LA FUNCIÓN HISTORIOGRÁFICA DEL MUNDO ASIÁTICO EN LA
HISTORIA GENERAL DE
ESPAÑA DE JUAN DE MARIANA
(SIGLOS XV-XVI)
THE
HISTORIOGRAPHICAL FUNCTION OF THE ASIAN WORLD IN THE HISTORIA GENERAL DE
ESPAÑA BY JUAN DE MARIANA
(15TH-16TH
CENTURIES)
Iago Brais Ferrás García
Resumen: Este artículo propone, a partir de un
enfoque teórico vinculado a la Historia Intelectual, que Juan de Mariana
incluye ad hoc las relaciones entre la Península Ibérica y las Indias
Orientales en su Historia general de España para satisfacer las
expectativas historiográficas de la Monarquía hispánica y de la Compañía de
Jesús. Además, presenta la conexión que Mariana realiza de lo “global”
asiático con lo “local” portugués y cómo de su pluma emerge una crítica al
tiempo presente desde el que escribe. Abstract: This paper proposes, from a theoretical apparatus
connected with Intellectual History, that Juan de Mariana includes ad hoc
the relations between the Iberian Peninsula and the East Indies in his Historia
general de España to satisfy the historiographic expectations of the
Spanish Monarchy and the Society of Jesus. Furthermore, it presents the
connection that Mariana makes of the Asian “global” with the Portuguese
“local”, and how a critique of his own times emerges from his quill. |
Palabras
clave: Historia de España, Juan de Mariana,
Asia, Global, Historiografía.
Keywords: Spanish History, Juan de Mariana,
Asia, Global, Historiography.
Fecha de recepción: 3 de octubre de 2024
Fecha de aceptación: 3 de diciembre de 2024
1. Introducción
E |
uropa en la
transición del siglo XV al siglo XVI estaba conectada tanto a nivel material
como intelectual con América y Asia.[1] Las expectativas de
imperios con tintes globales, el desarrollo de órdenes religiosas con vocación
universal y la inclusión de la escala global en el “campo historiográfico”
(Bourdieu, 2002) son algunos de los ingredientes de un caldo de cultivo que algunos
especialistas han definido como la primera globalización.[2]
Este contexto, unido a la guerra de plumas entre las distintas monarquías
europeas, es el escenario en el que Juan de Mariana escribió su Historia
general de España (1601). Una síntesis historiográfica sobre el pasado
peninsular elaborada a la medida del horizonte global de la Monarquía hispánica
y de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía el autor.
El objetivo del artículo es
responder a dos grandes preguntas. Por qué y cómo Mariana añadió hasta
diecinueve capítulos dedicados a las relaciones entre la Península Ibérica y
las Indias Orientales en una obra que inicialmente carecía de ellos. El análisis
será realizado desde la perspectiva teórica de la historia intelectual[3]
y a partir de un conjunto de herramientas conceptuales que proporcionan campos
como la historia del presente.[4]
Comienza con la vinculación de
la escritura de Mariana a una de las tres grandes perspectivas epistémicas
presentes en su contexto de producción. Esta diferenciación responde a la
necesidad de reconocer horizontalmente todos los sistemas culturales
intervinientes, la cual es apuntada por corrientes historiográficas como la
historia global, la historia conectada y la historia mundial. Continúa con el
análisis de la “historia vivida” (Aróstegui, 2004) por Mariana como súbdito de
la Monarquía hispánica y como miembro de la Compañía de Jesús. Esta doble
condición del autor repercute en que lo “global” forme parte de su pensamiento,
pero también en la decisión de incluir numerosos capítulos sobre el mundo
asiático en una historia de España. Sigue con la identificación de una
“recepción en segúndo grado” (Genette, 1989) a partir
de dos de las fuentes principales empleadas por Mariana, el De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum Indicarum
Libri de Giovanni Pietro Maffei.
Finaliza con el análisis de la vinculación historiográfica que realiza Mariana
entre Asia y el Reino de Portugal, y cómo de ella emerge una crítica del autor
a su propia contemporaneidad.
2. El mundo pensado desde la Castilla del siglo XVI
Las
trayectorias, circulaciones y contactos entre la Monarquía hispánica de la
transición del siglo XVI al siglo XVII y el mundo asiático pueden ser
analizadas desde diferentes perspectivas teóricas.[5]
Una de ellas es la llamada “historia global”, la cual busca mostrar que la
historia se desarrolla de forma compleja a través de influencias recíprocas en
las que no existe un centro que pueda ser aislado como un único actor
determinante (Levi, 2018: 25-26).[6] A
nivel práctico se interesa por comparar en relieve, por ejemplo, los
movimientos de independencia de Haití y Vietnam (Armitage,
2012).
Frente a esta “historia
global” han surgido diversos matices y críticas.[7]
Así, Romain Bertrand (2015: 7) apunta que «una parte consecuente de la producción anglófona en el campo de la
‘historia global’ se apoya de manera exclusiva sobre fuentes en lenguas
europeas», por lo que no produce
el efecto de descentramiento que inicialmente busca. La “historia conectada” y
la “historia mundial” son las corrientes más representativas de estas voces
disonantes. Para la primera de ellas lo “global” no existe como nivel autónomo
de análisis, sino únicamente conexiones establecidas, vividas y pensadas por
los mismos actores.[8]
La ausencia de un marco cronológico concreto y la importancia del análisis de
la documentación producida por todas las culturas intervinientes son algunas de
sus características. En cambio, la “historia mundial” entiende la
historia-mundo como un conjunto de historias no directamente interconectadas
más allá de la imagen que el propio lector se hace de ellas (Boucheron, 2009). Su objetivo es evitar la representación
del pasado como una fotografía insertada en una larga duración coherente y
teleológica.
La “historia global”, la
“historia conectada” y la “historia mundial”, a pesar de sus diferencias,
subrayan la importancia del espacio y de sus diferentes escalas en los
complejos contactos entre sociedades a lo largo del tiempo. Esta relación que
mantiene todo individuo o colectivo con el espacio, ya
sea este físico o imaginario, como señala Claudio Canaparo
(2009), se materializa a nivel discursivo y epistémico. Siguiendo estas ideas
conceptuales, diferenciamos tres grandes perspectivas historiográficas y
vinculamos la escritura de Mariana a la primera de ellas.
a) El contacto con las Indias
Orientales pensado desde la España del siglo XVI. Los habitantes de la
Península Ibérica, territorio considerado central para los intereses de la
Monarquía hispánica (Parker, 1995: 249), vivían en un sistema cristiano de origen
medieval (Baschet, 2018).[9]
No es una cuestión baladí, ya que los autores castellanos, aragoneses y
portugueses van a representar el mundo asiático desde esta perspectiva. Así,
conciben providencialmente el contacto con las Indias Orientales en términos de
una relación centro-periferia (Jacquelard, 2012), la
cual puede observarse, a nivel económico, en la definición de “India” que
proporciona Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana, o
español: «region Oriental, termino dela
Asia. contiene casi gran tierra y poblacion. […]
Indio el natural dela India: indiano el que ha ido a
las Indias, que de ordinario estos bueluen ricos» (1611: 502v). Mientras que a nivel
confesional son esclarecedoras tanto la Historia de las Missiones
que han hecho los religiosos de la Compañía de Iesus de
Luis de Guzmán (1601) como las siguientes palabras de Antonio San Román de
Ribadeneyra en su Historia General de la Yndia
Oriental:
Assi como Dios nuestro Señor con su infinita Sabiduria penetra, y alcança
todas las cosas, que en el discurso de los tiempos han de suceder (como es conclusion indubitable) assi con
su inmensa prouidencia las dispone, de tal manera,
[…] quiso seruirse de las inuincibles
armas de Portugal, como de instrumento acomodado a su santa voluntad, para que
penetrando por las anchas, y espaciosas tierras, y mares de Africa,
y Asia, reparasen con grandissimas ventajas la
perdida de lo de Europa; y la Yglesia quedasse mas gloriosa, y con el
mayor Imperio, que dende sus principios tuuo (1603:
1).
