DESIRER QUE RAVAILLAC EUST LEU MARIANA: LA SEGUNDA CONDENA DE MARIANA EN LA CENSURA
DE LA RESPONSE APOLOGETIQUE À L’ANTICOTON
DESIRER QUE RAVAILLAC EUST LEU MARIANA: THE CENSURE OF THE RESPONSE
APOLOGETIQUE À L’ANTICOTON AND THE SECOND CONDEMNATION OF MARIANA
Francisco Sánchez Torres
Resumen:
La primera condena a los libros De Rege et Regis
institutione por parte de la Sorbona, con fecha
de 4 de junio de 1610, se produjo en un contexto de frenética producción
propagandística e intelectual que tuvo como objetivo desprestigiar a la
Compañía de Jesús. A raíz de la presunta involucración de algunos de sus miembros
en hechos como los intentos fallidos de asesinato de Enrique IV de Francia o,
posteriormente, el intento que sí tuvo éxito, numerosos panfletos y otros
textos usaron las palabras de Mariana como causa de acusación principal.
También se echó manos de otros autores como Ribadeneira o Belarmino. La
intervención de Pierre Coton con su Lettre déclaratoire no
apaciguó a sus enemigos, sino que avivó el ya encendido debate. La respuesta
más destacada fue el Anticoton, que obtuvo
respuesta por parte de un padre jesuita no identificado en la Response apologetique à l’Anticoton.
Tal respuesta obligó a la Sorbona a reunirse de nuevo para decretar una
segunda condena a Mariana y una primera a este texto. Este trabajo transcribe
la censura publicada por la Sorbona el 1 de febrero de 1611. Abstract: When Juan de Mariana’s book, De Rege et
Regis institutione, was first condemned by the
Sorbonne on 4th June 1610, it happened in the context of frenzied
intellectual, and propagandistic production against the Jesuits. Some of its
members had been accused of conspiring and collaborating with the
perpetrators of several failed murder attempts on King Henry IV of France.
The successful attempt which took the king’s life in 1610 therefore became
the main reason for a new attack on the Society of Jesus, and Mariana’s words
– among other authors with fewer citations – were taken as a scapegoat. The
intervention of Pierre Coton, who published a Lettre
déclaratoire, did not prevent the conflict from
escalating. Rather, he turned out to be the aim of the treatise Anticoton. Thereafter, another Jesuit published a Response
apologetique à l’Anticoton,
which was subject to examination by the Sorbonne. The members of the
institution issued a censure, which condemned the Réponse
apologetique and at the same time reiterated
the previous decree against De Rege. This paper transcribes and
examines the censure. |
Palabras
clave: Mariana,
De Rege, Anticoton,
Réponse apologetique,
Sorbona, censura.
Keywords:
Mariana, De Rege, Anticoton,
Réponse apologetique,
Sorbonne, censorship.
Fecha de recepción: 1.10.2024
Fecha de aceptación: 3.12.24
1. Introducción
E |
l tratado De Rege et Regis Institutione, escrito por el jesuita español Juan de
Mariana en 1599, ha sido objeto de intensos debates y controversias desde su
publicación.[1]
Este tratado, que aborda la naturaleza del poder real y la legitimidad del
tiranicidio,[2]
provocó una reacción inmediata y vehemente en Francia.[3]
En 1610, tras el asesinato del rey Enrique IV, la Sorbona condenó el libro y
ordenó su quema, acto que desencadenó una serie de panfletos políticos y
escritos polémicos.
En
un estudio previo, he analizado la recepción de la obra de Mariana en los
panfletos políticos desde 1609 a 1611, destacando la persecución que sufrió
Pierre Coton, confesor del rey Enrique IV, y la
publicación de textos como el Anticoton y el Antimariana.[4]
Sin embargo, la polémica en torno a la doctrina del tiranicidio de Mariana no
se detuvo en 1611, y durante los años siguientes continuó el debate.
Propongo
un estudio de uno de los documentos que más respuesta generó, la Response
apologétique à l’Anticoton. Podría parecer una
curiosidad que la respuesta a una respuesta —el Anticoton
respondía a la Lettre déclaratoire
de Pierre Coton—, que a su vez era una declaración en
respuesta a las acusaciones sobre la influencia de los libros De Rege et Regis institutione en
el magnicidio de Enrique IV, sea objeto de un estudio de recepción. Todo lo
contrario, las palabras de Mariana, ya en 1611, se habían transformado en una
continuidad de lugares comunes a fuerza de la repetición. A través de esta
serie de trabajos pretendo demostrar con precisión cómo la persecución contra
los jesuitas encontró en la obra de Mariana un documento conveniente que por la
propia naturaleza del discurso iría retorciéndose hasta perder su significado.
2. La «doctrina de
Mariana»: los panfletos políticos contra Mariana, Coton
y la Compañía de Jesús
Estos panfletos
políticos cumplieron su labor, pues pronto se popularizó en esos escritos el
concepto de la «doctrina de Mariana». Si bien en los textos se habla de
Ribadeneira, de Belarmino, de Scribanius y de otros
de los considerados apologetas del tiranicidio, todos ellos siguen la doctrina
de Mariana. Esta no es otra que la negación del decreto del Concilio de
Constanza, donde se prohíbe expresamente el apoyo ideológico al asesinato de
los gobernantes.
Estos panfletos, como ya revisé en un trabajo
anterior a este, estallan a partir del asesinato de Enrique IV en 1610 por
François Ravaillac.[5]
Pese a que este negara haber leído a Mariana, el arresto de la Sorbona contra
el tratado De Rege y su condena a la quema
pública alimentaron una corriente de textos que utilizó pasajes de la obra del
jesuita para sus argumentos.[6]
Gracias a la repetición constante, tales pasajes se podrían considerar
fosilizados en la literatura panfletaria.
