algunos ejemplos son el Discours of Voyages Into Ye Easte and West Indies de Jan Huygen van Linschoten (1598), el The Principal Nauigations, Voyages, Traffiques and Discoueries of the English Nation de Richard Hakluyt (1599), el Purchas his Pilgrimes in Five Bookes de Samuel Purchas (1624), las páginas 140 y siguientes de las Mémoires Géographiques de tous les Pays du Monde, avec plusieurs observations historiques de Pierre Duval (1676), y el The Extraordinary Adventures and Discoveries of Several Famous Men escrito por R. B.:

 

But it happened that in the year of 1554, when the Portugals made a Road out of India, and entered the Island of Ceylon, they went up upon the Hill, where they thought to find great treasure, because of the Fame that was spread abroad of the great refort and Offerings in that place; They diligently searched the Cloister, and turned up every Stone thereof, yet found nothing but a little Coffer made fast with many precious Stones wherein lay the Apes Tooth; This Relique they took with them to Goa, which when the Kings of Pegu, Siam, Bengala, Bisnagar, and others heard of, they were much griever that so costly a Jewel was in that manner taken from them (1683: 77).[13]

 

 

3. Lo “global”, ¿imposición o rasgo de la perspectiva

historiográfica de Mariana?

 

Siguiendo esta línea argumental, las mujeres y los hombres piensan el mundo a partir de su historia vivida (Aróstegui, 2004).[14] El espacio de pertenencia y de referencia, sus experiencias de poder y las relaciones económicas y extraeconómicas en las que cada uno de ellos se inscribe son algunos de los condicionantes que inciden en su relación para con el mundo.[15] Juan de Mariana (1536-1624) pensó y escribió sobre la mundialización de las Indias Orientales desde una Castilla que ocupaba un lugar central en la Monarquía hispánica.[16]

El corpus producido por Mariana es complejo y poliédrico.[17] Además de vivir durante los reinados de Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV, el autor tuvo una amplia formación humanista, jesuita y cristiana que desarrolló en diversas tareas filológicas, historiográficas e intelectuales. Por ejemplo, la Biblia Políglota de Amberes, el Índice inquisitorial de Quiroga, las ediciones de Isidoro de Sevilla y Lucas de Tuy, y la comisión creada por orden del Papa Pio IV para elaborar una respuesta a las Centurias de Magdeburgo. La creación de esta comisión data de una licencia que el Santo Oficio otorgó el 28 de agosto de 1565, año del inicio de la estancia de Mariana en el Colegio Romano por solicitud de Diego Laínez, y estaba formada por Tomás Manrique, Eustachi Locatelli, Felice Peretti, Giovanni Matteo Valdia, Alfonso Salmerón, Diego de Ledesma, Miguel de Torres, el propio Juan de Mariana, Archille Stazio y Onofrio Panvinio.[18]

La perspectiva y el posicionamiento del autor, más o menos crítico con el pasado que escribe y el presente desde el que narra (Malavialle, 2024), pudo beneficiarse de una extraña libertad que le permitió criticar ciertos aspectos políticos, monetarios, culturales y sociales que circulaban en los debates de la época. Por ejemplo, las medidas económicas del Duque de Lerma.[19] Algunos especialistas han asociado este rasgo de Mariana a una posible cierta autonomía de juicio favorecida por su doble condición de súbdito de la Monarquía hispánica y de miembro de la Compañía de Jesús.[20] Dos círculos de poder para los cuales lo “global” era una nueva escala a tener en cuenta por sus respectivas aspiraciones imperiales y evangelizadoras:

a) Los tintes globales del proyecto imperial ibérico. La Historia general de España es publicada inicialmente en latín en 1592, unos veinte años más tarde que el Compendio Historial de Esteban de Garibay (1571) y que la Coronica general de España de Ambrosio de Morales (1574-1577).[21] Estas dos historias de España rápidamente fueron sustituidas por la obra del jesuita entre otros motivos porque no satisfacían, en un contexto de guerra de plumas (Malavialle, 2024), las expectativas de un relato continuo y cohesionado del pasado peninsular ab origine tras la Unión Ibérica de 1580.[22] A propósito, son ilustrativas las siguientes palabras de Mariana durante su narración de la denominada “pérdida de España”:

 

La qual compuesta de todas sus partes, y como de sus miembros, terminasse su muy ancho imperio, y le estendiesse, como oy lo vemos, hasta los ultimos fines de leuante, y poniente. […] en el mismo tiempo que esto se escriuia […] don Philippe segundo […], junto con los demas estados el reyno de Portugal, con atadura, como lo esperamos, dichosa y perpetua. Con que esta anchissima prouincia de España, reduzida despues de tanto tiempo, debaxo un sceptro y señorio, comiença a poner muy mayor espanto que solia, a los malos y a los enemigos de Christo (1601, t. I: 414).

 

La circulación de personas y mercancías entre los tres grandes océanos del mundo tras los contactos con las Indias Orientales, la llegada al “Nuevo Mundo” y la anexión del Reino de Portugal fomentó que en las élites laicas y religiosas se desarrollase una conciencia-mundo. Esta cuestión, aunada al espejismo de una Monarchia Universalis, tuvo su repercusión en la historiografía de la época, saliendo a la luz obras como la Historia general del Mundo de Antonio de Herrera y Tordesillas.[23]

b) El proyecto de cristianización global de la Compañía de Jesús. Jerónimo Nadal en la decimotercera de sus Exhortationes Complutenses afirmaba que «el mundo es nuestra casa» (1561). Estas palabras definen la misión apostólica y la vocación que tuvieron los jesuitas desde su fundación de extender universalmente el mensaje cristiano (Martínez Millán et al, 2012). La llegada de la Compañía a Manila en 1581 coincidió con la unión de las dos coronas y posibilitó una relectura de la escala de difusión del cristianismo. Así, a finales del siglo XVI los jesuitas elaboraron una historiografía que encajaba tanto en los marcos mentales de su tiempo como en un formato ideológico adecuado al nuevo orden global.[24]