b) El contacto con la España
del siglo XVI pensado desde las propias Indias Orientales. Esta última
denominación utilizada en el mundo europeo de la época engloba a un universo
heterogéneo de sociedades. Indios, malayos, javaneses y camboyanos son algunos
de los sistemas culturales con los que la Monarquía hispánica entró en
contacto.[10]
Uno de sus puntos en común, como señala Romain Bertrand (2015: 15; 2007:
69-89), es que, si bien tenemos una gran producción historiográfica sobre las
Indias Orientales en Occidente, las mujeres y los hombres asiáticos
prácticamente no le prestaron atención a Europa hasta varios decenios después
de su llegada, tal y como refleja la Sajarah
Banten. No se trata de una incapacidad
historiográfica por su parte, ya que sí recogieron sus fluidas y fructíferas
relaciones con China, el imperio otomano y la India mongola, sino de una
ausencia de interés por el universo occidental.
c) El contacto entre la España
del siglo XVI y las Indias orientales pensado desde otros espacios. Nos
encontramos en un momento histórico de “guerra historiográfica” entre las
diferentes monarquías europeas y entre católicos y protestantes.[11]
Desde otros territorios como Inglaterra y Francia se llevaron a cabo diversas
acciones con el objetivo de atacar historiográficamente la posición política de
centro que ocupaba la Monarquía hispánica tras la Unión Ibérica de 1580. En
este marco, comenzaron a expandirse representaciones de los españoles y
portugueses como bárbaros y expoliadores con los habitantes de los espacios
recién descubiertos.[12]
Así, surge una abundante producción historiográfica desde finales del último
tercio del siglo XVI y, en especial, en el siglo XVII. Algunos
ejemplos son el Discours of Voyages Into
Ye Easte and West Indies de Jan Huygen van Linschoten (1598), el The Principal Nauigations,
Voyages, Traffiques and Discoueries of the English Nation de Richard
Hakluyt (1599), el Purchas
his Pilgrimes in Five Bookes de Samuel Purchas
(1624), las páginas 140 y siguientes de las Mémoires
Géographiques de tous les Pays du Monde, avec plusieurs observations historiques de Pierre Duval (1676), y el The Extraordinary Adventures and Discoveries of Several Famous
Men escrito por R. B.:
But it happened that in the
year of 1554, when the Portugals made a Road out of
India, and entered the Island of Ceylon, they went up upon the Hill, where they
thought to find great treasure, because of the Fame that was spread abroad of
the great refort and Offerings in that place; They
diligently searched the Cloister, and turned up every Stone thereof, yet found
nothing but a little Coffer made fast with many precious Stones wherein lay the
Apes Tooth; This Relique they took with them to Goa,
which when the Kings of Pegu, Siam, Bengala, Bisnagar, and others heard of, they were much griever that
so costly a Jewel was in that manner taken from them (1683: 77).[13]
3.
Lo “global”, ¿imposición o rasgo de la perspectiva
historiográfica
de Mariana?
Siguiendo esta
línea argumental, las mujeres y los hombres piensan el mundo a partir de su
historia vivida (Aróstegui, 2004).[14]
El espacio de pertenencia y de referencia, sus experiencias de poder y las
relaciones económicas y extraeconómicas en las que cada uno de ellos se
inscribe son algunos de los condicionantes que inciden en su relación para con
el mundo.[15]
Juan de Mariana (1536-1624) pensó y escribió sobre la mundialización
de las Indias Orientales desde una Castilla que ocupaba un lugar central en la
Monarquía hispánica.[16]
El corpus producido por
Mariana es complejo y poliédrico.[17]
Además de vivir durante los reinados de Carlos V, Felipe II,
Felipe III y Felipe IV, el autor tuvo una amplia formación humanista,
jesuita y cristiana que desarrolló en diversas tareas filológicas,
historiográficas e intelectuales. Por ejemplo, la Biblia Políglota de Amberes,
el Índice inquisitorial de Quiroga, las ediciones de Isidoro de Sevilla y Lucas
de Tuy, y la comisión creada por orden del Papa Pio IV para elaborar una
respuesta a las Centurias de Magdeburgo. La creación de esta comisión
data de una licencia que el Santo Oficio otorgó el 28 de agosto de 1565, año
del inicio de la estancia de Mariana en el Colegio Romano por solicitud de
Diego Laínez, y estaba formada por Tomás Manrique, Eustachi
Locatelli, Felice Peretti,
Giovanni Matteo Valdia,
Alfonso Salmerón, Diego de Ledesma, Miguel de Torres, el propio
Juan de Mariana, Archille Stazio y Onofrio Panvinio.[18]
La perspectiva y el
posicionamiento del autor, más o menos crítico con el pasado que escribe y el
presente desde el que narra (Malavialle, 2024), pudo
beneficiarse de una extraña libertad que le permitió criticar ciertos aspectos
políticos, monetarios, culturales y sociales que circulaban en los debates de
la época. Por ejemplo, las medidas económicas del Duque de Lerma.[19]
Algunos especialistas han asociado este rasgo de Mariana a una posible cierta
autonomía de juicio favorecida por su doble condición de súbdito de la
Monarquía hispánica y de miembro de la Compañía de Jesús.[20]
Dos círculos de poder para los cuales lo “global” era una nueva escala a tener
en cuenta por sus respectivas aspiraciones imperiales y evangelizadoras:
a) Los tintes globales del
proyecto imperial ibérico. La Historia general de España es publicada
inicialmente en latín en 1592, unos veinte años más tarde que el Compendio
Historial de Esteban de Garibay (1571) y que la Coronica
general de España de Ambrosio de Morales (1574-1577).[21]
Estas dos historias de España rápidamente fueron sustituidas por la obra del
jesuita entre otros motivos porque no satisfacían, en un contexto de guerra de
plumas (Malavialle, 2024), las expectativas de un
relato continuo y cohesionado del pasado peninsular ab origine tras la
Unión Ibérica de 1580.[22] A
propósito, son ilustrativas las siguientes palabras de Mariana durante su
narración de la denominada “pérdida de España”:
La qual compuesta de todas sus partes, y como
de sus miembros, terminasse su muy ancho imperio, y
le estendiesse, como oy lo
vemos, hasta los ultimos fines de leuante,
y poniente. […] en el mismo tiempo que esto se escriuia
[…] don Philippe segundo […], junto con
los demas estados el reyno
de Portugal, con atadura, como lo esperamos, dichosa y perpetua. Con que esta anchissima prouincia de España, reduzida despues de tanto tiempo,
debaxo un sceptro y señorio, comiença a poner muy
mayor espanto que solia, a los malos y a los enemigos
de Christo (1601, t. I: 414).
La circulación de personas y
mercancías entre los tres grandes océanos del mundo tras los contactos con las
Indias Orientales, la llegada al “Nuevo Mundo” y la anexión del Reino de
Portugal fomentó que en las élites laicas y religiosas se desarrollase una
conciencia-mundo. Esta cuestión, aunada al espejismo de una Monarchia
Universalis, tuvo su repercusión en la
historiografía de la época, saliendo a la luz obras como la Historia general
del Mundo de Antonio de Herrera y Tordesillas.[23]
b) El proyecto de
cristianización global de la Compañía de Jesús. Jerónimo Nadal en la
decimotercera de sus Exhortationes
Complutenses afirmaba que «el
mundo es nuestra casa» (1561).