El primero que ganó capital importancia
fue el Antimariana ou
réfutation des propositions
de Mariana, escrito por un tal Michel Roussel de
la Sorbona. Este documento, como su nombre indica, respondía a los argumentos
del padre jesuita en una exaltada defensa de la monarquía francesa, a juzgar
por los varios insultos que adornan sus pasajes. No sería descabellado
considerar que fue el Antimariana el texto que
impulsó esta insistencia en la «doctrina de Mariana». Al anexar la censura al
texto, la yuxtaposición reforzó el sentido.
Ante el descrédito que sufrieron los jesuitas,
Pierre Coton, que había tenido una estrecha relación
con el malogrado rey, publicó una Lettre declaratoire dedicada a la reina regente. En ella el
jesuita negaba los vínculos de los miembros de la Compañía con la apología del
tiranicidio. Con respecto de Mariana, basta con que me remita a este otro
trabajo y resuma. Coton no apoyó a Mariana, sino que
buscó aislar el pensamiento del talaverano, «dejándole el particular».[7]
La carta de Coton
produjo el efecto contrario al deseado, y se saldó con un Anticoton.
Tras haber negado a Mariana, Coton se vio paradójicamente
puesto en los zapatos del jesuita de Talavera. Tanto la Lettre
déclaratoire como el Anticoton
conocieron numerosas traducciones a otras lenguas europeas como el inglés, el
alemán, el italiano, el neerlandés y, por supuesto, el latín. Este Anticoton igualaba el texto de Coton
al de Mariana, así como al de otros jesuitas ya citados, como Ribadeneira o
Belarmino. A través de los argumentos, intentaba demostrar que existía una
coherencia entre sus ideas, cuyo último objetivo era someter a los reyes a la
autoridad papal en las cuestiones civiles.
En este juego continuo de respuestas no
pudo faltar una Response apologetique à l’Anticoton, firmada por un padre jesuita no
identificado, cuyo contenido más señalado detallo a continuación. Sin embargo,
reviste de suma importancia la presentación de algunos datos que problematizan
esta Response apologetique de una forma que no
había sido contemplada anteriormente ni, salvo error, ha sido constatada antes por
la bibliografía que ha anotado la existencia de este texto.
3. Algunas notas
críticas sobre las ediciones de la
Response apologetique
Una vez que he centrado mi atención en
este tratado y he comenzado a buscar los diferentes ejemplares, me he topado
con un hecho de grandísimo interés: si bien hay tratados que indican que la Response
apologetique había sido compuesta por «un padre
de la Compañía de Jesús», como indiqué en el párrafo superior, pueden
encontrarse tratados firmados por un tal François Bonald, de la misma fecha.
El padre jesuita Bonald era en aquel
tiempo el rector del colegio jesuita de Chambéry. Las
noticias documentales que aparecen sobre él están vinculadas a su labor en la
supervisión de la construcción de dicho colegio. Bonald comenzó por la iglesia,
después los jesuitas fundaron el colegio, que se transformó posteriormente en
el Gran Seminario de Chambéry.[8]
Así, existen dos corrientes de impresos
publicados entre 1610 y 1611, a juzgar por las varias reimpresiones. Presento,
a continuación, una lista de las ediciones que he recopilado, y al final de
cada registro indico entre paréntesis un código para identificar cada obra
durante el resto del estudio:[9]
1. Response apologetique
à l’Anticoton et a ceux de sa suite, par François Bonald, de la Compagnie de Iesus, au Pont, par l’Imprimeur de l’Université, 1610
(RF1).
2. Response apologetique
à l’Anticoton et a ceux de sa suite, par un Pere de la Compagnie
de Iesus, à Paris, jouxte
la coppie imprimée au Pont, par Michel Gaillard, 1610 (RP1).
3. Response apologetique
à l’Anticoton et a ceux de sa suite, par François Bonald, de la Compagnie de Iesus, au Pont, par Michel
Gaillard, 1611 (RF2).
4. Response apologetique
à l’Anticoton et a ceux de sa suite, par un Pere de la Compagnie
de Iesus, au Pont, par
Michel Gaillard, 1611 (RP2).
5. Response apologetique
à l’Anticoton et a ceux de sa suite, par un Pere de la Compagnie
de Iesus, seconde edition, revueuë et augmentée par l’Autheur, à Paris,
chez Ioseph Cottereau, ruë sainct Iacques, à la Prudence, avec Privilege du Roy, et approbation
des Docteurs, 1611 (RP3).
RF1 debería contemplarse como la primera edición, cuyo impresor aparece
vinculado a la Universidad de la Sorbona. RP1 tuvo que surgir en
respuesta a RF1, o eso es lo que deduzco del origen de la impresión
aportado por el mismo ejemplar: «jouxte la coppie imprimée au Pont». Necesariamente tuvo que surgir de RF1 para
llevar tal distintivo. A diferencia de RF1, la edición con código RP1
incluye un soneto antes de la carta dedicatoria a la reina regente.
Al
año siguiente, RF2 ya se distingue de la anterior impresión por llevar
el nombre de su impresor, Michel Gaillard, e incluir el soneto que aparece en RP1.
Por otro lado, RP2 lleva el sello de impresión de la Compañía de Jesús y
recupera también el soneto.
La
segunda edición, RP3, lleva nuevamente el sello de la Compañía, pero
esta vez el impresor cambia, siendo Joseph Cottereau,
y —lo que es de suma importancia— porta
el privilegio del rey para su impresión y la aprobación «des Docteurs», sin especificar si esos doctores son de la
Compañía o de la Universidad, ya que Cottereau fue
impresor universitario. Junto al soneto, se añaden otras dos composiciones
poéticas que juegan con el nombre de Coton y el
romano Catón.
Las cajas de los textos, si las
comparamos, son iguales. La diferencia entre la corriente RF y la RP
es que la primera da como autor a François Bonald en el frontispicio de la obra
y al final de la carta dedicatoria a la reina regente. Sin embargo, todas las
ediciones finalizan con la firma «L’un des Peres de la Compagnie de Iesus». Por lo tanto, las principales variantes se sitúan
al principio del texto, pero los elementos propios del impreso, como son la
caja del texto y los tipos, se mantienen con mínimas variaciones, dejando, a
falta del mayor detalle de un análisis automatizado, el mismo cómputo de líneas
y cortes de palabras.