Estos dos contextos están íntimamente relacionados con la escritura histórica de Mariana. Por un lado, están conectados entre sí porque la Compañía de Jesús necesitaba para su acción apostólica las condiciones de posibilidad que le ofrecía el escenario imperial ibérico, es decir, el marco político temporal de la Monarquía debía servir a la cristianización y, a su vez, los jesuitas debían moralizar lo temporal (Jacquelard, 2018). Por otro lado, son relevantes para comprender las discontinuidades entre la edición latina (1592) y la edición castellana (1601) de la Historia general de España. Mariana, a pesar de tomar la Península Ibérica como marco geográfico de su narración, en la versión castellana incluye nuevos acontecimientos sobre otros territorios. Así encontramos hasta diecinueve capítulos con referencias a las Indias Orientales y un capítulo dedicado al denominado “Nuevo Mundo” (ver tabla 1):[25]

 

Historia general de España (1601)

Indias Occidentales

Indias Orientales

t. II, Libro XXVI, Cap. III. Del descubrimiento de las Indias occidentales (pp. 678-783)

t. II, Libro XX, Cap. XI. De las alteraciones de Castilla (pp. 321-326)

 

t. II, Libro XXI, Cap. XII. Que los Portugueses fueron maltratados en Africa (pp. 393-396)

t. II, Libro XXII, Cap. XIIII. Como fallecio el rey don Iuan de Castilla (pp. 459-461)

t. II, Libro XXV, Cap. XI. En Aragon se assento la hermandad entre las ciudades (pp. 647-650)

t. II, Libro XXVI, Cap. XVII. Que los Portugueses passaron a la India oriental (pp. 713-717)

t. II, Libro XXVI, Cap. XVIII. De lo que Vasco de Gama hizo en Calicut (pp. 717-720)

t. II, Libro XXVI, Cap. XIX. Como Vasco de Gama boluio a Portugal (pp. 720-721)

t. II, Libro XXVI, Cap. XX. De la nauegacion que oy se haze a la India oriental (pp. 722-725)

t. II, Libro XXVIII. Cap. X. De una liga que se hizo contra Venecianos (pp. 804-806)

t. II, Libro XIX, Cap. IX. De las vistas del rey Catholico con el de Francia (pp. 856-859)

t. II, Libro XIX, Cap. XII. Tratose que el principe don Carlos viniesse a España (pp. 863-865)

t. II, Libro XIX, Cap. XIIII. De las cosas de Africa (pp. 868-869)

t. II, Libro XIX, Cap. XVI. De la armada que el Soldan embio a la India de Portugal (pp. 871-874)

t. II, Libro XIX, Cap. XXII. Que bugia y Tripol se ganaron de Moros (pp. 886-889)

t. II, Libro XIX, Cap. XXV. Que don Garcia de Toledo fue muerto en los Gelues (pp. 893-895)

t. II, Libro XXX, Cap. IIII. Que el Papa conuoco concilio para san Iuan de Letran (pp. 902-904)

t. II, Libro XXX, Cap. XXI. De la batalla que dio el virrey a Venecianos junto a Vicencia (pp. 944-947)

t. II, Libro XXX, Cap. XXIII. De las cosas de Portugal (pp. 949-952)

t. II, Libro XXX, Cap. XXV. De la muerte de Alonso de Alburquerque (pp. 955-958)

 

Tabla 1: Capítulos de la Historia general de España (1601) de Juan de Mariana con referencias a las Indias Occidentales y Orientales.

 

Estos diecinueve capítulos dedicados al mundo asiático no están presentes en la edición de 1592. ¿Es la ampliación de la escala espacial de la obra una intencionalidad propia de Mariana o una imposición externa? En el prólogo de la Historia general de España el jesuita sugiere las presiones externas que recibió para acometer la traducción del texto latino y que decidió hacerla él mismo para prevenir potenciales errores:

 

Boluila en Romance, muy fuera de lo que al principio pensè, por la instancia continua que de diuersas partes me hizieron sobre ello, […]. Ademas del recelo que tenia no la traduxesse alguno poco acertadamente: cosa que me lastimara forçosamente, y de que muchos me amenaçauan. […] No me atreui à passar mas adelante, y relatar las cosas mas modernas, por no lastimar à algunos, si se dezia la verdad, ni faltar al deuer, si la disimulaua (1601, t. I: Prologo).

 

Sobre estas afirmaciones vuelve Mariana con más ímpetu en el medio de su historia con el objetivo de que pasasen desapercibidas ante potenciales críticas o censura. Así, aclara e incide de nuevo sobre estas presiones externas y cómo “personas doctas y graues” le obligaron contra voluntad a incluir aquellos acontecimientos que abrieron la puerta a “la grandeza y imperio que oy goza España”:

 

Grande balumba de cosas se nos pone delante, y mayor peso que tan pequeñas fuerças puedan lleuar: inmenso pielago y hondura, que con dificultad podran apear aun los grandes ingenios. Por lo qual estaua resuelto, como se dixo en la prefación Latina desta obra, de hazer punto en la guerra de Granada, y no passar adelante: pues es justo que cada vno se mida con el trabajo que emprende, y haga balanço de fuerças: fuera de otras difficultades que se offrecian, y en el mismo lugar se apuntaron. Pero deste parecer me hizieron apartar algun tanto personas doctas y graues: las quales pretendian que esta obra, sin lo de adelante, quedaua imperfecta y falta de lo que naturalmente mas se desea saber, que son las cosas modernas, sin hazer mucho caso de las antiguas. Ademas que las cosas que succedieron poco adelante, por ser tan gloriosas y grandes, y la puerta que se abrio para la grandez y imperio que oy goza España, darian a esta obra el mas noble remate que se pudiera desear. Lustre de muy grande importancia, que a imitacion delos que escriuen y representan comedias, el acto postrero se auentaje a lo demas, para que el lector con aquel postre y dexo quede con mayor gusto y agrado, y toda la obra mas hermosa. Razones eran estas de mucho peso. Que era justo que yo hiziesse? o que partido deuia seguir, y que traça? Resoluime en condescender algun tanto, y para acudir a todo, continuar esta historia algunos pocos años adelante, en los quales acontecieron las cosas mas grandes y dignas de memoria que jamas los Españoles acometieron y acabaron: ni aun se yo que alguna otra nacion en el mundo, en tan breue espacio passasse tan adelante, ni ensanchasse tanto los terminos de su imperio (1601, t. II: 673-674).