Estas palabras definen la misión apostólica y la vocación que tuvieron los
jesuitas desde su fundación de extender universalmente el mensaje cristiano
(Martínez Millán et al, 2012). La llegada de la Compañía a Manila en
1581 coincidió con la unión de las dos coronas y posibilitó una relectura de la
escala de difusión del cristianismo. Así, a finales del siglo XVI los jesuitas
elaboraron una historiografía que encajaba tanto en los marcos mentales de su
tiempo como en un formato ideológico adecuado al nuevo orden global.[24]
Estos dos contextos están
íntimamente relacionados con la escritura histórica de Mariana. Por un lado,
están conectados entre sí porque la Compañía de Jesús necesitaba para su acción
apostólica las condiciones de posibilidad que le ofrecía el escenario imperial
ibérico, es decir, el marco político temporal de la Monarquía debía servir a la
cristianización y, a su vez, los jesuitas debían moralizar lo temporal (Jacquelard, 2018). Por otro lado, son relevantes para
comprender las discontinuidades entre la edición latina (1592) y la edición
castellana (1601) de la Historia general de España. Mariana, a pesar de
tomar la Península Ibérica como marco geográfico de su narración, en la versión
castellana incluye nuevos acontecimientos sobre otros territorios. Así
encontramos hasta diecinueve capítulos con referencias a las Indias Orientales
y un capítulo dedicado al denominado “Nuevo Mundo” (ver tabla 1):[25]
Historia general de España
(1601) |
|
Indias
Occidentales |
Indias
Orientales |
t. II, Libro XXVI, Cap. III. Del descubrimiento de
las Indias occidentales (pp. 678-783) |
t.
II, Libro XX, Cap. XI. De las alteraciones de Castilla (pp. 321-326) |
|
t. II, Libro XXI, Cap. XII. Que los Portugueses
fueron maltratados en Africa (pp. 393-396) |
t. II, Libro XXII, Cap. XIIII. Como fallecio el rey don Iuan de
Castilla (pp. 459-461) |
|
t. II, Libro XXV, Cap. XI. En Aragon
se assento la hermandad entre las ciudades (pp.
647-650) |
|
t. II, Libro XXVI, Cap. XVII.
Que los
Portugueses passaron a la India oriental (pp.
713-717) |
|
t. II, Libro XXVI, Cap. XVIII. De lo que Vasco de
Gama hizo en Calicut (pp. 717-720) |
|
t. II, Libro XXVI, Cap. XIX. Como
Vasco de Gama boluio a Portugal (pp. 720-721) |
|
t. II, Libro XXVI, Cap. XX. De la nauegacion que oy se haze a la India oriental (pp. 722-725) |
|
t. II, Libro XXVIII. Cap. X. De una liga que se
hizo contra Venecianos (pp. 804-806) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. IX. De las vistas del rey Catholico con el de Francia (pp. 856-859) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. XII. Tratose
que el principe don Carlos viniesse
a España (pp. 863-865) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. XIIII. De las cosas de Africa (pp. 868-869) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. XVI. De la armada que el Soldan embio a la India de
Portugal (pp. 871-874) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. XXII. Que bugia y Tripol se ganaron de
Moros (pp. 886-889) |
|
t. II, Libro XIX, Cap. XXV. Que don Garcia de Toledo fue muerto en los Gelues
(pp. 893-895) |
|
t. II, Libro XXX, Cap. IIII. Que el Papa conuoco concilio para san Iuan
de Letran (pp. 902-904) |
|
t. II, Libro XXX, Cap. XXI. De la batalla que dio
el virrey a Venecianos junto a Vicencia (pp.
944-947) |
|
t. II, Libro XXX, Cap. XXIII. De las cosas de
Portugal (pp. 949-952) |
|
t. II, Libro XXX, Cap. XXV. De la muerte de Alonso
de Alburquerque (pp. 955-958) |
Tabla 1: Capítulos de la Historia
general de España (1601) de Juan de Mariana con referencias a las Indias
Occidentales y Orientales.
Estos
diecinueve capítulos dedicados al mundo asiático no están presentes en la
edición de 1592. ¿Es la ampliación de la escala espacial de la obra una
intencionalidad propia de Mariana o una imposición externa? En el prólogo de la
Historia general de España el jesuita sugiere las presiones externas que
recibió para acometer la traducción del texto latino y que decidió hacerla él
mismo para prevenir potenciales errores:
Boluila en Romance, muy fuera de lo que al principio pensè, por la instancia continua que de diuersas
partes me hizieron sobre ello, […]. Ademas del recelo que tenia no la
traduxesse alguno poco acertadamente: cosa que me
lastimara forçosamente, y de que muchos me amenaçauan. […] No me atreui à passar mas adelante, y relatar
las cosas mas modernas, por no lastimar à algunos, si
se dezia la verdad, ni faltar al deuer,
si la disimulaua (1601, t. I: Prologo).
Sobre estas
afirmaciones vuelve Mariana con más ímpetu en el medio de su historia con el
objetivo de que pasasen desapercibidas ante potenciales críticas o censura.
Así, aclara e incide de nuevo sobre estas presiones externas y cómo “personas
doctas y graues” le obligaron contra voluntad a
incluir aquellos acontecimientos que abrieron la puerta a “la grandeza y imperio que oy goza España”:
Grande balumba de cosas se nos pone delante, y mayor peso que tan
pequeñas fuerças puedan lleuar:
inmenso pielago y hondura, que con dificultad podran apear aun los grandes ingenios. Por lo qual estaua resuelto, como se dixo en la prefación Latina desta
obra, de hazer punto en la guerra de Granada, y no passar adelante: pues es justo que cada vno
se mida con el trabajo que emprende, y haga balanço
de fuerças: fuera de otras difficultades
que se offrecian, y en el mismo lugar se apuntaron.
Pero deste parecer me hizieron
apartar algun tanto personas doctas
y graues: las quales pretendian que esta obra, sin lo de adelante, quedaua imperfecta y falta de lo que naturalmente mas se desea saber, que son las cosas modernas, sin hazer mucho caso de las antiguas. Ademas
que las cosas que succedieron poco adelante, por ser
tan gloriosas y grandes, y la puerta que se abrio
para la grandez y imperio que oy
goza España, darian a esta obra el mas noble remate que se pudiera desear. Lustre de muy
grande importancia, que a imitacion delos que escriuen y representan
comedias, el acto postrero se auentaje a lo demas, para que el lector con
aquel postre y dexo quede con mayor gusto y agrado, y
toda la obra mas hermosa. Razones eran estas de mucho
peso. Que era justo que yo hiziesse?
o que partido deuia seguir, y que traça?
Resoluime en condescender algun
tanto, y para acudir a todo, continuar esta historia algunos pocos años
adelante, en los quales acontecieron las cosas mas grandes y dignas de memoria que jamas
los Españoles acometieron y acabaron: ni aun se yo que alguna otra nacion en el mundo, en tan breue
espacio passasse tan adelante, ni ensanchasse
tanto los terminos de su imperio (1601, t. II:
673-674).
Es aquí donde traemos a
colación los dos contextos señalados previamente. Mariana, para poder efectuar
una mayor o menor crítica tanto del pasado peninsular como del presente desde
el que escribe, tuvo que satisfacer los intereses historiográficos de la Monarquía
y de la Compañía. Así, la escala global, si bien ya formaba parte del contexto
epistémico que vivió el jesuita, es incluida ad hoc a nivel empírico en
su obra.