4. Algunas hipótesis sobre el origen de la
vida textual de la
Response apologetique
Estos avatares
textuales producen cierta confusión. ¿Por qué había dos genealogías para un
mismo texto? ¿Por qué primero firma como François Bonald y luego como un
anónimo padre de la Compañía? De igual forma, ¿qué razones sustentan que estas
dos corrientes textuales se vendieran una junto a la otra? Los datos, por
insuficientes, dan pie a cierta especulación o, al menos, a una vinculación un
tanto analógica entre los varios hechos sucedidos en la Sorbona entre 1610 y
1611 en relación con la recepción de la obra de Mariana.
No se desprende
de los textos ninguna fecha exacta de publicación, pero es evidente que RF1
antecede a RP1, al aludir la última a la primera. Desde ese momento, la
edición anónima añade elementos, como el poema, que aparecen inmediatamente
replicados en la siguiente reimpresión, RF2. Como réplica a RF2
aparece RP2 y todo atisbo de competición desaparece cuando RP3
presenta una edición revisada y aumentada.
Puede ser que la
línea textual RF se trate de un intento de asociar el texto a un jesuita
concreto, a saber, François Bonald, para provocar un efecto parecido al ya
visto con Mariana-Antimariana y Coton-Anticoton. Habida cuenta del contenido del
texto y de lo infructuosas que fueron las tentativas de los jesuitas por
explicar su posición ante el tiranicidio y desvincularse, o matizar, las
palabras de los más polémicos de sus miembros, no puede descartarse que este
texto fuera publicado por rivales de la Compañía.
Para corroborar
esta hipótesis se puede acudir al hecho de que todas las ediciones estén
firmadas por un padre jesuita anónimo al final. Esto supondría hasta cierto
punto una incoherencia con firmar primero como François Bonald y luego como un
padre jesuita anónimo. Además, RF1 indica dónde se imprimió, pero no su
impresor, mientras que la anónima sí identifica al impresor, cosa que luego
recuperaría RF2. RP3, sin embargo, cambia de impresor.
Es más, la
segunda edición lleva un privilegio real, de forma que su copia no autorizada
quedó ilegalizada. Si no hay RF3, cabe pensar que son las RF
versiones no autorizadas. ¿Qué sentido tiene, si RF1 vino en primer
lugar? Tal vez RF1 origine el conflicto entre estas dos líneas
textuales, pues se trató de una primera impresión no autorizada de una obra que
estaba en proceso de impresión.
Manteniendo
presente que, de momento, estas ideas parten de la especulación que permite la
escasez de datos, sí que es posible llegar a una conclusión clara: que la
aparente unanimidad de la Sorbona en la condena de 1610 al libro de Mariana no
fue tan unánime como la literatura científica ha venido a defender. Este juego
de acusaciones de autoría, falsas o reales, y saltos entre impresores asociados
a la Universidad revela que la misma Sorbona se vio sacudida por sus propias
decisiones.
La censura de la
Response apologetique, publicada el 1 de
febrero de 1611 en la Sorbona, añade mayor controversia, si cabe, al asunto.
5. El decreto de censura de la Sorbona en
1611
La Facultad de
Teología de la Sorbona se reunió el 1 de febrero de 1611 y censuró públicamente
el contenido de la Response apologetique. A
diferencia de la censura a la obra de Mariana, esta no incluía el secuestro y
quema de los libros, sino simplemente un rechazo expreso a la doctrina
contenida en estos. La razón de esta reunión y de la censura fue que se acusó
al libro de incluir falsos testimonios de doctores de la Sorbona, expresos sin
consentimiento de la Universidad. Transcribo, a continuación, el texto de la
censura y la exégesis posterior:
Censure par la sacrée Faculté de Théologie de Paris, de la doctrine d’assassiner
les Roys, contenüe au liure intitulé La responce à l’Anticoton. Plus
une Analyse ou discours sur
la precedente censure par aucuns de la mesme sacrée Faculté de Théologie de
Paris.
Anno Domini millesimo sexcentesimo undecimo, die prima Februarii,
sacra Theologiae Facultas Parisiensis,
post solemnem Missam de Sancto Spitiru, sua ordinaria celebrauit comitia, in Aula Collegii Sorbonae, super sequentibus articulis. Primo, recognita et obsignata est conclusio
facta die quarta Ianuarii. Secundo, Dominus Syndicus retulit, quemdam ex patribus Societatis IESV, nuper euulgasse Apologiam quae haec nominatim habet. Quodammodo desiderandum fuisse ut Rauaillacus legisset Marianam, quoniam
Mariana diserte et expresse docet,
principem legitimum non posse occidi ab ullo particular, sua priuata auctoritate: hácque in re nihil dicere, quod non congruat Synodo Constantiensi, et decretis Sorbonae. Cuiusquidem locutionis ambiguitate, praedictus auctor Apologiae nititur persuadere, sententiam Marianae, aliqua in re eum decretis Scholae
Parisiensis, aduersus regum et Principum parricidas, conuenire: maxime autem, quod nonnulli,
ex honorandis magistris, ipsa facultate inconsulta, et
contra morem ante usitatum,
in fronte eiusdem Apologiae
testentur; se nihil quicquam
reperiisse in praedicta Apologia quod non sit maxime et peculiariter
conforme doctrinae totius facultatis Parisiensis: unde proculdubio continget, ut non modo Galli, verumetiam
exterae nationes, quae illam Apologiam
legerint, arbitrentur Scholam Parisiensem etiam Concilium Constantiense reiicere, sicut reiicitur à Mariana: et consequenter
licitum esse priuatis personis, propria auctoritate, et quaesito colore tyrannidis sceleratas manus sacris regum personis inferre. Quocirca idem Dominus Syndicus rogauit
facultatem, quatenus prouideret
ne ex eiusmodi assertione, decretum Scholae Parisiensis superiore anno, ad normam Constantiensis Synodi, pro regum
et Principum salute constitutum,
penitus euerteretur. Quibus auditis, sacratissima Theologiae facultas, decimam quintam sessionem Concilii Constantiensis, suasque conclusiones cum praedicta Apologia, et libro
Ioannis Marianae, diligenter
contulit ac subdactis
omnium Magistrorum rationibus.