 

Es aquí donde traemos a colación los dos contextos señalados previamente. Mariana, para poder efectuar una mayor o menor crítica tanto del pasado peninsular como del presente desde el que escribe, tuvo que satisfacer los intereses historiográficos de la Monarquía y de la Compañía. Así, la escala global, si bien ya formaba parte del contexto epistémico que vivió el jesuita, es incluida ad hoc a nivel empírico en su obra.

 

 

4. El De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum Indicarum Libri de Giovanni Pietro Maffei,

fuentes de Mariana

 

Mariana nunca estuvo en las Indias Orientales y al poco tiempo de haber publicado su historia en latín (1592) ya tenía preparada la traducción de sus 959 páginas al castellano (1593): «Por quanto por parte de vos el padre Iuan de Mariana de la Compañia de Iesus, nos fue hecha relacion, que con nuestra licencia auiades impresso el año passado la historia de España en Latin, y al presente la auiades traduzido en lengua Castellana, que era de la que haziades presentacion […]. Fecha en san Lorenço a vltimo dia del mes de Iunio, de mil y quinientos y nouenta y tres años» (Mariana 1601, Suma de las aprouaciones y licencias).[26] Para añadir el contenido dedicado al mundo asiático a la obra el autor siguió con su método historiográfico basado en la compilación, si bien su labor no se ciñó únicamente a reproducir lo que otros decían.[27] Mariana reinterpretó y utilizó la información que las fuentes medievales y modernas proporcionaban tanto para elaborar una historia adaptada a las necesidades historiográficas de la Monarquía y de la Compañía, como para criticar al tiempo presente desde el que escribe.

Teniendo en cuenta estas cuestiones y los contextos señalados previamente, no es extraño que las dos fuentes principales de Mariana para escribir sobre las Indias Orientales sean el De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo Osório (1506-1580) y los Historiarum Indicarum Libri de Giovanni Pietro Maffei (1533-1603).[28] El primero de ellos, amigo de Francisco Javier y Pierre Favre (Tavares de Pinho, 2020: 319-328), colaboró en la expansión de la Compañía de Jesús en el Reino de Portugal y tuvo una estrecha relación con el mundo oriental. Su padre, João Osório de Fonseca, fue nombrado por el rey João II Ouvidor Geral del gobierno portugués en la India. Entre la producción de Osório, de amplia formación humanista y filológica en Salamanca y París, sobresale su De Regis Institutione et Disciplina (1571) por sus conexiones intelectuales con la obra homónima elaborada por el propio Mariana.[29] El De rebus Emmanuelis Regis, con 11 ediciones en latín y 18 traducciones, utiliza textos como la Crónica do Felicíssimo Rei d. Manuel (1566-1567) para reubicar historiográficamente el reino portugués en el tablero político de la época. Para ello, representa al pueblo portugués como el único capaz de contrarrestar el ímpetu turco en Europa.[30]

Por otro lado, Giovanni Pietro Maffei coincidió con Mariana en el Colegio Romano durante tres años (1566-1569) mientras impartía clases de retórica. Tampoco estuvo nunca en Oriente, pero desde su noviciado trabajó sobre el mundo asiático con una traducción al latín clásico de una obra de Manuel da Costa sobre las misiones jesuitas. Por voluntad de Enrique I de Portugal y Everardo Mercuriano fue el encargado de escribir la historia de las conquistas y misiones portuguesas en Asia (Francese, 2019: 192-197). Se fue así a Portugal en 1579 a consultar los archivos de Lisboa y Coímbra, para luego regresar a Roma en 1584 y publicar sus Historiarum Indicarum Libri XVI en 1588. Una obra, con seis ediciones y dedicada a Felipe II, que cuenta la historia de la llegada portuguesa a África, India, Malaca, China y Japón durante los siglos XV y XVI.

La utilización de dos autores que nunca habían estado en las Indias Orientales provoca que en la Historia general de España la representación de este espacio sea el resultado de una “recepción en segundo grado”, siguiendo la terminología de Gerard Genette (1989). La información que proporcionan el De rebus Emmanuelis Regis y los Historiarum Indicarum Libri es leída por Mariana, quien la sintetiza y acomoda a su narración. Un buen ejemplo de ello es la toma de la ciudad de Malaca (ver tabla 2).

 

Historia general de España

De rebus Emmanuelis Regis

Historiarum Indicarum Libri

Alonso de Alburquerque, que ya estaua en el gouierno de la India, determino juntar su armada para vengar esta inuria. Parto de goa, y llego a tomar puerto en la ysla de Somatra. De alli endereço su viage a Malaca. Succedio enel viage, que encontró con vna naue. Acometiola, y tomola. ya que los Portugueses estauan dentro, se emprendió tan grande llama, que fueron forçados a retirarse, por no ser quemados. Entendiose despues, que aquella llama se hazia con cierto artificio, sin que hiziesse algun daño. Poco adelante se vio otra naue. Enuistieronla los Christianos, y tomaronla, dado que vn Moro que yua en ella, por nombre Nahodaberguia, grande enemigo de Portugueses, con otros la defendio valientemente, hasta tanto que de las muchas heridas que le dieron, cayo muerto. Notose que con estar tan herido, no le salia sangre ninguna. Despojaronle, y luego que le quitaron una manilla de oro, broto la sangre por todas partes. Supose que en aquella manilla traya engastada una piedra, que en el reyno de Siam se saca de ciertos animales, llamados Cabrisias, y que tiene maravillosa virtud para restañar la sangre. Llego la armada a Malaca, primero de Iulio. Ouo algunos encuentros con los de dentro, que se defendieron con todas sus fuerças. Pero en fin la ciudad quedo por el rey de Portugal. Desta manera se dilataua el nombre Cristiano en los últimos fines de la tierra (1601, t. II: 903).

Albuquercius misit continuo duos duces, vt scaphis inuecti, eam ad illum traherent. Nautae metu perterriti, se se in mare praecipites eiecerunt. Nahodabeguea ea naui vehebatur, & Malacam petebat, vt Regi Lusitanae classis aduentum nunciaret, vt ea sedulitate Regem ad veniam tribuendam inflecteret. Nahodabeguea cùm nullam vitandae cladis meritae rationem inueniret, maluit cum famulus suis viri fortis officio sunctus occumbere, quàm supplicio suo nostrorum oculus satiare. Itaque tanta vi repugnauit, vt nemo fuerit è nostris, qui non ex eo certamine vulneratus abiret. Hostes omnes caesi sunt. Nahodabeguea multis vulneribus concisus ita cecidit, vt nullum sanginem è vulneribus emitteret. Cum tamen nostri illum nudassent, & armillam ex auro sanctam, in quam erat lapis quidam inclusus, detraxissent, magna reprente vis sanguinis ex illius vulneribus emanauit. Lapis ex bestiis quibusdam eruitur, quas Siamenses Cabrisias appellant, qui mirisicam ad sanguinem sistendum vim continere dicitur. Nostri progressi vlterius, duas alias naues ceperunt, quarum vna Malaca soluerat. Qui ea vehebantur, Rodericum Araugium, & reliquios Lusitanos, qui Malacae relicti fuerant, incolumes esse nunciarunt (1571: 281).

