In memoriam
Carlos Schrader
García (1950-2021)
Catedrático de Filología Griega de la
Universidad de Zaragoza
José Vela Tejada
S |
acudidos aún por su partida, nos cabe la triste misión de
reseñar que, el pasado 8 de octubre, falleció el Dr. Carlos Schrader García,
Catedrático de Filología Griega de la Universidad de Zaragoza, dejando en todos
nosotros, con su marcha, una doble herida, la provocada por la pérdida de un
querido maestro y amigo. El curso de los acontecimientos se precipitó en una
suerte de vorágine temporal a comienzos del otoño, pues, en pocos días, pasamos
de celebrar, el 17 de septiembre, su merecido homenaje, a recibir, después, la
estocada del destino con su inesperado fallecimiento. Apenas unos días antes,
el 22 de septiembre, había alcanzado la edad de 71 años, aniversario que
coincidía con el inicio de su jubilación profesional y que auguraba un tiempo
bien distinto.
El Dr. Carlos
Schrader inició su camino en Filología Clásica licenciándose, con Premio
Extraordinario, en la Universidad de Barcelona —además de resultar merecedor
del Premio Nacional Fin de Carrera de la XXXI promoción—. Allí, además, obtuvo
el grado de Doctor, en la citada especialidad, con un magnífico trabajo,
dirigido con mano maestra por el Profesor José Alsina, Catedrático de Griego en
la citada casa, y que fue publicado, de inmediato, con el título de La paz de Calias. Testimonios e
interpretación (Barcelona: BIEH, 1976), monografía que iba a marcar su
brillante trayectoria universitaria e investigadora, la cual, en todo momento,
iba a basarse en el juicio crítico de las fuentes antiguas a partir de una
actualización de la Quellenforschung
germánica que había marcado el género historiográfico. A partir de este
momento, una intensa labor investigadora fructificó en una cincuentena de
trabajos caracterizados por una siempre certera intuición y rigor metodológico.
Mas, junto al
rigor y la brillantez de su tarea, el Dr. Schrader, guiado por una generosa
concepción de la labor universitaria, se quiso acompañar de un equipo de
trabajo —en el que tuvimos el privilegio de ser invitados a participar—, al que
siempre guio, con mano certera, y apoyó en su consolidación profesional,
gracias a una dirección impagable en el ámbito de la historiografía y en la
prosa en general. Sirva como testimonio de la eficacia de su dirección de
investigación la elaboración conjunta de la concordancia de las obras de
Jenofonte, en colaboración con sus colegas Vela y Ramón: Xenophontis operum Concordantiae: I. Hellenica; II. Anabasis; III.
Cyrupaedia; V. Opuscula, publicada por la editorial Olms en Hildesheim
(2002-2008). Previamente, además, había acometido, en solitario, la titánica
elaboración de las relativas a Heródoto (Concordantia
Herodotea, 1996) y Tucídides (Concordantia
Thucydidea, 1999).
En todo caso, si
de un trabajo se sentía plenamente satisfecho y definía su capacidad y talento
investigador, ese fue, sin duda, el de la traducción de Heródoto, en cinco
volúmenes (Madrid: Gredos, 1977-1989), brillante edición en español que sigue
acompañando a generaciones de lectores, los cuales han podido disfrutar tanto
de su lectura como de la inestimable ayuda de sus notas, que acreditan su
reconocida capacidad de trabajo e inspiración científica.
Dentro de una
producción en la que su criterio fue primar la calidad sobre la cantidad —no
desdeñable ésta, con más de cincuenta trabajos, siempre certeros—, el Dr.
Schrader contribuyó a reforzar la idea de la importancia de la divulgación de
calidad mediante una serie de trabajos sobre las Guerras Médicas o las campañas
de Alejandro Magno en la revista Historia
—editada por National Geographic—, de
reconocido prestigio.