Primo censuit,
auctorem Apologiae, haec
non satis considerate scripsisse.
Nempe quodammodo desiderandum fuisse, ut Rauaillacum legisset Marianam, quoniam
Mariana diserte et expresse
docet, Principem legitimum non posse occidi, ab ullo particulari sua priuata auctoritate:
hacque in re nihil dicere, quod non congruat Synodo Constantiensi et decretis Sorbonae. 2. Eadem facultas declarauit, Marianam nullo modo vel cum Synodo Constantiensi, vel cum suis conclusionibus hac in parte conuenire. Neque propterea tamen, se vllam notam praedictae
Apologiae hic inurere, sed tantummodo mentem suam de praefato Concilio, quod repudiatur à Mariana, propriisque decretis velle aperire Tertio omnibus et singulis magistris Theologiae prohibuit, ne deinceps publice
attestentur doctrinam alicuius libri, esse conformem doctrinae facultatis Theologiae, antequam super ea re facultatem ipsam consuluerint, eiusque consensum, in publicis comitiis legitime impetrauerint. Quarto ne iidem Magistri
in suis approbationibus nomen Sorbonae
dehinc vsurpent nisi eorum attestatio publicis etiam comitiis vt moris
est diserte auctorata et comprobata fuerit.
L’an de Nostre Seigneur, mil six cents vnze, le premier iour de Feurier, la sacree Faculté de Theologie de
Paris après avoir solemnellement celebré la Messe
du S. Esprit, a tenu son assemblee
ordinaire en la salle du ColIege de Sorbonne, pour resoudre des articles suivants: Premièrement, la concIusion faicte le quatriesme Ianuier a esté reueuë et confirmée. Secondement le Syndic a rapporté, que depuis peu de iours
vn des Peres de la Societé de Iesus, a mis en lumière vne Apologie
contenant ces propres termes:
Qu’il seroit en certaine maniere à desirer que Rauaillac eust leu Mariana, car disertement et expressement
Mariana enseigne, Qu’un
Prince legitime ne peut estre tué par vn
particulier de son auctorité
privee, ne disant en cela que ce qui est au Concile de Constance,
et aux Decrets de Sorbonne. Que par l'ambiguité
de ces paroles l'Autheur
de ladite Apologie s'efforce de persuader que
Mariana est aucunement d'accord auec les Decrets que l’Eschole de Paris a faicts contre les parricides qui attentent aux personnes sacrees
des Roys et des Princes:
Consideré mesme qu'aucuns Docteurs
sans auoir eu l'aduis de la dicte Faculté,
et contre la coustume vsitée en icelle: Au commencement de ladicte Apologie certifient qu'ile n’y ont
rien trouué qui ne soit tres-conforme à la
doctrine de la Faculté de Paris. Que sans doubte, les François et Estrangers
qui liront ladite Apologie, estimeront que l’Eschole de Paris reiecte le Concile de Constance, ainsi que fait Mariana: et consequemment qu’il qu’il soit loisible
aux personnes particulieres et de leur auctorité priuee, soubs pretexte de tyrannie, d'attenter aux personnes sacrees des Roys et des Princes: C'est pourquoy ledict Syndic a suplié ladicte Faculté de pourueoir à ce que son decret de l'annee passee faict conformement à la constitution du Concile de Constance pour la seureté et conseruation de la vie
des Roys et des Princes ne demeure aneanty
par vn tel dire et attestation.
Ce qu’entendu, ladicte Faculté après auoir bien et diligemment conferé la quinziesme session du Concile de Constance et ses conclusions avec ladicte Apologie
& le liure de Iean
Mariana, & pris les opinions
de tous les Docteurs, est d'aduis, Premierement
que l'Autheur de ladicte Apologie n'a escrit
assez considerément ce qui s'ensuit : Qu’il seroit en certaine maniere à desirer , que Rauaillac eust leu Mariana : car disertement
& expressement Mariana enseigne,
qu'un Prince legitime ne peut estre tué
par un particulier de son auctorité
priuee: ne disant en celà que ce qui est au Concile
de Constance, aux decrets de Sorbonne. Secondement la mesme Faculté declare, que Mariana ne s'accorde en façon du monde ny auec le Concile de Constance, ny auec
les conclusions d'icelle
Faculté: Et neantmoins qu'elle
n'entend en cela noter de
censure ladicte Apologie, ains seulement veut faire entendre son sens & sa doctrine, tant sur ledict Concile lequel Mariana reiette, que sur ses propres decrets. En troisiesme lieu, elle defend à tous
Docteurs tant en general qu'en particulier, de tesmoigner à l'aduenir publiquement que la doctrine de quelque
liure soit conforme à la
doctrine de ladicte Faculté de Theologie,
sans au prealable
avoir legitimement obtenu permission & adueu de ladicte Faculté en cogregation publique. Quatriesmement,
elle defend ausdicts Docteurs de n'vsurper cy-apres en leurs approbations le nom de Sorbonne sans les auoir expressement faict auctoriser & confirmer en vne assemblee publique
de ladicte Faculté comme l'on a de coustume.
ESTAT de la question agitee en Sorbonne le premier iour de Feurier mil six cents vnze.
Sçauoir, si Mariana en
son liure du Roy de l'institution
Royalle, est d'accord en quelque chose auec le Concile
de Constance & les Decrets
de Sorbonne.
L'Autheur de l'Apologie contre l'Anticoton, tient la partie affirmatiue page 43. de l'impression de Paris, & en parle en ces termes: Il seroit en certaine maniere à desirer, que Rauaillac eust leu Mariana : car disertement & expressement Mariana enseigne, qu'un Prince legitime ne peut estre tué
par un particulier de son auctorite
priuee : ne disant en cela que ce qui est au Concile de Constance
et aux decrets de Sorbonne : Ce n'est pas qu'il n'ait
failly apres, quand il a determiné le iugement public à l'approbation des Doctes.