Qua in re illud vel in primis accidit memorabile. Vehebatur quadam è nauibus iis Naodabeguea Malacensis, vnus ex eorum numero, qui nuper in Sequeriae existium conspirauerant. is in itinere oppressus ab Lusitanis, cum egregie dimicans aliquantdiu restitisset; multis demum consossus ictibus ita corruit; vt è patulis vulneribus nihil omnino cruoris minaret. Mox, inter spoliandum corpus, vt primum detracta eius brachio est aurea armilla; (mirum dictu) tamquam vase confracto, ita fese cum anima vniuersus reprente sanguis effudit: cuius rei stupore defixi Lusitani, cum de captiuis causam quae siissent; cognouere iclusum esse in armilla os animalis cuiusdam Sionii (Cabim incolae appellant) cuius, in sistendo sanguine virtus efficacissima sit. id ipsum os deinde cum in Lusitaniam deuehendum esset, vna cum pretiosis aliis rebus naufragio periit. Atque in hunc modum barbarous ille concepti in Sequeriam facinoris poenas acerba persoluit morte. quo quasi quodam titubus belli proludio laetus Albuquercius, Malacam recta contendit (1588: 90r).

 

Tabla 2: Narración de la toma de la ciudad de Malaca en la Historia general de España (1601), el De rebus Emmanuelis Regis (1571) y los Historiarum Indicarum Libri (1588).

 

La escritura de este acontecimiento, maravilloso a ojos de los portugueses, muestra tanto la recepción en Mariana de Osório y Maffei como la posible lectura del De rebus Emmanuelis Regis por parte de este último.[31] Los autores jesuitas consultaban preferentemente y de primera mano la producción historiográfica de la propia Compañía a través de la gran circulación libresca que tenían sus bibliotecas. Sin embargo, a pesar del método historiográfico de Mariana y su tesón en revisar las ediciones de la Historia general de España (Gallego Moreno 2008: 111-144), identificamos un error en una de las citas a los Historiarum Indicarum Libri que se repite a lo largo de todas las ediciones en vida del autor (1601, t. II: 724; 1608, t. II: 537; 1617, t. II: 537; y 1623, t. II: 540). Así, el jesuita cita al margen izquierdo un hipotético fragmento de Libro XVI de Maffei, pero realmente este se corresponde con el f. 14r del Libro I (ver tabla 3).

 

Historia general de España

Historiarum Indicarum Libri

 

Los mas entre gente docta, tienen que Somatra es la Tapobrana de Ptolomeo, y Malaca la Aurea Chernoseso del mismo, sin faltar quien tenga por cierto que Malaca es la antigua Ophir, donde Salomon embiaua sus armadas para traer oro y plata. y aun los del reyno del Pegu, que cae por aquellas partes, se tienen por descendientes de los Iudios que Salomon embio condenados para beneficiar las minas de Ophir [al margen izquierdo: “Maffeo, lib. 16. De su histor.”]. Que si oy alli no se hallan estos metales, hallauanse antiguamente, como lo da a entender el nombre de Aurea Chersonesus” (1601, t. II: 724)

Altera in ortum spectans, à Comorino tractu per Bengalae fines, qua Ganges in Oceanum influit; perque Pegusia, & eius tractus alia ditisima regna (quam terram Ophir, ac Tharsis, quisdam haud sane absurdis coniecturis existimant) definit in Auream Chersonesum: qua in regione praenobile emporium Malaca visitur hodie (1588: 14r) [32]

 

Tabla 3: Pasaje correcto de los Historiarum Indicarum Libri (1588) que cita Mariana de forma errónea.

 

Este error no se trató tampoco de una posible confusión de autores por parte de Mariana, ya que si bien Maffei recoge parte de la información proporcionada por Osório, el De rebus Emmanuelis Regis no menciona las dichas “minas de Ophir”: Inde Malacan, que est in continente Septentriones versus, cuius explorandae causa missus ab Emmanuele fuerat, traiecit. Ea est in aurea Chersoneso ad ostium fluminis non valde magni sita. Era autem tune celeberrimum Orientis emporim : quator millibus passuum in longitudinem patebar (1571: 246). En todo caso, las historias de estos tres jesuitas van a ser unas de las grandes productoras del imaginario sobre las Indias Orientales en el mundo ibérico. Máxime si el texto de Mariana acabó convirtiéndose en la principal referencia historiográfica en el campo de las historias de España hasta finales del siglo XIX, tras la publicación de la Historia general de España de Modesto Lafuente.

 

 

5. La vinculación historiográfica de lo “global” asiático con lo “local” portugués

 

La representación de las Indias Orientales que realiza Mariana en la Historia general de España puede desplegarse en dos grandes dimensiones. La primera de ellas hace referencia a su plano físico y cartografiable, aquel “espacio percibido” sobre el que teorizó Edward Soja (1996). El jesuita utiliza las detalladas descripciones geográficas que proporcionan el De rebus Emmanuelis Regis y los Historiarum Indicarum Libri para ofrecer una panorámica de los límites y medidas del mundo asiático. Así, por ejemplo, Mariana, mientras narra los principales acontecimientos de los años 1496-1497, introduce un capítulo dedicado a la navegación que se realizaba a las Indias Orientales aproximadamente cien años más tarde:

 

Desde el cabo de Buena esperança, hasta Goa, cuentan los que nauegan mil y dozientas y quarenta leguas. Enfrente del Malabar estan las yslas de Maldiuar, assi dichas del nombre de la principal dellas, que assi se llama: son en numero passadas de mil, pequeñas, y a las vezes tan pegadas entre si, que a pesa se puede nauegar por aquellas estrechuras. La cosa mas principal que tienen, es la palma que lleua los cocos: árbol tan provechoso, que della se sustentan y visten. Pro el lado de leuante, tiene el cabo de Comorin casi pegada la rica ysla de Zeylan: de la qual viene el golpe mayor de la canela. […] Desde Malaca, a manderecha, la buelta de leuante se nauega a las yslas Malucas, que las principales son cinco, y dellas se traen los clauos, cosa de grande ganancia: en lo demas son estériles y faltas de todo lo necessario para la vida (1601, t. II: 723-724).