Dentro de su
producción en el terreno de la Historiografía, creemos no equivocarnos si
seleccionamos los cuatro trabajos que citamos a continuación. En secuencia
cronológica, su brillante traducción de la obra completa de Heródoto fue
reconocido con el encargo de la elaboración del capítulo relativo al citado
autor (Carlos Schrader García, «Historiografía: Heródoto»), en el volumen
coordinado, con certera dirección, por el profesor Juan Antonio López Férez (Historia de la literatura griega,
Madrid: Cátedra, 1988, pp. 503-536), quien reunió en su entorno a una
irrepetible generación de helenistas españoles que entonces se hallaba en plena
madurez.
El segundo
trabajo que deseamos citar en este sentido recuerdo —ejemplo de buen hacer desde
el estudio honesto y no privilegiado—, es el que Carlos dedicó al enigmático
periplo de Hanón y en el que demostró la importancia de unir el método
lingüístico y el literario (C. Schrader, “El
mundo conocido y las tentativas de exploración: los orígenes de la geografía
descriptiva en Grecia”, en F. J. Gómez Espelosín & J. Gómez-Pantoja (eds.),
Pautas para una seducción. Ideas y materiales para una nueva asignatura:
Cultura Clásica, Madrid: Ediciones Clásicas, 1991, pp. 81-149).
Pero si un
trabajo le satisfizo en el plano científico y, sobre todo, en el ámbito
personal, fue el que citamos en tercer lugar y que publicó en colaboración con
el añorado amigo, y maestro de tantos, Antonio López Eire (Los orígenes de la oratoria y la historiografía en la Grecia clásica, Volumen
5 de Monografías de Filología Griega,
Zaragoza, 1994; posteriormente reeditado por A.M. Hakkert en 1997). Pese a la
modestia editorial de nuestras Monografías
en aquel momento, lo que parecía aparentemente difícil de maridar, dio
lugar a una monografía en dos capítulos, de obligada referencia, que delimitaba
nuevos senderos para la retórica y la historiografía griegas.
Finalmente,
aunque la pérdida de Carlos Schrader tiene ya su espacio de recuerdo en el
próximo número de la revista Ploutarchos (editada
por la International Plutarch Society), no queremos dejar de mencionar aquí su
eficaz labor de liderazgo en la organización en la Universidad de Zaragoza, durante
los días del 20 a 22 de junio de 1996, del V Simposio Español sobre Plutarco.
Precisamente, quiso él que la temática de las citadas jornadas girara en torno
a Plutarco y la Historia (título del
Simposio y de las Actas que en 1997, sólo un año después, vieron la luz en el
marco de las Monografías de Filología
Griega por él iniciadas). De importancia que no merece ser menos ponderada
resultó ser la amistad y complicidad en la colaboración científica que se
estableció con muchos de los asistentes a aquellas jornadas.
Tratando de
resumir en breve espacio los méritos del maestro que se nos fue, resulta
complicado no repetir argumentos manejados en otras notas de homenaje que, con
no poca pena, nos ha tocado redactar y no es menor el temor que sentimos de
que, cuando recordamos al ‘padre’ de nuestra historia, hayamos podido olvidar
la memoria de otros hechos relevantes y de trabajos de los que se sentía muy satisfecho.
Aunque, con su generosidad, sabría perdonarnos a buen seguro. En todo caso, no
queremos revivir su recuerdo postrero sin hacer mención al unánime
reconocimiento que tuvo lugar durante el sentido homenaje que le tributamos el
pasado 17 de septiembre, en el que pudo recibir el aplauso no sólo de sus
amigos sino, en particular, el de los discípulos que, a lo largo de más de
cuarenta años de dedicación, aprendimos a amar y vivir la lengua y cultura
griegas gracias a su impagable magisterio. Sirva, pues, este humilde espacio de
despedida que le dedicamos, y que amablemente nos ofrece la dirección de la
revista Talia Dixit. Revista
Interdisciplinar de Retórica e Historiografía —de cuyo Consejo de
Evaluación formaba parte Carlos—, para, como en el Proemio de la Historia de
Heródoto, «evitar que, con el tiempo, los hechos humanos queden en el olvido» (traducción
de Carlos Schrader, inolvidable maestro y querido amigo).
José
Vela Tejada
Universidad
de Zaragoza
Primera
Tesis Doctoral dirigida
por
Carlos Schrader en 1990