4. El De rebus Emmanuelis
Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum
Indicarum Libri de
Giovanni Pietro Maffei,
fuentes de Mariana
Mariana nunca
estuvo en las Indias Orientales y al poco tiempo de haber publicado su historia
en latín (1592) ya tenía preparada la traducción de sus 959 páginas al
castellano (1593): «Por quanto por parte de vos el padre Iuan de
Mariana de la Compañia de Iesus,
nos fue hecha relacion, que con nuestra licencia auiades impresso el año passado la historia de España en Latin,
y al presente la auiades traduzido
en lengua Castellana, que era de la que haziades presentacion […]. Fecha en san Lorenço
a vltimo dia del mes de Iunio, de mil y quinientos y nouenta
y tres años» (Mariana 1601, Suma
de las aprouaciones y licencias).[26]
Para añadir el contenido dedicado al mundo asiático a la obra el autor siguió
con su método historiográfico basado en la compilación, si bien su labor no se
ciñó únicamente a reproducir lo que otros decían.[27]
Mariana reinterpretó y utilizó la información que las fuentes medievales y
modernas proporcionaban tanto para elaborar una historia adaptada a las
necesidades historiográficas de la Monarquía y de la Compañía, como para
criticar al tiempo presente desde el que escribe.
Teniendo en cuenta estas
cuestiones y los contextos señalados previamente, no es extraño que las dos
fuentes principales de Mariana para escribir sobre las Indias Orientales sean
el De rebus Emmanuelis Regis de Jerónimo
Osório (1506-1580) y los Historiarum Indicarum Libri de
Giovanni Pietro Maffei (1533-1603).[28]
El primero de ellos, amigo de Francisco Javier y Pierre Favre
(Tavares de Pinho, 2020: 319-328), colaboró en la
expansión de la Compañía de Jesús en el Reino de Portugal y tuvo una estrecha
relación con el mundo oriental. Su padre, João Osório de Fonseca, fue nombrado
por el rey João II Ouvidor Geral del gobierno portugués en la India. Entre la
producción de Osório, de amplia formación humanista y filológica en Salamanca y
París, sobresale su De Regis Institutione et
Disciplina (1571) por sus conexiones intelectuales con la obra homónima
elaborada por el propio Mariana.[29]
El De rebus Emmanuelis Regis, con 11 ediciones
en latín y 18 traducciones, utiliza textos como la Crónica do Felicíssimo Rei d. Manuel (1566-1567) para reubicar
historiográficamente el reino portugués en el tablero político de la época.
Para ello, representa al pueblo portugués como el único capaz de contrarrestar
el ímpetu turco en Europa.[30]
Por otro lado, Giovanni Pietro
Maffei coincidió con Mariana en el Colegio Romano
durante tres años (1566-1569) mientras impartía clases de retórica. Tampoco
estuvo nunca en Oriente, pero desde su noviciado trabajó sobre el mundo
asiático con una traducción al latín clásico de una obra de Manuel da Costa
sobre las misiones jesuitas. Por voluntad de Enrique I de Portugal y Everardo
Mercuriano fue el encargado de escribir la historia de las conquistas y
misiones portuguesas en Asia (Francese, 2019: 192-197). Se fue así a Portugal
en 1579 a consultar los archivos de Lisboa y Coímbra, para luego regresar a
Roma en 1584 y publicar sus Historiarum Indicarum Libri XVI en 1588.
Una obra, con seis ediciones y dedicada a Felipe II, que cuenta la historia de
la llegada portuguesa a África, India, Malaca, China y Japón durante los siglos
XV y XVI.
La utilización de dos autores
que nunca habían estado en las Indias Orientales provoca que en la Historia
general de España la representación de este espacio sea el resultado de una
“recepción en segundo grado”, siguiendo la terminología de Gerard Genette
(1989). La información que proporcionan el De rebus Emmanuelis
Regis y los Historiarum Indicarum Libri es leída por
Mariana, quien la sintetiza y acomoda a su narración. Un buen ejemplo de ello
es la toma de la ciudad de Malaca (ver tabla 2).
Historia general de España |
De rebus Emmanuelis Regis |
Historiarum Indicarum Libri |
Alonso de Alburquerque, que ya estaua
en el gouierno de la India, determino juntar su
armada para vengar esta inuria. Parto de goa, y
llego a tomar puerto en la ysla de Somatra. De alli endereço su viage a Malaca. Succedio enel viage, que encontró con vna naue. Acometiola, y tomola. ya que los Portugueses estauan
dentro, se emprendió tan grande llama, que fueron forçados
a retirarse, por no ser quemados. Entendiose despues, que aquella llama se hazia
con cierto artificio, sin que hiziesse algun daño. Poco adelante se vio otra naue.
Enuistieronla los Christianos,
y tomaronla, dado que vn
Moro que yua en ella, por nombre Nahodaberguia, grande enemigo de Portugueses, con otros
la defendio valientemente, hasta tanto que de las
muchas heridas que le dieron, cayo muerto. Notose que con estar tan herido,
no le salia sangre ninguna. Despojaronle,
y luego que le quitaron una manilla de oro, broto la sangre por todas partes.
Supose que en aquella manilla traya
engastada una piedra, que en el reyno de Siam se
saca de ciertos animales, llamados Cabrisias, y que
tiene maravillosa virtud para restañar la sangre. Llego la armada a Malaca,
primero de Iulio. Ouo
algunos encuentros con los de dentro, que se defendieron con todas sus fuerças. Pero en fin la ciudad quedo por el rey de
Portugal. Desta manera se dilataua
el nombre Cristiano en los últimos fines de la tierra (1601, t. II: 903). |
Albuquercius misit continuo duos duces, vt scaphis inuecti, eam ad illum traherent. Nautae metu perterriti,
se se in mare praecipites
eiecerunt. Nahodabeguea ea naui vehebatur,
& Malacam petebat, vt Regi Lusitanae classis aduentum nunciaret, vt ea sedulitate
Regem ad veniam tribuendam inflecteret. Nahodabeguea cùm nullam vitandae cladis meritae rationem inueniret, maluit cum famulus suis viri
fortis officio sunctus occumbere,
quàm supplicio suo nostrorum oculus satiare. Itaque tanta vi repugnauit, vt nemo fuerit è nostris, qui non ex eo certamine vulneratus abiret. Hostes omnes caesi
sunt. Nahodabeguea multis
vulneribus concisus ita cecidit, vt nullum sanginem
è vulneribus emitteret. Cum tamen nostri illum nudassent, & armillam ex auro sanctam, in quam erat lapis quidam inclusus,
detraxissent, magna reprente
vis sanguinis ex illius vulneribus
emanauit. Lapis ex bestiis
quibusdam eruitur, quas Siamenses Cabrisias appellant, qui mirisicam ad sanguinem sistendum vim continere dicitur. Nostri progressi vlterius, duas alias naues ceperunt, quarum vna Malaca
soluerat. Qui
ea vehebantur, Rodericum Araugium, & reliquios Lusitanos, qui Malacae
relicti fuerant, incolumes esse nunciarunt (1571:
281). |
Qua
in re illud vel in primis
accidit memorabile. Vehebatur quadam è nauibus iis Naodabeguea
Malacensis, vnus ex eorum numero, qui nuper in Sequeriae existium conspirauerant. is in itinere oppressus ab Lusitanis, cum egregie dimicans aliquantdiu restitisset; multis demum consossus ictibus ita corruit; vt è patulis vulneribus nihil omnino cruoris minaret. Mox, inter spoliandum
corpus, vt primum detracta
eius brachio est aurea armilla; (mirum dictu) tamquam vase confracto, ita fese cum anima vniuersus reprente sanguis effudit: cuius rei stupore defixi Lusitani, cum de captiuis causam quae siissent; cognouere iclusum esse in armilla os animalis cuiusdam Sionii (Cabim incolae
appellant) cuius, in sistendo
sanguine virtus efficacissima
sit. id ipsum os deinde
cum in Lusitaniam deuehendum
esset, vna cum pretiosis aliis rebus naufragio periit. Atque in hunc modum barbarous ille concepti in Sequeriam facinoris
poenas acerba persoluit morte. quo quasi quodam titubus belli proludio laetus
Albuquercius, Malacam recta contendit (1588:
90r). |
Tabla 2: Narración de la
toma de la ciudad de Malaca en la Historia general de España (1601), el De
rebus Emmanuelis Regis (1571) y los Historiarum Indicarum Libri (1588).