Le mesme Autheur pour confirmation
de son dire, a faict approuuer son Apologie par quatre Docteurs de la Faculté de Theologie de Paris, lesquels au desceu & sans l'adueu de ladicte Faculté, & contre la coustume de tout temps vsitee en icelle, tesmoignent n'auoir rien trouué
en ladicte Apologie Qui ne soit tres-conforme à la
doctrine des Vniuersitez de la Chrestienté,
& particulierement de la Faculté de Theologie de Paris. Attestation
bien hardie , & qui excede du tout le pouuoir de ceux qui attestent , lesquels ont vsurpé le nom
de Sorbonne en leur attestation, pour persuader au peuple
qu'elle estoit authorisee de toute ladicte Faculté.
Ceux qui defendent la partie contraire disent en premier lieu, Que de droict diuin & naturel , la Faculté
de Theologie de Paris est obligee de defender son honneur,
de s'opposer à toute
doctrine erronée, d'en aduertir le peuple : & que ceste obligation redouble quand on veult couurir,
colorer, ou publier vne telle
doctrine soubs le nom &
auctorité d'icelle Faculté,
ainsi qu'il semble que l'on veult faire par ladite proposition & attestation , qui asseure Estre en certaine
maniere a desirer que Rauaillac
eust leu Mariana : & que Mariana ne dict en certaine
chose que ce qui est au Concile de Constance
& aux decrets de Sorbonne. Toutesfois il est tout
euident que Mariana rejette
non seulement l'authorité, mais aussi aneantit
la doctrine salutaire du Concile
de Constance, sur lequel le
decret de Sorbonne du 4.
Juin 1610. est singulierement
fondé : car la Faculté de Theologie,
n'a peu valablement
declarer heretique ceste pernitieuse & diabolique doctrine, sinon en vertu dudit Concile
de Constance : donc le Concile estant destruit par la doctrine de Mariana le susdit
decret de Sorbonne ne peut subsister
en façon du monde : & consequemment
la vie des Roys & des Princes
est exposée à la mercy des meurtriers : Secondement l'on denie que Mariana soit d'accord en aucune chose n'y auec
le Concile de Conftance , n'y auec les decrets
de Sorbonne , qui enseignent
absolument qu'il n'est permis a aucun particulier de tirer, soubs quelque
pretexte que ce soit ; au contraire Mariana dict, qu'il est loisible
aux particuliers de tuer de leur priuée
authorité pour quatre causes, 1. Quand l’on ne peut
assembler les Estats : 2. Quand l’on ne
peut auoir la sentence du superieur pour declarer ou
condamner le Tyran ; 3. Quand l’on a le voeu & l'intention publique.
4. Quand l'on n'est obligé, par aucun serment particulier
confirmatif de quelque amitié ou confederation.
En troisiesme lieu l’on maintient que la doctrine de
Mariana aux lieux plus fauorables que l'on pourroit choisir pour deffendre l'Apologie susdite, ne peut seruir
que pour excuser & iustifier Rauaillac, Clement,
Barriere, Chastel, Ridecouë,
& tous les autres, Parricides qui de faict ou de volonté determinée
ont attenté à la vie de nos Princes.
Ceux qui soustiennent la proposition de l'Autheur de l'Apologie alleguent deux passages de Mariana qu'ils jugent fauorables à leur opinion ; le premier est au 6. Chapitre du premier liure pag.60. de l'impression de Maience : Par ainsi, dit Mariana, la question de fait est en dispute, sçauoir qui est celuy que l’on doit iustement tenir pour Tyran:
Celle de droit est toute claire
et notoire : sçauoir qu'il est loisible
de tuer un Tyran et ne faut pas
craindre qu'à c'est exemple plusieurs
entreprennent d'attenter à
la vie des Princes ne plus ne moins que s'ils
estoient Tyrans : attendu que nous ne commettons ny
au iugement d'aucun n'y de plusieurs particuliers de declarer un Prince Tyran ; que si
l'on n'est assisté de la voix publique du peuple, il fault
prendre conseil des hommes doctes graues. O que les
affaires humaines se porteroient
bien, s'il se trouuoit plusieurs hommes de grand courage, etc. Duquel passage l'Autheur de l'Apologie contre l'Anticoton entend parler, ainsi que ces propres termes le demonstrent, pag. 44. de l'edition de Paris: Ce n'est pas, dit- il,
que Mariana n'ait failli quand il a determiné le iugement public à l'approbation des doctes, etc.
Icy l'on doit remarquer
que ce premier passage est comme la conclusión de tout ce
que Mariana traitte au chapitre 6. et contient deux parties, la
premiere desquelles appartient à la question de droit que Mariana dict estre si notoire et euidente, que l'on n'en peut aucunement
douter. C'est pourquoy il n'en
parle point en cest endroict, sinon qu'il appelle question
de droit Estre permis de tuer un Tyran : Et se plaint fort de ce qu'il ne se trouue plusieurs
Clemens, plusieurs Barrieres, plusieurs
Chastels et Rauaillacs, O
que les affaires humaines , dit-il,
se porteroient bien , s'il
se trouuoit plus grand
nombre d'hommes de grand courage, qui mesprisassent leur propre vie et leur salut, pour
la liberté de leur patrie : mais
le mal est que le desir de conseruer sa vie en retient plusieurs en crainte, souuentesfois empesche de grandes entreprises
: La seconde partie du
mesme passage explique la question
de fait, Mariana appelle question de faict, La declaration ou iugement par lequel vn Prince est declaré Tyran. Et sur cela il enseigne trois choses, Premierement, qu'il n'appartient à vn ny à plusieurs particuliers de declarer, ou
donner sentence pour condamder vn
Tyran. Secondement que la voix publique
du peuple sert de iugement pour declarer vn Prince legitimement conuaincu de tyrannie. Chose qui est tres-fause et tres-seditieuse: Ioint que le peuple est vn monstre
à plusieurs testes, lequel estant eschauffé par quelque seditieuse harangue, courroit
incontinent aux armes pour tuer
mesmes les meilleurs
Princes: ou bien suyaunt
les detestables preceptes
du 7. Chapitre de Mariana, auroit
recours aux poisons. Et en troisiesme lieu, Mariana asseure qu'au deffaut de la voix publique du peuple, l'on doit auoir recours au conseil des hommes doctes
& graues : Opinion qui est tres-fause & tres-seditieuse,
et en outre contient vne manifeste
contradiction. Mariana se deuoit souuenir
qu'en ce mesme pasage il auoit tres-disertement enseigné, que la declaration ou iugement pour condamner le Tyran,
ne dependoit ny d'vn seul, ny de plusieurs particuliers: neantmoins il la defere maintenant aux hommes doctes et graues :
Mais si nostre Sauueur en S. Luc chapitre 12. voiant vn certain homme qui l'importunoit
de commander à son propre frere qu'il partageast auec luy la succession & heredite
commune de leur pere, respondit en ces
termes Mon amy, qui m'a estably sur vous autres pour Iuge et distributeur des
possessions terriennes? Combien est-il moins permis à ces doctes & graues personnages, de quelque qualité qu'ils puissent estre, de declarer les Princes Tyrans, et les exposer à la fureur des meurtriers qui leur a donné ceste auctorité.