 

Como deja entrever este fragmento, el autor percibe el mundo asiático como una periferia con un gran potencial económico y social. Las Indias Orientales son descritas empíricamente a partir de los materiales más deseados y codiciados en Occidente por su gran valor comercial.[33] Así, lugares como Malaca, Goa y Ceilán son asociados a los principales productos que podrían proporcionar. La canela, el marfil, la plata, las perlas y el jengibre son solo algunos de ellos:

 

Los Portugueses por el contrario, con las nauegaciones que hazian, y flotas que embiauan cada vn año, se abrían camino para la prouincias de leuante. […] todo genero de drogas y especias, piedras preciosas, perlas, oro, marfil, plata, sin otras cosas, las quales mas la ambicion de los hombres, que le necessidad, ha hecho estimar en mucho. Nunca refieren las cosas puntualmente como passan: siempre la fama las acrecienta, y pone mucho de su casa. Deziase que tenian bosques de arboles muy grandes, y en estremo altos, de canela, cañafistola, y clauos, grande abundancia de pimienta, y gengibre, animales de formas estrañas, y hombres de costumbres y rostros estraordinarios (1601, t. II: 647-648).

 

Sobre esta dimensión geográfica de las Indias Orientales, se solapa otra de tipo imaginario e ideológico vinculada a lo que Paul Ricoeur (2024) llamó la imaginación disponible. El sistema cristiano europeo (Baschet, 2018) es el referente epistémico sobre el que Mariana se apoya para representar y sintetizar una realidad extraña a sus ojos. De esta forma, el autor, a partir de un lenguaje providencialista y recurriendo a oposiciones binarias, reinterpreta el mundo asiático a imagen y semejanza de su propia idea de historia universal.[34] Esto deviene en que defina al sistema político japonés en términos de una monarquía,[35] describa la realidad social del suroeste indio a partir de los grandes órdenes medievales,[36] y represente a sus habitantes como un “otro” bárbaro:

 

Auisaua que Calicut era vna plaça y mercado el mas rico y famoso de todo el oriente, los naturales de color baço y de menbrillo, poco valientes, y de costumbres muy estrauagantes. Que de la cinta arriba andauan desnudos, vestidos solo de la cintura abaxo, los mas con mucho oro y seda, y los braços cargados de perlas: de los ombros fiada vna cimitarra, con que peleauan. lo que mas espanta, que vna muger casaua y casa con muchos maridos. por la qual causa, como quier que nadie conozca su padre, ni sepa con incertidumbre quien le engendro, los hijos no heredan, sino los sobrinos hijos de hermanas (1601, t. II: 648-649).[37]

La decisión de incluir el mundo asiático en la Historia general de España eleva el marco narrativo de la obra a una escala global. No obstante, las Indias Orientales que encontramos en el texto no tienen autonomía historiográfica porque son pensadas por Mariana a partir del Reino de Portugal. Lo “local” portugués es el referente epistémico para escribir sobre lo “global” asiático, el cual contribuye a reforzar la función de contrapeso de poder entre el Reino de Castilla y el Reino de Aragón que el autor le concede a Portugal en su Historia general de España.[38] A propósito, es ilustrativo cómo el jesuita vincula teleológicamente las Indias Orientales a dicho reino desde su origen:

En la parte de España que oy se llama Portugal […] un nueuo reyno se fundaba […] en hazañas y valor muy noble, y muy dichoso: pues no solo antiguamente pudo echar de toda aquella tierra los Moros, enemigos de Christianos, sino tambien los años adelante, en tiempo de nuestros abuelos, y de nuestros padres, mostraron tanto valor los Portugueses, que con increible esfuerço y buena dicha, abrieron camino para passar a todas las partes del mundo, y sugetar en la Africa y en la Asia, muchos reyes y prouincias, tributarias a su imperio. La luz de la verdadera religion y del euangelio, la lleuaron y la mostraron entre naciones y gentes muy apartadas y barbaras: gran gloria de su nacion, y acrecentamiento de la religion Christiana (1601, t. I: 650-653).

Mediante esta proyección de lo “local” portugués a lo “global” asiático Mariana es capaz de satisfacer las expectativas historiográficas de la Monarquía y de la Compañía de Jesús. Por un lado, subraya el beneficio a todos los niveles que conllevó la Unión Ibérica y cómo el Reino de Portugal contribuye a un horizonte imperial en el que nunca se pone el sol.[39] Por otro, repercute en el desarrollo de las condiciones de posibilidad que la Compañía de Jesús necesitaba para llevar a cabo su proyecto de apostolado global. Es así como en la Historia general de España la idea de imperio está constantemente vinculada con la extensión del cristianismo por todo el orbe:

Portugal, que es la postrera de las tierras hazia donde el Sol se pone, con la grade y larga paz que gozaua, y con ella toda prosperidad y abundancia, trataua de ensanchar por otras partes muy apartadas, su imperio, y lleuar la luz del euangelio a lo postrero del mundo, y a la misma India oriental (1601, t. II: 713).[40]

Por último, Mariana no se limitó exclusivamente a satisfacer las expectativas historiográficas de la Monarquía y la Compañía. Su gran formación y actividad intelectual le permitieron conocer los principales debates que circulaban en aquella época y ante los que no dudó en posicionarse. El jesuita aprovechó la presión de “personas doctas y graues” para criticar ciertos aspectos de su tiempo presente y para orientar las acciones políticas de la Monarquía en un contexto de alta tensión. Una de sus denuncias son las disputas tanto internas como externas entre los distintos reyes cristianos en vez de dirigir sus esfuerzos a combatir la amenaza turca y extender universalmente el cristianismo:

En tanto que los demas principes Christianos andauan rebueltos entre si, y consumian sus fuerças en vano: el rey don Manuel dentro de Portugal gozaua de vna muy grande paz. fuera del en Africa y enla India, continuaua sus conquistas, y con ellas estendia la y religion Christiana (1601, t. II: 944).