La escritura de este acontecimiento, maravilloso a ojos de los
portugueses, muestra tanto la recepción en Mariana de Osório y Maffei como la posible lectura del De rebus Emmanuelis Regis por parte de este último.[31]
Los autores jesuitas consultaban preferentemente y de primera mano la
producción historiográfica de la propia Compañía a través de la gran
circulación libresca que tenían sus bibliotecas. Sin embargo, a pesar del
método historiográfico de Mariana y su tesón en revisar las ediciones de la Historia general
de España (Gallego Moreno 2008: 111-144), identificamos un error en una de
las citas a los Historiarum Indicarum Libri que se repite a lo largo de todas las
ediciones en vida del autor (1601, t. II: 724; 1608, t. II: 537; 1617, t. II: 537; y 1623, t. II:
540). Así, el jesuita cita al margen izquierdo un
hipotético fragmento de Libro XVI de Maffei, pero
realmente este se corresponde con el f. 14r del Libro I (ver tabla 3).
Historia
general de España |
Historiarum Indicarum Libri |
Los
mas entre gente docta, tienen que Somatra es la Tapobrana de
Ptolomeo, y Malaca la Aurea Chernoseso del mismo,
sin faltar quien tenga por cierto que Malaca es la antigua Ophir, donde Salomon embiaua sus armadas para traer oro y plata. y aun los del
reyno del Pegu, que cae
por aquellas partes, se tienen por descendientes de los Iudios
que Salomon embio
condenados para beneficiar las minas de Ophir [al
margen izquierdo: “Maffeo, lib. 16. De su histor.”]. Que si oy alli no se hallan estos
metales, hallauanse antiguamente, como lo da a
entender el nombre de Aurea Chersonesus” (1601, t.
II: 724) |
Altera in ortum spectans, à Comorino tractu per Bengalae fines, qua
Ganges in Oceanum influit;
perque Pegusia, &
eius tractus alia ditisima regna (quam terram Ophir, ac Tharsis, quisdam haud sane absurdis coniecturis existimant) definit in Auream Chersonesum: qua in regione praenobile emporium
Malaca visitur hodie (1588: 14r) [32] |
Tabla 3: Pasaje correcto de los
Historiarum Indicarum Libri (1588) que cita Mariana de
forma errónea.
Este error no se trató tampoco de una posible confusión de autores por
parte de Mariana, ya que si bien Maffei
recoge parte de la información proporcionada por Osório, el De rebus Emmanuelis Regis no menciona las dichas “minas de Ophir”: Inde Malacan, que est in continente Septentriones versus, cuius
explorandae causa missus ab
Emmanuele fuerat, traiecit. Ea est in aurea Chersoneso ad ostium fluminis non
valde magni sita. Era autem tune
celeberrimum Orientis emporim : quator millibus passuum in longitudinem patebar (1571: 246). En todo caso, las historias de estos tres
jesuitas van a ser unas de las grandes productoras del imaginario sobre las
Indias Orientales en el mundo ibérico. Máxime si el texto de Mariana acabó
convirtiéndose en la principal referencia historiográfica en el campo de las
historias de España hasta finales del siglo XIX, tras la publicación de la
Historia general de España de Modesto Lafuente.
5. La vinculación historiográfica de lo
“global” asiático con lo “local” portugués
La representación de las Indias Orientales que realiza Mariana en la Historia
general de España puede desplegarse en dos grandes dimensiones. La
primera de ellas hace referencia a su plano físico y cartografiable, aquel
“espacio percibido” sobre el que teorizó Edward Soja (1996). El jesuita
utiliza las detalladas descripciones geográficas que proporcionan el De
rebus Emmanuelis Regis y los Historiarum
Indicarum Libri para
ofrecer una panorámica de los límites y medidas del mundo asiático. Así, por
ejemplo, Mariana, mientras narra los principales acontecimientos de los años
1496-1497, introduce un capítulo dedicado a la navegación que se realizaba a
las Indias Orientales aproximadamente cien años más tarde:
Desde el cabo de Buena esperança, hasta Goa, cuentan los que nauegan
mil y dozientas y quarenta
leguas. Enfrente del Malabar estan las yslas de Maldiuar, assi dichas del nombre de la principal dellas,
que assi se llama: son en numero
passadas de mil, pequeñas, y a las vezes tan pegadas entre si, que a
pesa se puede nauegar por aquellas estrechuras. La
cosa mas principal que tienen,
es la palma que lleua los cocos: árbol tan
provechoso, que della se sustentan y visten. Pro el lado de leuante, tiene el
cabo de Comorin casi pegada la rica ysla de Zeylan: de la qual viene el golpe mayor de la canela. […] Desde Malaca, a
manderecha, la buelta de leuante
se nauega a las yslas
Malucas, que las principales son cinco, y dellas se
traen los clauos, cosa de grande ganancia: en lo demas son estériles y faltas
de todo lo necessario para la vida (1601, t. II:
723-724).
Como
deja entrever este fragmento, el autor percibe el mundo asiático como una
periferia con un gran potencial económico y social. Las Indias Orientales son
descritas empíricamente a partir de los materiales más deseados y codiciados en
Occidente por su gran valor comercial.[33]
Así, lugares como Malaca, Goa y Ceilán son asociados a los principales
productos que podrían proporcionar. La canela, el marfil, la plata, las perlas
y el jengibre son solo algunos de ellos:
Los Portugueses
por el contrario, con las nauegaciones que hazian, y flotas que embiauan
cada vn año, se abrían camino para la prouincias de leuante. […] todo genero de drogas y especias, piedras preciosas, perlas,
oro, marfil, plata, sin otras cosas, las quales mas la ambicion de los hombres,
que le necessidad, ha hecho estimar en mucho. Nunca
refieren las cosas puntualmente como passan: siempre
la fama las acrecienta, y pone mucho de su casa. Deziase
que tenian bosques de arboles
muy grandes, y en estremo altos, de canela, cañafistola, y clauos, grande
abundancia de pimienta, y gengibre, animales de
formas estrañas, y hombres de costumbres y rostros estraordinarios (1601, t. II: 647-648).
Sobre
esta dimensión geográfica de las Indias Orientales, se solapa otra de tipo
imaginario e ideológico vinculada a lo que Paul Ricoeur (2024) llamó la
imaginación disponible. El sistema cristiano europeo (Baschet,
2018) es el referente epistémico sobre el que Mariana se apoya para representar
y sintetizar una realidad extraña a sus ojos. De esta forma, el autor, a partir
de un lenguaje providencialista y recurriendo a oposiciones binarias,
reinterpreta el mundo asiático a imagen y semejanza de su propia idea de
historia universal.[34]
Esto deviene en que defina al sistema político japonés en términos de una
monarquía,[35]
describa la realidad social del suroeste indio a partir de los grandes órdenes
medievales,[36] y
represente a sus habitantes como un “otro” bárbaro:
Auisaua que Calicut era vna plaça y mercado el mas rico y famoso de todo el oriente, los naturales de
color baço y de menbrillo,
poco valientes, y de costumbres muy estrauagantes.