Donc ce n'est pas en vne
seule chose que Mariana a failly en ce premier passage, ains en plufieurs tres-importants au salut
public et à la vie des Rois & des Princes : Ioinct qu'il defere la declararation et l'execution, c'est à dire, qu'il
permet aux particuliers de declarer et de tuer les Tyrans : Et consequemment il destruict non seulement l'authorité, mais aussi la doctrine et definition
du Concile de Constance, et
des decrets de Sorbonne : au moyen dequoy
il ne conuient
en rien du monde auec iceux quoy que veuille dire l'Autheur
de l'Apologie par ces termes ambigus,
Ne disant en cela que ce qui est
au Concile de Constance, & aux decrets de Sorbonne ; Ce n'est pas qu'il
n'ait failly quandil a déterminé, etc.
Icy nous prions le Lecteur de remarquer s'il y a aucune chose en ce premier passage, qui ayt peu seruir
à destourner l'execrable Rauaillac de sa maudite entreprise, et s'il y a suject de dire, qu'il seroit
à desirer qu'il eust leu Mariana.
Examinons l'autre passage qui est sur la fin du 6. chapitre page 62. et 63. de l'edition
de Maience où Mariana ayant resolu que l'authorité du Concile de Constance ne doit
apporter aucun scrupule aux particuliers
qui voudroient attenter à la vie des Princes, parce qu'il tient ledit
Concile pour illegitime. En suitte de cela, il rend la raison
qu'il pense auoir induict les Peres du Concile à condamner ceux qui entreprennent de tuer les Tyrans, & en parle ainsi, A
proprement parler les Peres auoient intention
de condamner la vanité de Iean Petit Theologien de Paris, lequel excusoit le meurtre du Duc d'Orleans commis à Paris par le Duc de Bourgongne,
soubs pretexte qu'il estoit loisible aux particuliers de leur priuee authorité
de tuer un Tyran : Chose qui n'est point licite, principalement quand on viole son serment, ainsi qu'auoit faict le Duc de Bourgongne : et quand l'on n'a pas
attendu la sentence du Superieur quand l'on a moien de l'obtenir, car c'est ainsi que les Peres du Concile parlent.
Mais tant s'en faut
que le susdict passage puisse confirmer le dire de l'Autheur de l'Apologie , qu'au contraire il pourroit
seruir pour iustifier le detestable parricide
Rauaillac : & monstre clairement que Mariana ne s'accorde en façon du monde auec le Concile de Constance, puis qu'il en falsifie le decret, afin d'en aneantir
la doctrine & resolution, car ces termes C’est à sçauoir quand l'on a le moien d'obtenir la sentence du Superieur ne se trouuent point aux Actes
du Concile : neantmoins
Mariana afferme confidemment,
Que les Peres du Concile
parlent ainsi : & d'auantage conclud A contrariis, que le Concile a definy estre loisible
aux particuliers de leur priuee authorité
de tuer les Tyrans en deux cas : Premierement, pourueu que l'on ne viole aucun serment particulier, ainsi que le Duc de Bourgongne l'auoit violé, ayant faict amitié auec
le Duc d'Orleans confirmee
par vn serment special : Secondement, lors que l'on ne
peut auoir sa sentence du Superieur pour declarer le Tyran, Voicy sa resolution
en la page 60. de l'edition de Maience,
Vous demanderez, dict Mariana, ce qu'il faut faire au cas que l'on ne puisse
assembler les Estats, chose qui peut souuent arriuer. Certainement selon mon aduis l'on
doit faire ce que l'on feroit si la Republique estoit opprimee par la tyrannie du
Prince : car le moien estant
osté aux Citoyens de s'assembler, la volonté pourtant ne leur manque de ruiner la tyrannie, de venger les meschancetez notoires et insupportables du
Prince, et de reprimer ses cruels efforts, comme s'il renuersoit
la Religion du pays, et introduisoit en l'Estat les ennemis publics, quant à moy i'estimeray
celuy qui fauorisant au voeu & intention
publique s'efforcera de tuer
un tel Prince,
n'auoir commis aucune iniquité : Or nous reduirons
toutes ces preuues à vn sillogisme.
Quiconque falsifie la constitution du Concile de Constance sur laquelle le decret de Sorbonne est singulierement
fondé, n'est aucunement d'accord, ny auec le mesme Concile, ny auec
le decret de Sorbonne :
Mariana falsifie la constitution
du Concile de Constance,
sur laquelle le decret de Sorbone est singulierement
fondé : Donc Mariana n'est aucunemet d'accord ny auec
le Concile de Constance, ny auec le decret
de Sorbonne: Que Mariana ayt
falsifié le Concile de Constance, il a esté verifié cy desus,
quand l'on a monstré que ces termes solemnels ne se treuuent point aux actes
du Concile, C'est
à sçauoir quand l'on a moien d'obtenir
le sentence du Superieur,
car c'est ainsi que les Peres parlent.