El autor con estas palabras interpela al propio Felipe III, a quien le dedica la Historia general de España y para quien elaboró el De rege et regis institutione (1599). Un manual de educación encargado por García de Loaysa en el que complementa a nivel teórico los ejemplos tomados del pasado que recoge en la Historia general de España siguiendo el modelo de la llamada historia magistra vitae (Hartog, 2007: 97-98): Simul Philippi Principis aetate formanda iis exemplis & praeceptis conferre aliquid posse videbam, eiusque magistro satisfacere (Mariana, 1599: 12).[41]

Al conectar ambos textos se percibe una inquietud por parte de Mariana por evitar que la decadencia que acecha a su presente pueda poner en peligro el horizonte imperial de tintes globales que había dibujado la Unión Ibérica: Sed silentio tantisper facto, Magnum, inquam, nostro Principe instituendo onus ii viri quamuis praeclari & nobiles sustinent. quantum enim est cius ingenium excolere, formare mores, cuius imperium post adiectos certe proximis annis Lusitanos, ipsis Oceani & terrarum finibus terminatur? (1599: 6). Esta preocupación es uno de los aspectos que contribuyen a entender que de su escritura sobre las Indias Orientales emerja un discurso político,[42] el cual busca en mayor o menor medida influir en el comportamiento y en las acciones políticas de un joven monarca considerado potencialmente víctima de los intereses individuales de los ministros de la corte:

Encarecianle los cortesanos en grande manera, como gente que deseaua se encendiesse alguna guerra, con que pensauan acrecentar sus haciendas, y ser mas estimados y honrados que en tiempo de paz, quando por no ser tan necessarios los estimauan en menos. tal es la condicion de soldados y palaciegos (1601, t. II: 79).

 

6. Conclusión

 

Juan de Mariana escribió su Historia general de España en un “campo historiográfico” (Bourdieu, 2002) influido por aspectos como las expectativas de imperios con tintes globales, el desarrollo de órdenes religiosas con vocación universal y la guerra de plumas entre las distintas monarquías europeas. Teniendo en cuenta estas cuestiones y beneficiándose de su doble condición de súbdito de la Monarquía y de miembro de la Compañía de Jesús, Mariana elaboró un relato ab origine sobre el pasado de la Península Ibérica en el que incluyó numerosos capítulos dedicados al mundo asiático. Con este marco, proponemos dos ideas vinculadas a las dos grandes preguntas que nos hicimos al comienzo del artículo:

a) La inclusión de las Indias Orientales en la historia de España de Mariana es el resultado de la cesión del autor ante presiones externas. Lo “global”, a pesar de formar parte del pensamiento del jesuita, es incluido ad hoc a nivel narrativo en la Historia general de España para satisfacer las necesidades historiográficas de la Monarquía y la Compañía. Para ello, Mariana, valiéndose del método compilatorio con el que elaboró su De rebus Hispaniae (1592), utilizó como fuentes principales el De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum Indicarum Libri de Giovanni Pietro Maffei. Dos autores que tampoco habían estado en Oriente y que provocan que el mundo asiático que representa Mariana sea el resultado de una recepción en “segundo grado” (Genette, 1989).

b) El mundo asiático representado por Mariana puede entenderse como una “historia del presente” (Pasamar, 2008: 147-169; 2009: 1-32). El autor, si bien tuvo que incluir en su obra las relaciones entre la Península Ibérica y las Indias Orientales por dichas presiones externas, también lo aprovechó para participar y posicionarse en los debates contemporáneos. Mariana considera que vive en un presente amenazado por la decadencia en el cual los ministros de la corte incrementaban cada vez más su rango de influencia. Así, el autor, preocupado por la potencial disolución del horizonte imperial, muestra a sus lectores el beneficio a todos los niveles de los contactos que los portugueses habían establecido en el otoño medieval.

 

Iago Brais Ferrás García

Universidad de Santiago de Compostela

 

 

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[1] Este artículo es el resultado de parte de la investigación realizada en una estancia de tres meses en el grupo Civilisations et Littératures d'Espagne et d'Amérique du Moyen-Age aux Lumières (CLEA) de la Sorbonne Université y dirigido por la profesora Hélène Thieulin-Pardo. La estancia fue financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España según el programa de movilidad FPU.

[2] Cf. Bénat-Tachot (2018); Martínez Shaw y Alfonso Mola (2014: 1-16); Alvar Ezquerra (2023: 51-74); García Cárcel (2015: 120-125).

[3] Cf. Dosse (2007); LaCapra (1987).

[4] Cf. Aróstegui (2004); Pasamar (2008: 147-169).

[5] Entre los trabajos que han analizado estas relaciones e intercambios destacan las investigaciones de Bénat-Tachot (2018), (2017) y (2015); Jacquelard y Bénat-Tachot (2017); Jacquelard (2015); Jacquelard (2012); (2010: 155-165), Gruzinski (2024); Bertrand (2011), Subrahmanyam (2011) y (1993) y el volumen “Les grandes découvertes” en el número 355 de L’Histoire (2010) con aportaciones de especialistas como Patrick Boucheron, Jérôme Baschet y Jean-Frédéric Schaub.

[6] Para profundizar tanto a nivel teórico como empírico en la “historia global”, véase Bresciano (2014: 100-113) y Olstein (2021).

[7] Subrahmanyam (2007: 329-334); Levi (2018: 25).

[8] Bertrand (2015: 13); Minard y Douki (2007: 7-22).

[9] Para profundizar en el sistema cristiano medieval tanto a nivel cultural como historiográfico, véanse las tres partes del libro coordinado por Hélène Thieulin-Pardo, Jean-Pierre Jardin y Patricia Rochwert-Zuili (2018), el dossier dirigido por Hélène Thieulin-Pardo y Frédéric Alchalabi (2014), y la obra de Jacques Le Goff (1999; y 1991).

[10] Sobre el universo cultural del mundo asiático de la época, véase Subrahmanyam (2005), Thormaz (2015: 113-131) y Gil (2011).

[11] Cf. Kagan (2010); Thompson (1942); Skinner (1986)

[12] Para una genealogía intelectual de la idea de lo hispano y lo latino, véase Sanmartín (2010).