Que de la cinta arriba andauan desnudos, vestidos
solo de la cintura abaxo, los mas
con mucho oro y seda, y los braços cargados de
perlas: de los ombros fiada vna
cimitarra, con que peleauan. lo que mas espanta, que vna muger casaua y casa con muchos
maridos. por la qual causa, como quier
que nadie conozca su padre, ni sepa con incertidumbre quien le engendro, los
hijos no heredan, sino los sobrinos hijos de hermanas (1601, t. II: 648-649).[37]
La decisión de incluir el mundo asiático en
la Historia general de España eleva el marco narrativo de la obra a una
escala global. No obstante, las Indias Orientales que encontramos en el texto
no tienen autonomía historiográfica porque son pensadas por Mariana a partir
del Reino de Portugal. Lo “local” portugués es el referente epistémico para
escribir sobre lo “global” asiático, el cual contribuye a reforzar la función
de contrapeso de poder entre el Reino de Castilla y el Reino de Aragón que el
autor le concede a Portugal en su Historia general de España.[38] A
propósito, es ilustrativo cómo el jesuita vincula teleológicamente las Indias
Orientales a dicho reino desde su origen:
En la parte de España que oy se llama Portugal […] un nueuo
reyno se fundaba […] en hazañas y valor muy noble, y
muy dichoso: pues no solo antiguamente pudo echar de toda aquella tierra los
Moros, enemigos de Christianos, sino tambien los años adelante, en tiempo de nuestros abuelos, y
de nuestros padres, mostraron tanto valor los Portugueses, que con increible esfuerço y buena dicha,
abrieron camino para passar a todas las partes del
mundo, y sugetar en la Africa
y en la Asia, muchos reyes y prouincias, tributarias
a su imperio. La luz de la verdadera religion y del euangelio, la lleuaron y la
mostraron entre naciones y gentes muy apartadas y barbaras:
gran gloria de su nacion, y acrecentamiento de la religion Christiana (1601, t. I:
650-653).
Mediante
esta proyección de lo “local” portugués a lo “global” asiático Mariana es capaz
de satisfacer las expectativas historiográficas de la Monarquía y de la
Compañía de Jesús. Por un lado, subraya el beneficio a todos los niveles que
conllevó la Unión Ibérica y cómo el Reino de Portugal contribuye a un horizonte
imperial en el que nunca se pone el sol.[39]
Por otro, repercute en el desarrollo de las condiciones de posibilidad que la
Compañía de Jesús necesitaba para llevar a cabo su proyecto de apostolado
global. Es así como en la Historia general de España la idea de imperio
está constantemente vinculada con la extensión del cristianismo por todo el
orbe:
Portugal, que es la postrera
de las tierras hazia donde el Sol se pone, con la
grade y larga paz que gozaua, y con ella toda
prosperidad y abundancia, trataua de ensanchar por
otras partes muy apartadas, su imperio, y lleuar la
luz del euangelio a lo postrero del mundo, y a la
misma India oriental (1601, t. II: 713).[40]
Por último, Mariana no se limitó
exclusivamente a satisfacer las expectativas historiográficas de la Monarquía y
la Compañía. Su gran formación y actividad intelectual le permitieron conocer
los principales debates que circulaban en aquella época y ante los que no dudó
en posicionarse. El jesuita aprovechó la presión de “personas doctas y graues” para criticar ciertos aspectos de su tiempo
presente y para orientar las acciones políticas de la Monarquía en un contexto
de alta tensión. Una de sus denuncias son las disputas tanto internas como
externas entre los distintos reyes cristianos en vez de dirigir sus esfuerzos a
combatir la amenaza turca y extender universalmente el cristianismo:
En tanto que los demas principes Christianos andauan rebueltos entre si, y consumian sus fuerças en vano: el
rey don Manuel dentro de Portugal gozaua de vna muy grande paz. fuera del en Africa
y enla India, continuaua
sus conquistas, y con ellas estendia la Fè y religion Christiana
(1601, t. II: 944).
El
autor con estas palabras interpela al propio Felipe III, a quien le dedica
la Historia general de España y para quien elaboró el De rege et regis institutione
(1599). Un manual de educación encargado por García de Loaysa en el que
complementa a nivel teórico los ejemplos tomados del pasado que recoge en la Historia
general de España siguiendo el modelo de la llamada historia magistra
vitae (Hartog, 2007: 97-98): Simul Philippi Principis aetate formanda iis exemplis & praeceptis conferre aliquid posse videbam,
eiusque magistro satisfacere (Mariana, 1599: 12).[41]
Al conectar ambos textos se percibe una
inquietud por parte de Mariana por evitar que la decadencia que acecha a su
presente pueda poner en peligro el horizonte imperial de tintes globales que
había dibujado la Unión Ibérica: Sed silentio
tantisper facto, Magnum, inquam,
nostro Principe instituendo onus ii viri quamuis
praeclari & nobiles sustinent. quantum enim est cius ingenium
excolere, formare mores, cuius
imperium post adiectos certe proximis annis Lusitanos, ipsis Oceani
& terrarum finibus terminatur? (1599: 6). Esta preocupación es uno de los
aspectos que contribuyen a entender que de su escritura sobre las Indias
Orientales emerja un discurso político,[42]
el cual busca en mayor o menor medida influir en el comportamiento y en las
acciones políticas de un joven monarca considerado potencialmente víctima de
los intereses individuales de los ministros de la corte:
Encarecianle los cortesanos en grande
manera, como gente que deseaua se encendiesse
alguna guerra, con que pensauan acrecentar sus
haciendas, y ser mas estimados y honrados que en
tiempo de paz, quando por no ser tan necessarios los estimauan en
menos. tal es la condicion de soldados y palaciegos
(1601, t. II: 79).
6. Conclusión
Juan de Mariana escribió su Historia general de España en un “campo
historiográfico” (Bourdieu, 2002) influido por aspectos como las expectativas
de imperios con tintes globales, el desarrollo de órdenes religiosas con
vocación universal y la guerra de plumas entre las distintas monarquías
europeas. Teniendo en cuenta estas cuestiones y beneficiándose de su doble
condición de súbdito de la Monarquía y de miembro de la Compañía de Jesús,
Mariana elaboró un relato ab origine sobre el pasado de la Península
Ibérica en el que incluyó numerosos capítulos dedicados al mundo asiático. Con
este marco, proponemos dos ideas vinculadas a las dos grandes preguntas que nos
hicimos al comienzo del artículo:
a)
La inclusión de las Indias Orientales en la historia de España de Mariana es el
resultado de la cesión del autor ante presiones externas. Lo “global”, a pesar
de formar parte del pensamiento del jesuita, es incluido ad hoc a nivel
narrativo en la Historia general de España para satisfacer las necesidades
historiográficas de la Monarquía y la Compañía. Para ello, Mariana, valiéndose
del método compilatorio con el que elaboró su De rebus Hispaniae
(1592), utilizó como fuentes principales el De rebus Emmanuelis
Regis de Jerónimo Osório y los Historiarum
Indicarum Libri de
Giovanni Pietro Maffei. Dos autores que tampoco
habían estado en Oriente y que provocan que el mundo asiático que representa
Mariana sea el resultado de una recepción en “segundo grado” (Genette, 1989).
b)
El mundo asiático representado por Mariana puede entenderse como una “historia
del presente” (Pasamar, 2008: 147-169; 2009: 1-32).
El autor, si bien tuvo que incluir en su obra las relaciones entre la Península
Ibérica y las Indias Orientales por dichas presiones externas, también lo
aprovechó para participar y posicionarse en los debates contemporáneos. Mariana
considera que vive en un presente amenazado por la decadencia en el cual los
ministros de la corte incrementaban cada vez más su rango de influencia. Así,
el autor, preocupado por la potencial disolución del horizonte imperial,
muestra a sus lectores el beneficio a todos los niveles de los contactos que
los portugueses habían establecido en el otoño medieval.