Pour conclusion de ceste dispute, l’on dit premierement
que l’Autheur de l'Apologie
trauaille en vain pour monstrer que Mariana enseigne disertement et expressément qu'vn Prince
legitime ne peut estre tué par vn
particulier de son authorité
priuee : veu que Mariana enseigne disertement & expressément qu'il est loisible aux
particuliers de leur authorité priuée de tuer le Prince soubs couleur de Tyrannie, quand l'on ne
peut assembler les Estats: quand l’on
ne peut auoir
la sentence du Superieur pour le declarer Tyran, & soux le voeu & intention public: qui sont toutes propositions seditieuses.
Secondement c'est aussi en vain que le mesme autheur asseure que Mariana est d'accord en quelque chose auec le Concile
de Constance, & les decrets
de Sorbone: veu que Mariana
disertement et nomément aneantit l'authorité, & falsifie le decret du Concile de Constance, sans lequel la Conclusión de Sorbone du quatriesme Iuin, mil six cens
dix ne peut
aucunement subsister.
En troisiesme lieu, d'autant qu'il se trouue des personnes qui veulent persuader que l'on peut donner
vn bon sens aux propositions de Mariana: l'on oppose à cela ce que Gerson respondit à ceux qui vouloient colorer aucunes des propositions de Iean Petit: Intelligentiam
doctorum assumendam ex causis dicendi, combinando conclusionem cum praemissis, et praemissas cum probationibus ad inuicem. Caeterum et si verum esset id quod allegatur de expossibilitate ad aliquem sensum verum, nihilominus
propter casus longe plures falsissimos, et notoriè scandalosos, redderentur condemnandae. En somme, qu'il se faut bien garder d'exposer la vie des Roys et des Princes à la mercy des assassins, soubs pretexte de quelques subtilitez et ponctilles de l'Escholle: et que les passages
de Mariana ne peuuent seruir qu'à excuser
& iustifier Rauaillac. Partant c'est mal a propos que l'on dict, Qu'il seroit en certaine maniere a desirer que Rauaillac eust leu Mariana, veu que la lecture de cet Autheur mesme aux passages plus fauorables, ne pouuoit que d'auantage resoudre & obstiner ce monstre execrable en sa damnable opinion.
La afirmación
que concatenó la repulsa de los miembros de la Facultad de Teología fue la
recogida en la página 40 de todas las ediciones de la Response apologetique, salvo en la segunda, que se corresponde
con la página 43: «Ains il seroit en certaine maniere à desirer, que Ravaillac eust leu Mariana, en cas qu’il l’eust peu entendre:
car disertement, et expressement
Mariana enseigne (comme le monstre Grethserus) qu’un Prince legitime ne peur estre tué
par un particulier, de son authorité
privée, ne disant en cela que ce qui est au Concile de Constance,
et aux decrets de Sorbonne».
La Sorbona, en vista de este pasaje, no
puede sino ver cómo queda en entredicho su juicio a la obra de Mariana en el
año anterior. De ahí esta censura y el análisis posterior, que se esfuerza en
desentrañar los pasajes de los capítulos centrales del libro primero de De Rege et Regis institutione. El razonamiento sigue una premisa, como
es la interpretación literal del texto del Concilio de Constanza.
Efectivamente, hay una condena expresa del magnicidio, sea o no tirano el
gobernante asesinado. Mientras que Mariana, en una interpretación historiográfica,
amplía el sentido del texto, la Sorbona se mantiene en una lectura rígida.
No obstante, el decreto se muestra más
taxativo en lo tocante a lo que llaman una usurpación de la potestad de
expresión de la Sorbona. Desde un primer momento, la censura insiste en su
preocupación por que fuera de Francia se pudiera interpretar, a través de este
texto, que la Universidad apoyaba las doctrinas jesuitas sobre el tiranicidio.
A partir de ahí, la Facultad de Teología invoca su propia normativa, haciendo
constar que todas las expresiones de opiniones no autorizadas por la escuela
parisina son ilegales e inimputables a dicha institución.
A esto se añade que la misma Sorbona
refuerza a través de este escrito lo que ya aprobase en abril de 1610 cuando
condenó la obra de Mariana. Así, este escrito desarrolla los argumentos contra
el jesuita de Talavera y, de paso, vuelve a condenar la obra. Entiéndase esto
en el contexto que ya describí sobre la recepción intelectual europea de 1610 y
1611 de la obra de Mariana, con multitud de panfletos editados y traducidos
para desprestigiar el texto del jesuita y, como fin último, advertir sobre los
peligros derivados de la existencia de la Compañía de Jesús. Cabe considerar,
así, esta censura como una segunda respuesta institucional a favor de los antijesuitas y, particularmente, de los que utilizaron la
obra del padre Mariana como pretexto para articular un movimiento político
destinado a otorgar un poder más centralizado a los reyes.
Antes de proceder a las conclusiones, un dato.
La censura indica: «L’Autheur de l’Apologie
contre l’Anticoton, tient la partie affirmative page 43 de l’impression
de Paris» (1611: 9). Por lo tanto, la Sorbona tuvo que leer la segunda edición
del texto, a saber, RP3, puesto que en todas las impresiones anteriores
esta cita se encuentra en la página 40. De ahí que identifiquen al sujeto que
escribió el tratado como «l’Autheur» en todo momento,
sin darle nombre. Si la Sorbona leyó la segunda edición, ¿inquirió acerca de la
primera? ¿Supo de la controversia entre las ediciones firmadas por François
Bonald y las anónimas? ¿Se decantó por esta edición por ser portadora del
privilegio real? Juzgo más adecuado dejar la materia en interrogantes, pues, de
momento, no han aparecido datos.