[13] La presente cita muestra cómo la historiografía inglesa de finales del siglo XVII representa a los portugueses como saqueadores de las riquezas asiáticas. En concreto sostiene que su llegada a la isla de Ceilán en la década de 1550 fue motivada por la búsqueda de un supuesto gran tesoro que allí se encontraba. Su autor, R. B., también escribió diversas obras como History of the Nine Worthies of the World (1687) y The English Empire in America (1698).

[14] Para más sobre la historia del presente desde un punto de vista práctico y teórico, véanse los trabajos de Gonzalo Pasamar (2008: 147-169), (2009: 1-32) y el dossier coordinado por Israel Sanmartín (2018: 11-15).

[15] LaCapra (1987); Dosse (2007).

[16] Este aspecto incidió en que Mariana pensase y escribiese el pasado medieval de España de forma homogénea, es decir, no particularizó la historia de ningún reino peninsular como sí hicieron otros autores como Esteban de Garibay. La biografía más completa hasta la fecha sobre Mariana es el libro de Alan Soons (1982), el cual puede complementarse con los trabajos de Georges Cirot (1936: 295-232; 1904: 309-331).

[17] Mariana ha escrito numerosos tratados y textos sobre diferentes temas, como muestran su De rege et regis institutione (1599), Historia general de España (1601), Pro editione Vulgatia disputatio (1609), De adventu Iacobi Apostoli Maioris in Hispania Disputatio (1609), De die mortis Christi (1609), De espectaculis (1609), De ponderibus et mensuris (1609), De monetate mutatione disputatio (1609), De morte et inmortalitate (1609) y Scholia in Vetus et Novum Testamentum (1619), entre otros. Para profundizar en el corpus del autor es referencia el dossier coordinado por Renaud Malavialle (2018) en la revista E-Spania.

[18] Archivio della Congregazione per la Dottrina della Fede, Sanctum Officium, Decreta 1565-1567, f. 5r.; Stanza storica, Q-1-a, Extensorum S. O., ff. 100r-v.; y Jyri Hasecker (2017: 59-60).

[19] Las críticas realizadas en su De monetae mutation (1609) le llevaron incluso a ser encarcelado en el convento de San Francisco en Madrid. Para más información sobre el proceso contra Mariana, véase G. Fernández de la Mora (1993: 47-99) y Cirot (1905: 96-111).

[20] Esta es una de las ideas sobre las que se reflexionó en la Journée d’Étude Internationale “Juan de Mariana et Antonio de Herrera y Tordesillas, inventeurs du temps long et des grands espaces? (Monarchie hispanique, 1590-1620) organizada por Clotilde Jacquelard y Renaud Malavialle (Colegio de España, 27 de abril de 2024).

[21] Para profundizar en este contexto historiográfico en el que Mariana escribe su obra, véase Hermant (2023), Alvar (2020), García Cárcel (2004), Pineda González (2005: 31-48) y Vidal (2010: 325-342).

[22] Así, Garibay, por ejemplo, escribió de forma heterogénea la historia particular de cada reino de la Península. Así, desde la creación del mundo hasta la entrada de los musulmanes en la Península, el autor narra de forma homogénea todo el territorio peninsular (Libros 1-10). Ahí es cuando cambia a una narración heterogénea que se diversifica en el reino de Castilla (Libros 11-20), de Navarra (Libro 21-30), de Aragón y Barcelona, de Portugal y de los “Reyes Moros” (Libros 31-40).

[23] Para profundizar en la relación entre historiografía y espacio en Antonio de Herrera y Tordesillas, véase Malavialle (2012) y Kagan (2004: 37-56).

[24] Jacquelard (2012) y (2018).

[25] Esta diferencia que identificamos en la Historia general de España a nivel de contenido sugerimos que es una representación de la prioridad que Asia tenía sobre América para la Compañía de Jesús (Jacquelard, 2018).

[26] Leer junto a: “En la prouision real, […] se estiende lo contenido en el dicho priuilegio, a los cinco postreros libros desta obra, que vltimamente se presentaron en consejo: su data en Madrid a seis de Setiembre, del año passado de mil y seiscientos, despachada por Pedro Zapata del Marmol escriuano de camara del rey nuestro señor” (Mariana 1601, Suma de la prouision real).

[27] Malavialle (2024); Ferrás García (2024).

[28] Ambos autores, con una estrecha relación o pertenencia a la propia Compañía, son citados respectivamente de forma explícita por Mariana en el “Cap. XX. De la Nauegacion que oy se haze a la India oriental” (1601, t. II: 724) y en el “Cap. IIII. Que el Papa conuoco concilio para san Iuan de Letran” (1601, t. II: 903).

[29] Sánchez Torres (2022: 207-224) y Malavialle (2023).

[30] Ferreira Henriques (2020: 379) y Sánchez Tarrío (2020: 543-553).

[31] En portugués y en castellano respectivamente en: “Mandou logo Albuquerque dous Capitães nas lanchas, que lha trouxessem alli. Os marinheiros assustados arrojão-se de mergulho ao mar, e Nahodabeguea, que hia dentro para advertir ElRey de Malaca da chegada dos Lusitanos, esperava ganhar perdão por este desvelo. Como porém visse fechada toda a maneira de evitar a merecida morte, deliberou-se antes a morrer com seus escravos, como cabe que morra homem de brios, do que dar pasto com seu supplicio aos olhos dos Portuguezes, e por tanto foi tão renhida a resistencia, que nenhum dos nossos sahio da contenda sem nella perder sangue. Os inimigos forão todos mortos. Nahodabeguca com todo o corpo golpeado cahio, mas nenhum sangue lhe vertia das feridas: quando os nossos porém o despírão, e lhe desatárão huma manilha de ouro, em que havia certa pedra engastada, todo o sangue se lhe soltou em espadanas. Tirão-se estas pedras; ou ossos de certas alimarias, que os Siamezes chamão Cabes, e tem maravilhsa virtude para estancar o sangue” (Nascimento 1804: 236); y “Gouernaua y era capitan de vna destas naues Naodaben Malaces, el qual era uno de aquellos que poco antes se auian reuelado contra Sequeyra para quitarse la vida. Fue este muerto en el camino por los Portugueses, hauiendose el defendido algun poco peleando animosamente, pero finalmente siendo muerto con muchas heridas, cayo de tal manera muerto, que de las heridas abiertas que tenia, no le salió dellas gota de sangre. Despues andandolo desnudando, luego como le quitaron el brazo una manilla de oro; (admirable caso) como si se hubiera rompido vn vaso lleno, de la misma manera de repente con el alma le salió entonces toda la sangre por ellas. Causó esto grande admiracion a los Portugueses, y como preguntasen la causa desto a los cautiuos, entendieron dellos, que dentro de aquella manilla estaua metido un gueso de vn animal llamado Sionio (llamanle los Indios cauin) el qual tenia vna efficazisima virtud, para restrinir la sangre. Lleuando despues a Portugal este hueso con otras cosas muy preciosas, se perdió con ellas en vn naufragio grande que padescieron en el camino” (BNE Ms. 5789: 102r).