Iago Brais
Ferrás García
Universidad de Santiago de
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(2010), “Les grandes découvertes”, L’Histoire 355.
[1] Este artículo es el resultado de parte de la
investigación realizada en una estancia de tres meses en el grupo Civilisations et Littératures
d'Espagne et d'Amérique du Moyen-Age aux Lumières
(CLEA) de la Sorbonne Université
y dirigido por la profesora Hélène Thieulin-Pardo. La
estancia fue financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y
Universidades del Gobierno de España según el programa de movilidad FPU.
[2] Cf. Bénat-Tachot (2018); Martínez Shaw y Alfonso Mola (2014: 1-16); Alvar Ezquerra (2023: 51-74); García Cárcel (2015: 120-125).
[3] Cf. Dosse (2007); LaCapra (1987).
[4] Cf. Aróstegui (2004);
Pasamar (2008: 147-169).
[5] Entre los trabajos que han analizado estas
relaciones e intercambios destacan las investigaciones de Bénat-Tachot
(2018), (2017) y (2015); Jacquelard y Bénat-Tachot (2017); Jacquelard (2015);
Jacquelard (2012); (2010: 155-165), Gruzinski (2024); Bertrand (2011), Subrahmanyam
(2011) y (1993) y el volumen “Les grandes découvertes”
en el número 355 de L’Histoire (2010)
con aportaciones de especialistas como Patrick Boucheron,
Jérôme Baschet y
Jean-Frédéric Schaub.
[6] Para profundizar tanto a nivel teórico como
empírico en la “historia global”, véase Bresciano
(2014: 100-113) y Olstein (2021).
[7] Subrahmanyam (2007: 329-334); Levi (2018:
25).
[8] Bertrand (2015: 13); Minard y Douki (2007:
7-22).
[9] Para profundizar en el sistema cristiano medieval tanto a nivel cultural como historiográfico, véanse las tres partes del libro coordinado por Hélène Thieulin-Pardo, Jean-Pierre Jardin y Patricia Rochwert-Zuili (2018), el dossier dirigido por Hélène Thieulin-Pardo y Frédéric Alchalabi (2014), y la obra de Jacques Le Goff (1999; y 1991).
[10] Sobre el universo cultural del mundo
asiático de la época, véase Subrahmanyam (2005), Thormaz (2015: 113-131) y Gil (2011).
[11] Cf. Kagan (2010); Thompson (1942); Skinner (1986)
[12] Para una genealogía intelectual de la idea
de lo hispano y lo latino, véase Sanmartín (2010).
[13] La presente cita muestra cómo la
historiografía inglesa de finales del siglo XVII representa a los
portugueses como saqueadores de las riquezas asiáticas. En concreto sostiene
que su llegada a la isla de Ceilán en la década de 1550 fue motivada por la
búsqueda de un supuesto gran tesoro que allí se encontraba. Su autor, R. B., también escribió diversas obras como History of the Nine Worthies of the World (1687)
y The English Empire in America (1698).
[14] Para más sobre la historia del presente
desde un punto de vista práctico y teórico, véanse los trabajos de
Gonzalo Pasamar (2008: 147-169), (2009: 1-32) y
el dossier coordinado por Israel Sanmartín (2018: 11-15).
[15] LaCapra (1987); Dosse (2007).
[16] Este aspecto incidió en que Mariana pensase
y escribiese el pasado medieval de España de forma homogénea, es decir, no
particularizó la historia de ningún reino peninsular como sí hicieron otros
autores como Esteban de Garibay. La biografía más completa hasta la fecha sobre
Mariana es el libro de Alan Soons (1982), el
cual puede complementarse con los trabajos de Georges Cirot
(1936: 295-232; 1904: 309-331).
[17] Mariana ha escrito numerosos tratados y
textos sobre diferentes temas, como muestran su De rege
et regis institutione (1599),
Historia general de España (1601), Pro editione
Vulgatia disputatio (1609),
De adventu Iacobi Apostoli Maioris in Hispania Disputatio (1609), De die mortis Christi (1609),
De espectaculis (1609), De ponderibus et mensuris
(1609), De monetate mutatione
disputatio (1609), De morte
et inmortalitate (1609) y Scholia
in Vetus et Novum Testamentum (1619), entre otros. Para profundizar en el
corpus del autor es referencia el dossier coordinado por Renaud Malavialle (2018) en la revista E-Spania.
[18] Archivio della Congregazione per la Dottrina della Fede, Sanctum Officium, Decreta
1565-1567, f. 5r.; Stanza storica,
Q-1-a, Extensorum S. O., ff.
100r-v.; y Jyri Hasecker
(2017: 59-60).
[19] Las críticas realizadas en su De monetae mutation (1609) le
llevaron incluso a ser encarcelado en el convento de San Francisco en Madrid.
Para más información sobre el proceso contra Mariana, véase G. Fernández de la
Mora (1993: 47-99) y Cirot (1905: 96-111).
[20] Esta es una de las ideas
sobre las que se reflexionó en la Journée d’Étude Internationale “Juan de
Mariana et Antonio de Herrera y Tordesillas, inventeurs
du temps long et des grands espaces? (Monarchie hispanique, 1590-1620) organizada
por Clotilde Jacquelard y Renaud Malavialle (Colegio de España, 27 de abril de 2024).
[21] Para profundizar en este contexto
historiográfico en el que Mariana escribe su obra, véase Hermant (2023),
Alvar (2020), García Cárcel (2004), Pineda González (2005: 31-48) y Vidal
(2010: 325-342).
[22] Así, Garibay, por ejemplo, escribió de forma
heterogénea la historia particular de cada reino de la Península. Así, desde la
creación del mundo hasta la entrada de los musulmanes en la Península, el autor
narra de forma homogénea todo el territorio peninsular (Libros 1-10). Ahí es
cuando cambia a una narración heterogénea que se diversifica en el reino de
Castilla (Libros 11-20), de Navarra (Libro 21-30), de Aragón y Barcelona, de
Portugal y de los “Reyes Moros” (Libros 31-40).
[23] Para profundizar en la relación entre historiografía y espacio en Antonio de Herrera y Tordesillas, véase Malavialle (2012) y Kagan (2004: 37-56).
[24] Jacquelard (2012) y
(2018).
[25] Esta diferencia que identificamos en la Historia general de España a nivel de contenido sugerimos que es una representación de la prioridad que Asia tenía sobre América para la Compañía de Jesús (Jacquelard, 2018).
[26] Leer junto a: “En la prouision
real, […] se estiende lo contenido en el dicho priuilegio, a los cinco postreros libros desta obra, que vltimamente se
presentaron en consejo: su data en Madrid a seis de Setiembre, del año passado de mil y seiscientos, despachada por Pedro Zapata
del Marmol escriuano de camara del rey nuestro señor” (Mariana 1601, Suma de la prouision real).
[27] Malavialle (2024); Ferrás García (2024).
[28] Ambos autores, con una estrecha relación o pertenencia a la propia Compañía, son citados respectivamente de forma explícita por Mariana en el “Cap. XX. De la Nauegacion que oy se haze a la India oriental” (1601, t. II: 724) y en el “Cap. IIII. Que el Papa conuoco concilio para san Iuan de Letran” (1601, t. II: 903).
[29] Sánchez
Torres (2022: 207-224) y Malavialle (2023).
[30] Ferreira
Henriques (2020: 379) y Sánchez Tarrío
(2020: 543-553).