6. Conclusiones
A través de este
trabajo pongo a disposición de los investigadores de la figura de Juan de
Mariana parte de lo que fue su extensísima recepción. De forma más específica,
en estas páginas he abordado los años cruciales de la recepción de la obra del
jesuita, pues estos determinaron un discurso público sobre la Compañía de Jesús
y sus ideas. Siendo Mariana un personaje latente de lo aquí expuesto, recibe el
papel protagonista. La censura a la Response apologetique
à l’Anticoton no viene motivada por que fuera una
respuesta al Anticoton, ni por esa obra, ni
por la figura de Pierre Coton, sino por Mariana. Es
el libro primero de De Rege
et Regis institutione y la misma figura del
jesuita el tema central de toda la controversia.
En primer lugar, la misma vida textual de
la Response apologetique revela que su
publicación fue controvertida y sujeta a una serie de incógnitas de difícil
resolución. Asimismo, el hecho de que para la censura se haga uso de la última
edición, la única con privilegio, contribuye a aumentar unos interrogantes que,
a mi juicio, necesitan una mayor profundidad de investigación. Sin embargo,
estos primeros datos presentan un interés ya insoslayable para el estado actual
de los estudios sobre la recepción del jesuita de Talavera.
Era necesario transcribir el texto de la
censura, pues documenta fehacientemente la interpretación oficial que hizo la
Sorbona del texto de Mariana. Además, es el documento que condena a Mariana en
Francia por segunda vez. Más allá de eso, atestigua la intensidad del bienio
1610/1611 y el conflicto político que se estaba resolviendo en el plano
intelectual.
Más allá del segundo juicio a Mariana y su
obra, la fragilidad institucional. En el trabajo que hace las veces de
trampolín a este señalé la fragilidad de la Compañía de Jesús. Esta no supo
mantener una postura coherente. Coton y algunos
jesuitas se esforzaron por desvincularse de las palabras del jesuita de
Talavera; otros buscaron defender el razonamiento de Mariana y enmarcarlo en un
pensamiento político sistematizado. La Compañía de Jesús, por su parte, vaciló
en el mandato de Acquaviva y optó por aislar a ese
miembro tan problemático. Esto se tradujo en una brecha que los panfletistas
aprovecharon.
Sin embargo, la Sorbona también necesitó
reforzar su posición institucional. De todos los panfletos, fue la Response apologetique à l’Anticoton la
que forzó una respuesta oficial. Al afirmar que los argumentos a favor de
Mariana habían sido aprobados por doctores de la Sorbona, se activó el
mecanismo que dio lugar a la censura. Si esta afirmación por parte de la Response
apologetique tenía algún fundamento, la Facultad
de Teología buscó atajarlo con rapidez. Si no lo tenía, resulta evidente que su
anónimo autor golpeó en un punto sensible.
Francisco Sánchez Torres
Universidad de Córdoba
Bibliografía
Fuentes primarias
Bonald, F., Response
apologetique à l’Anticoton
et a ceux de sa suite, au Pont, par l’Imprimeur de l’Université, 1610.
Bonald, F., Response
apologetique à l’Anticoton
et a ceux de sa suite, au Pont, par Michel Gaillard, 1611.
Censure par la sacrée Faculté de Theologie de
Paris, de la doctrine d’assassiner les Roys, contenuë au liure intitulé La Response à l’Anticoton, plus une Analyse ou discours sur la precedente
censure par aucuns de la mesme sacrée
Faculté de Theologie de Paris, s. l., s. e.,
1611.
Père de la Compagnie de Iesus, Response apologetique à
l’Anticoton et a ceux de sa suite, à Paris, jouxte la coppie imprimée au Pont, par Michel Gaillard, 1610.
Père de la Compagnie de Iesus, Response apologetique à
l’Anticoton et a ceux de sa suite, au Pont, par Michel
Gaillard, 1611.
Père de la Compagnie de Iesus, Response apologetique à
l’Anticoton et a ceux de sa suite… seconde edition, reveuë et augmentee par l’Autheur, à
Paris, chez Ioseph Cottereau, ruë sainct Iacques, à la Prudence, 1611.
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[1] Para un acercamiento panorámico a la recepción
de la obra de Mariana sobre el tiranicidio, véase el excelente trabajo de
Centenera Sánchez-Seco (2009: 128-158). En general, los trabajos más
autorizados sobre la vida del jesuita siguen vigentes, como es el de Cirot (1905; 1908) o el de Ballesteros Gaibrois
(1944), o sobre su pensamiento político, como los de Fernández de Velasco
(1919), González de la Calle (1913), Roses (1959) o Braun (2007). Por último,
considero insoslayable y muy estimulante la producción de Renaud Malavialle con respecto del pensamiento histórico de
Mariana (2015; 2023; 2024).
[2] Un buen estudio reciente sobre el pensamiento
tiranicida de Mariana se encuentra en el trabajo de Alexandra Merle (2014).
[3] F. Gabriel (2019) publicó un estudio sobre la
recepción francesa de los libros De Rege,
donde lista algunos de los tratados y panfletos más importantes. A esta lectura
deben sumarse los ya citados pasajes de Centenera Sánchez-Seco y mi propio
trabajo, que verá la luz este mismo año en la Revista de Estudios Latinos (RELat), cf. Sánchez Torres (2024).
[4] Sánchez Torres (2024)
[5] Solo hay que echar un vistazo al catálogo de
Lindsay y Neu (1969) para descubrir la ingente
literatura panfletaria que se desarrolló en torno al tiranicidio y los jesuitas
en apenas una década a partir de 1610.
[6] Sobre el conflicto desatado en torno a los
regicidas, la Liga católica y los monarcómacos,
véanse los trabajos de Chevallier (1989), Nicholls
(2015; 2021), Zwierlein (2016) y Sălăvăstru
(2022).
[7] Sánchez Torres (2024).
[8] Véase Guégan (2018).
[9] Para dotar de sentido a estos códigos, basta
identificar RF como las ediciones que dan a François Bonald como autor y
RP como las ediciones que señalan como autor a un «Pere de la Compagnie de Iesus».