[32] Traducción al castellano en: “El un cabo de la India, desde el monte Caucaso hata el Cabo de Corio, al qual los naturales llaman el Cabo de Comorin, corre cerca de quatrocientas leguas hazia el Medio dia con una leuantada altura, y es vañado por el mar Océano, y haze dos grandes riberas; la una de las quales que mira hazia Occidente tiene muy nobles ciudades como Calicut, la qual es la cabeza del reyno Malabar, y agora es el mas copioso y frequentadissimo mercado de quantos ay, y Cochin, Cananor, y Goa, y otras muchas ciudades. La otra ribera que mira a Oriente, passa desde el termino de Comorin por los limites de Bengala por la parte que corre el rio Ganges al mar Océano, y por Pergusia y sus limites, y por otros riquissimos reynos, (esta tierra piensan algunos con muchas congecturas, que es Ophir, y Tarso) y se viene a concluir en el Aurea Chersonense; en la qual region se ve el dia de oy el famoso mercado de Malaca” (BNE Ms. 5789: 17r-v).

[33] Subrahmanyam (1993); Martínez Shaw y Alfonso Mola (2014: 1-16); Jacquelard (2015).

[34] Mariana comenzó a escribir una historia eclesiástica en latín que nunca llegó a publicar (Gómez Martos, 2012: 29). Sin embargo, su estructura y materiales fueron utilizados para la redacción de su Historia general de España. Motivo por el cual algunos especialistas sostienen que esta obra es una conjunción entre historia secular y eclesiástica.

[35] Véase el siguiente fragmento: “Desde Macam hazia el norte, llegan a lo postrero de lo que los Portugueses tienen descubierto, que es Iapon, distante del puerto de la China como trezientas leguas. Diuidese Iapon en tres yslas principales, sin otras muchas pequeñas que tiene junto a las tres. corre entre poniente y norte, de los treynta grados de altura a los quarenta. De largo dozientas leguas, y por lo mas ancho no passa de ochenta. Tiene muchos reyes, y reynos, y es gente de valor en las Armas, y de ingenio affaz para las letras” (1601, t. II: 724).

[36] “Ay entre los Malabares quatro calidades o grados de gente: los nobles, que llaman Caymales: los sacerdotes, que son los Brachmanes, y tienen grande autoridad: los soldados llaman Nayres: y el pueblo, que son los labradores y oficiales. Los mercaderes comunmente son estrageros” (1601, t. II: 717-718).

[37] A propósito, se pueden rescatar las palabras de Mariana sobre América pero que bien se pueden aplicar a estas tierras asiáticas: “Casauan con muchas mugeres, y sin escrupulo vsauan el peccado nefando: tan sucios y deshonestos eran. Su trage muy differente, y por la mayor parte desnudos. Gran bien les hizo Dios, y gracia, en traellos a poder de Christianos, y para que los buscasen y conquistassen, repartir con ellos con larga mano el oro y la plata, en tanta abundancia: ceuo para codiciosos. Sobre todo dalles su conocimiento, para que dexada la vida de saluages, biuiessen Christianamente. Mas merced fue sugetallos, que si continuaran en su libertad” (1601, t. II: 683).

[38] Véase: “Los Españoles, cansados de trabajos y alteraciones tan largas, gozauan de algun sossiego: […]. Las differencias que aquellos principes tenian entre si, eran grandes, y necessario apaciguallas. […] En prosecución de lo concertado en Calatayud, de consentimiento de las partes, fue nombrado por juez arbitro, para componer aquellas differencias, Dionysio, rey de Portugal” (1601, t. 1: 964-965).

[39] La idea de “beneficio” es constante a lo largo de toda la narración de Mariana: “Deste principio, costeando las riberas de Africa, poco a poco, parte este infante, y mas los reyes adelante, llegaron con esfuerço inuencible hasta lo postrero de leuante, corrieron las marinas de la Asia, la India, y la China, con gran gloria del nombre Portugues, y prouecho no menor” (1601, t. II: 325).

[40] Otros ejemplos son: “El Moro temeroso de los Portugueses, intento de apoderarse de las naves: y como no le salio esto, prendio los que estauan descuidados en la ciudad. […] Alonso de Alburquerque, que ya estaua en el gouierno de la India, determino juntar su armada para vengar esta injuria. Partio de Goa, y llego a tomar puerto en la ysla de Somatra. […] Pero en fin la ciudad quedo por el rey de Portugal. Desta manera se dilataua el nombre Christiano en los ultimos fines de la tierra (1601, t. II: 903); “Por otra parte los Portugueses, començauan a descubrir con las nauegaciones de cada vn año las riberas exteriores de Africa, en grandissima distancia, sin parar hasta el cabo de Buenaesperança, […]. Con estas nauegaciones, destos principes llego aquella nacion a ganar adelante grandes riquezas, y renonbre no menor. El primero que intento esto, fue el infante don Enrique, tio del rey de Portugal, por el conocimiento que tenia de las estrellas, y por arder en deseo de ensanchar la religion Christiana: zelo por el qual merece inmortales alabanças” (1601, t. II: 459-460).

[41] De igual modo, el autor apunta en el prólogo de la Historia general de España: “El año passado presentè a V. Magestad un libro que compuse, de las virtudes que deue tener un buen rey, que deseo lean, y entiendan los principes con cuydado. Lo que en el se trata especulativamente, los preceptos, avisos y las reglas de la vida real, aqui se veen puestas en practica, con sus biuos colores esmaltadas” (1601, t. I: Prologo).

[42] Para profundizar en el pensamiento político de Juan de Mariana, ver el libro de Harald B. Braun (2007).