[31] En portugués y
en castellano respectivamente en: “Mandou logo Albuquerque dous Capitães nas
lanchas, que lha trouxessem alli. Os marinheiros assustados arrojão-se de
mergulho ao mar, e Nahodabeguea, que hia dentro para advertir ElRey de Malaca
da chegada dos Lusitanos, esperava ganhar perdão por este desvelo. Como porém
visse fechada toda a maneira de evitar a merecida morte, deliberou-se antes a
morrer com seus escravos, como cabe que morra homem de brios, do que dar pasto
com seu supplicio aos olhos dos Portuguezes, e por tanto foi tão renhida a
resistencia, que nenhum dos nossos sahio da contenda sem nella perder sangue.
Os inimigos forão todos mortos. Nahodabeguca com todo o corpo golpeado cahio,
mas nenhum sangue lhe vertia das feridas: quando os nossos porém o despírão, e
lhe desatárão huma manilha de ouro, em que havia certa pedra engastada, todo o
sangue se lhe soltou em espadanas. Tirão-se estas pedras; ou ossos de certas
alimarias, que os Siamezes chamão Cabes, e tem maravilhsa virtude para estancar
o sangue” (Nascimento 1804: 236); y “Gouernaua y era capitan de vna destas
naues Naodaben Malaces, el qual era uno de aquellos que poco antes se auian
reuelado contra Sequeyra para quitarse la vida. Fue este muerto en el camino por los Portugueses, hauiendose el defendido algun
poco peleando animosamente, pero finalmente siendo muerto con muchas heridas,
cayo de tal manera muerto, que de las heridas abiertas que tenia,
no le salió dellas gota de sangre. Despues andandolo desnudando,
luego como le quitaron el brazo una manilla de oro; (admirable caso) como si se
hubiera rompido vn vaso lleno, de la misma manera de
repente con el alma le salió entonces toda la sangre por ellas. Causó esto
grande admiracion a los Portugueses, y como
preguntasen la causa desto a los cautiuos,
entendieron dellos, que dentro de aquella manilla estaua metido un gueso de vn animal llamado Sionio (llamanle los Indios cauin) el qual tenia vna
efficazisima virtud, para restrinir
la sangre. Lleuando despues
a Portugal este hueso con otras cosas muy preciosas,
se perdió con ellas en vn naufragio grande que padescieron en el camino” (BNE Ms. 5789: 102r).
[32] Traducción al castellano en: “El un cabo de
la India, desde el monte Caucaso hata
el Cabo de Corio, al qual
los naturales llaman el Cabo de Comorin, corre cerca
de quatrocientas leguas hazia
el Medio dia con una leuantada
altura, y es vañado por el mar Océano, y haze dos grandes riberas; la una de las quales
que mira hazia Occidente tiene muy nobles ciudades
como Calicut, la qual es la cabeza del reyno Malabar, y agora es el mas copioso y frequentadissimo
mercado de quantos ay, y Cochin, Cananor,
y Goa, y otras muchas ciudades. La otra ribera que mira a Oriente, passa desde el termino de Comorin
por los limites de Bengala por la parte que corre el
rio Ganges al mar Océano, y por Pergusia y sus limites, y por otros riquissimos reynos, (esta tierra piensan
algunos con muchas congecturas, que es Ophir, y Tarso) y se viene a concluir en el Aurea Chersonense; en la qual region se ve el dia de oy el famoso mercado de Malaca” (BNE Ms. 5789: 17r-v).
[33] Subrahmanyam (1993);
Martínez Shaw y Alfonso Mola (2014: 1-16); Jacquelard
(2015).
[34] Mariana comenzó a escribir una historia
eclesiástica en latín que nunca llegó a publicar (Gómez Martos, 2012: 29).
Sin embargo, su estructura y materiales fueron utilizados para la redacción de
su Historia general de España. Motivo por el cual algunos especialistas
sostienen que esta obra es una conjunción entre historia secular y
eclesiástica.
[35] Véase el siguiente fragmento: “Desde Macam hazia el norte, llegan a lo
postrero de lo que los Portugueses tienen descubierto, que es Iapon, distante del puerto de la China como trezientas leguas. Diuidese Iapon en tres yslas principales,
sin otras muchas pequeñas que tiene junto a las tres. corre entre poniente y
norte, de los treynta grados de altura a los quarenta. De largo dozientas
leguas, y por lo mas ancho no passa
de ochenta. Tiene muchos reyes, y reynos, y es gente
de valor en las Armas, y de ingenio affaz para las
letras” (1601, t. II: 724).
[36] “Ay entre los Malabares quatro calidades o grados de gente: los nobles, que llaman Caymales: los sacerdotes, que son los Brachmanes, y tienen grande autoridad: los soldados llaman Nayres: y el pueblo, que son los labradores y oficiales. Los mercaderes comunmente son estrageros” (1601, t. II: 717-718).
[37] A propósito, se pueden rescatar las palabras
de Mariana sobre América pero que bien se pueden aplicar a estas tierras
asiáticas: “Casauan con muchas mugeres,
y sin escrupulo vsauan el peccado nefando: tan sucios y deshonestos eran. Su trage muy differente, y por la
mayor parte desnudos. Gran bien les hizo Dios, y gracia, en traellos
a poder de Christianos, y para que los buscasen y conquistassen, repartir con ellos con larga mano el oro y
la plata, en tanta abundancia: ceuo para codiciosos.
Sobre todo dalles su conocimiento, para que dexada la vida de saluages, biuiessen Christianamente. Mas
merced fue sugetallos, que si continuaran en su
libertad” (1601, t. II: 683).
[38] Véase: “Los Españoles, cansados de trabajos y alteraciones tan largas, gozauan de algun sossiego: […]. Las differencias que aquellos principes tenian entre si, eran grandes, y necessario apaciguallas. […] En prosecución de lo concertado en Calatayud, de consentimiento de las partes, fue nombrado por juez arbitro, para componer aquellas differencias, Dionysio, rey de Portugal” (1601, t. 1: 964-965).
[39] La idea de “beneficio” es constante a lo
largo de toda la narración de Mariana: “Deste
principio, costeando las riberas de Africa, poco a
poco, parte este infante, y mas los reyes adelante,
llegaron con esfuerço inuencible
hasta lo postrero de leuante, corrieron las marinas
de la Asia, la India, y la China, con gran gloria del nombre Portugues, y prouecho no menor”
(1601, t. II: 325).
[40] Otros ejemplos son: “El Moro temeroso de los Portugueses, intento de apoderarse de las naves: y como no le salio esto, prendio los que estauan descuidados en la ciudad. […] Alonso de Alburquerque, que ya estaua en el gouierno de la India, determino juntar su armada para vengar esta injuria. Partio de Goa, y llego a tomar puerto en la ysla de Somatra. […] Pero en fin la ciudad quedo por el rey de Portugal. Desta manera se dilataua el nombre Christiano en los ultimos fines de la tierra (1601, t. II: 903); “Por otra parte los Portugueses, començauan a descubrir con las nauegaciones de cada vn año las riberas exteriores de Africa, en grandissima distancia, sin parar hasta el cabo de Buenaesperança, […]. Con estas nauegaciones, destos principes llego aquella nacion a ganar adelante grandes riquezas, y renonbre no menor. El primero que intento esto, fue el infante don Enrique, tio del rey de Portugal, por el conocimiento que tenia de las estrellas, y por arder en deseo de ensanchar la religion Christiana: zelo por el qual merece inmortales alabanças” (1601, t. II: 459-460).
[41] De igual modo, el autor apunta en el prólogo
de la Historia general de España: “El año passado
presentè a V. Magestad un
libro que compuse, de las virtudes que deue tener un
buen rey, que deseo lean, y entiendan los principes
con cuydado. Lo que en el
se trata especulativamente, los preceptos, avisos y las reglas de la vida real,
aqui se veen puestas en practica, con sus biuos colores
esmaltadas” (1601, t. I: Prologo).
[42] Para profundizar en el pensamiento político de Juan de Mariana, ver el libro de Harald B. Braun (2007).